Epson ha apoyado la transformación digital del aula con su tecnología de proyección láser interactiva, que complementa la enseñanza en los establecimientos educativos en Chile. Gracias a su capacidad de transformar las anotaciones del pizarrón en archivos digitales, esta tecnología hace posible que todo lo anotado luego sea compartido como archivo a los estudiantes, enriqueciendo así la información para el estudio. Los proyectores interactivos son una herramienta versátil y con múltiples ventajas para la docencia moderna:
Tamaño de la imagen: La primera preocupación en cualquier sala de clases es que los alumnos puedan ver claramente el material expuesto. En educación existe lo que se llama “la regla de 4/6/8”, que establece las distancias límites en las cuales se puede situar un alumno respecto al pizarrón para mantener una buena visibilidad de los contenidos proyectados. Dicha distancia es proporcional al tamaño de la pizarra donde se imparten los contenidos.
Por ende, a mayor cantidad de alumnos es necesaria una imagen más grande para que todos puedan ver sin dificultades, independiente del lugar de la clase donde se sitúen. El problema de las pantallas tipo televisores es que tienen un tamaño fijo y su costo aumenta a medida que son más grandes o que crecen en pulgadas. Esto resta posibilidades de adaptación cuando se trata de un establecimiento educacional con cursos que varían en la cantidad de alumnos.
Un proyector, en cambio, puede adaptar su área de proyección según las necesidades y el tamaño de cada sala de clases o el número de alumnos, dándole más adaptabilidad independiente de si el alumno se sienta al fondo de la sala o, de hecho, ni siquiera está físicamente en el mismo lugar. Cuando comparamos el costo por pulgada de un proyector interactivo versus el de una pantalla, el primero es mucho más económico y conveniente.
Larga vida útil: Hay un mito común respecto a los proyectores; su tecnología es anticuada, se calientan mucho y requieren mantenimiento constante. Estas viejas concepciones de los proyectores quedan atrás gracias a la fuente de luz láser, una de las tecnologías visuales de más reciente desarrollo en el mercado. Hoy en día esta fuente de luz está reemplazando a las lámparas. Sus principales ventajas son su durabilidad (hasta 20 mil horas de uso prácticamente libre de mantenimiento), no se calientan en exceso, y pueden llegar a durar fácilmente más de 6 años con un promedio de uso de 8 horas al día.
Los proyectores logran, además, eficiencia de la inversión en educación, ya que modelos como los proyectores interactivos de Epson requieren un bajo costo de mantención y entrega, una alta continuidad operativa. Por ende, es una solución tan versátil como económica.
Educación bidireccional: Una tendencia importante en las clases de hoy en día es lograr una mayor participación del estudiante en su propio aprendizaje. No sólo como un método de retención, sino también como formación de habilidades blandas tales como la socialización, resolución de problemas prácticos y un entendimiento más vinculante con lo aprendido.
“Los videoproyectores interactivos se han convertido en verdaderos pizarrones digitales, ya que ofrecen mayores recursos y la posibilidad de interacción entre los alumnos”, explica Luis Valenzuela, Channel Manager VAR de videoproyección de Epson Chile. “A través de una propuesta de aprendizaje más dinámica, los estudiantes pueden participar bidireccionalmente, en lugar de sólo copiar lo que está delante, dándoles acceso a un mejor desarrollo cognitivo”.
Es un equipo visualmente no invasivo: Un problema que ocurre a menudo con la integración de nuevas tecnologías en la docencia es la dificultad de adaptación al espacio de la sala de clases. Sin embargo, los proyectores interactivos de Epson hacen que este proceso de acoplamiento sea mucho más fácil. Juan Pablo Achondo, gerente de productos de videoproyección para Epson Chile y Bolivia, explica porqué el proyector es la opción menos disruptiva. “Una ventaja que tiene el proyector interactivo sobre la pantalla interactiva es que es un complemento a la pizarra tradicional. Cuando no está en uso, el proyector se apaga y la pizarra convencional sigue cumpliendo su función clásica. En cambio, las pantallas interactivas tipo televisor, aun cuando estén apagadas, permanecen instaladas sobre el pizarrón, dejando gran parte de un elemento clave para el aprendizaje completamente inutilizable. En ese sentido, el proyector es un producto mucho menos invasivo”.
Versatilidad y amplitud de conexión: Finalmente, en la actual era de transformación digital es necesario que los equipos sean no solo compatibles con distintas formas de conexión, sino que con diferentes tipos de equipos. Esto incluye la capacidad de conectarse a diversas plataformas y aplicaciones de videoconferencia como pueden ser Microsoft Teams, Zoom o Google Meet; entre otras.
“Otra de las prestaciones en torno a la versatilidad es la posibilidad de guardar lo trabajado en la pizarra digital para luego consultar el material o continuar la explicación donde se tuvo que pausar”, añade Achondo. Con esta tecnología se crea un ambiente participativo e inclusivo, que ayuda a los alumnos a socializar mejor entre ellos y a relacionarse con su propio aprendizaje.