Antes, la tecnología tenía como limitante el hecho de que las personas tenían que juntar los distintos componentes para que estos funcionaran. Hoy en día es todo lo opuesto y son las personas el factor limitante en cuanto a la capacidad de utilizar y maximizar los beneficios de las tecnologías. Esto ha tomado gran relevancia con la transformación digital que ha ocurrido en las distintas industrias.
En la industria minera las dinámicas están cambiando. Tradicionalmente visto como un sector más conservador y lento ante los cambios, a esta industria se le considera como la “rezagada” en el ciclo de vida que comprende la adopción de nuevas tecnologías, según el texto de Geoffrey More “Crossing the Chasm” (Harper Business Essentials, 1991).
Hay una serie de factores que han influido en esto, como los altos niveles de capital que se requiere junto con una relevancia cada vez mayor de los factores ESG, por mencionar algunos. No obstante, hay pocos proyectos mineros que actualmente se están desarrollando que entrarán en funcionamiento. Las leyes están cambiando, haciendo que acceder a nuevas fuentes mineras sea cada vez más difícil. El entorno se está volviendo complejo de forma apresurada y existe una mayor preocupación y atención producto de los contextos que vive cada país.
Las empresas mineras ya no pueden simplemente enfocarse en tener operaciones que sean seguras, sostenibles, estables y que además busquen crecimiento financiero. Más bien se han dado cuenta que esto no es todo y existe la necesidad de participar en iniciativas de transformación, por lo que adoptar el imperativo digital y la transformación resultante se ha transformado en parte importante de las operaciones en los últimos cinco años.
Un cambio repentino
La pandemia también ha jugado un rol importante en acelerar el proceso de adopción de esta transformación digital en la industria minera. Al inicio de esta pandemia, existían empresas mineras que estaban ya inmersas en un proceso de transformación digital en diferentes grados, siendo algunas más agresivas que otras, con la creación de departamentos de tecnologías y grupos dirigidos por CTOs, CDOs, CIOs, etc. Otras organizaciones recién habían comenzado a explorar y definir lo que significaba para ellas la transformación digital, mientras que otras todavía no se habían siquiera aventurado en esta transformación.
Este contexto internacional llevó a que las compañías de la industria tuvieran que reaccionar rápidamente, algunas con el pretexto de que sus cadenas de valor operaban de manera continua durante todo el año. Por ende, para estas era demasiado difícil detener y empezar las operaciones mineras, sin mencionar la interrupción global que hubo en la cadena de suministros. Este pretexto, junto con las regulaciones en cuanto a distanciamiento social, cuarentenas y accesibilidad restringida, hicieron que muchos proyectos de alto capital se detuvieran.
Ante eso, la industria se vio forzada, prácticamente de la noche a la mañana, a desarrollar y poner en práctica nuevos protocolos y procedimientos. Para esto, los procesos de transformación digital jugaron un papel importante en asegurar la continuidad de la operación, gracias al uso de analítica avanzada o Machine Learning, junto con modelos de trabajo flexibles e híbridos y también centros de operaciones remotas.
Industria 4.0 digital y conectada
Un subtema de la Industria 4.0 es “Connected Industry 4.0”, que está “marcada por una profunda digitalización de la sociedad y combina tecnologías de producción inteligente con comunicaciones de alta velocidad que permiten el acceso en tiempo real al Big Data y a servicios (https://www.uc3m.es/master/connected-industry-4.0). Esta Connected Industry 4.0 está jugando un rol cada vez más importante en la transformación digital que tiene la industria minera. La medición anual de Deloitte “Tracking The Trends” para este sector, que analiza los 10 “issues” que le darán forma al futuro de la minería, muestra que hay un claro foco en modernizar las áreas “core” con distintas tecnologías -como pueden ser ciber y cloud-. También se evidencia una clara tendencia hacia la innovación y a las operaciones integradas.
Una de estas tendencias que plantea la edición 2022 de nuestro estudio es: “Continuing the Journey Towards Innovation-Led Organizations: Moving to Action by Embracing the Change”.
Connected Industry 4.0 toma un rol fundamental en la integración operativa y la transparencia al generar la conectividad y crear el nexo de manera efectiva entre las estrategias de negocio, la innovación, el talento y la comunidad. Integrar y conectar esta enorme cantidad de data e información a una gran velocidad a través de las distintas plataformas y dispositivos crea una verdadera mano de obra digital conectada. Las personas que componen la industria minera ahora están conectadas sin importar dónde se encuentren. Esto genera que la entrega de información sea mucho más eficiente, brindando mayor conocimiento y, en última instancia, impulsa a los trabajadores a tomar mejores y más rápidas decisiones.
La transformación digital se ha convertido en un componente clave tanto en la estrategia de negocios como la corporativa en la industria minera. Atrás quedó el tratar de entender qué es la transformación digital o el ser digital solo por querer serlo. Ahora, esta transformación ha adquirido un enorme valor al garantizar seguridad, incrementando la productividad, y optimizando la producción y los costos de los procesos operacionales.
Antes, la transformación digital era vista -correcta o incorrectamentecomo una tecnología que habilitaba, mitigaba y/o resolvía los distintos desafíos que tenía una organización. Ahora hay un punto de inflexión en el horizonte -si es que no está ocurriendo ahora- donde las decisiones estratégicas en la minería están siendo definidas, teniendo a la transformación digital como columna vertebral.
