La interacción humana tiene una nueva esfera: el mundo virtual. Tras la irrupción de la mensajería, las personas hemos evolucionado desde el correo electrónico y sus respuestas diferidas hacia la comunicación en tiempo real en todos nuestros círculos: personal, familiar, social y profesional. Por eso el desarrollo de aplicaciones y soluciones móviles para las empresas ha demostrado ser útil, pues forma parte de una nueva estrategia de foco en los negocios, incorporando la tecnología al servicio de las operaciones y la interacción entre colaboradores, clientes y usuarios. En medio de la tendencia mundial de la transformación digital, el uso de estos servicios móviles ha sido determinante en los procesos, pues permite aumentar los niveles de productividad, disminuir costos operativos e incrementar la cobertura en servicios, cuyos procesos actualmente están soportados por plataformas tradicionales.
En Chile existe una industria que potencia el desarrollo de aplicaciones y plataformas que permiten a los usuarios interactuar entre sí, especialmente en el área de los servicios. Basta con mirar a Cornershop o Betterfly, startups nacionales que, con sus propuestas innovadoras, centradas en la satisfacción de una necesidad (comprar de manera no presencial) y en la orientación a una retribución de beneficio de la actividad saludable (transición de Burn to Give hacia Betterfly y sus beneficios de seguro), usan la tecnología para entregar a las personas lo más preciado: la optimización de tiempo.
La industria local ha combinado el buen nivel de desarrollo en aplicaciones móviles de cara al usuario final, entendiendo que debe poner el beneficio y la experiencia de este por sobre la tecnología en sí. Actualmente, hay distintas maneras de lograr estos desarrollos tecnológicos, ya sea a través de frameworks nativos, híbridos o incluso plataformas SaaS (Software as a Service), que facilitan la creación de sistemas ágiles y en perfecta interoperabilidad, integración y coordinación por medio de diferentes dispositivos.
Un competidor de talla mundial
Entonces, si contamos con la infraestructura y recursos para estos desarrollos, ¿qué más falta? El desafío está en abrir la mente a las personas encargadas de TI dentro de las empresas para que desarrollen aún más sus áreas y potencien los canales de interacción desde dentro y no fuera de las compañías. A nivel de desarrollo de software, existe una industria local que es muy capaz de desarrollar aplicaciones empresariales e integrar soluciones y SaaS al mismo nivel que cualquier proveedor internacional. Chile es, sin duda, un competidor de talla mundial en este ámbito.
Entre las soluciones empresariales, desarrolladas en aplicaciones y plataformas, vemos un fuerte enfoque en la captura de datos en terreno (ventas y continuidad operacional, por mencionar un par de ejemplos). Estos usos delatan la necesidad de otorgarle movilidad al colaborador de la empresa y, por otro lado, facilidades en el acceso a documentos, captura de datos, fotografías, georreferenciación, firma electrónica y posibilidad de trabajo offline en lugares donde hay poca conectividad.
Las aplicaciones solo pueden entregar beneficios a las organizaciones, partiendo porque ceden mayor flexibilidad a los colaboradores al momento de trabajar en terreno, lo que aumenta la productividad, ya que los usuarios no tienen necesidad de realizar una digitalización posterior de la data capturada. Los datos, además, pueden ser utilizados en procesos posteriores de forma más oportuna por parte de la organización.
Una de las industrias donde vemos un mayor desarrollo de este tipo de aplicaciones es en logística y sistemas de distribución, especialmente ligado a la última milla, factor que ha cobrado vital importancia durante la pandemia, y el incremento exponencial de ventas online y despachos a domicilio. Asimismo, en el retail, donde las soluciones empresariales digitales para puntos de venta y canales de atención al cliente, son hasta ahora esenciales para lidiar con los obstáculos que ha presentado la pandemia en la continuidad del negocio. Y cómo dejar afuera a la banca; si bien hace bastante tiempo resolvemos nuestra vida financiera por medio del dispositivo, desde el año pasado las plataformas se han potenciado, también las aplicaciones móviles, permitiendo con ello que los usuarios hoy tengan más seguridad a la hora de comprar por Internet: las ventas online del retail, por ejemplo, se triplicaron en el primer trimestre de este año respecto al mismo período de 2020.
Una invitación abierta
La transformación digital y el uso de aplicaciones móviles empresariales de igual forma está presente en el sector público; con el avance de la Ley de Transformación Digital se explorará aún con más fuerza y prolijidad el uso de plataformas y aplicaciones para la recolección de datos y para ofrecer, desde luego, servicios de calidad, eficientes y seguros para los ciudadanos. Los ahorros de insumos físicos y la mayor seguridad en el almacenamiento de los datos son atractivos suficientes para llevar a cabo la digitalización de ingentes bases de datos, las que tarde o temprano podrían utilizarse según diferentes criterios para ayudar en la toma de decisiones que permitan la creación de políticas públicas.
En muchos casos la duda en dar el paso hacia la transformación digital no está en la confianza del talento, sino en la duda del presupuesto. Hay mucho de mitología en torno a los desarrollos tecnológicos, estigmatizados como costosos, pero lo cierto es que los costos de implementación de una solución móvil empresarial deben ser mirados por separado y entendiendo el rol y valor agregado de cada ítem. Por un lado, está el desarrollo del software, pero en paralelo se debe asumir la tarea de levantar los procesos de la organización para identificar qué requiere ser digitalizado tras evaluar los activos de información que servirán de “input” para el desarrollo. También se debe tomar en consideración el nivel de madurez TI de la organización para identificar si sus plataformas actuales soportan la integración de APIs, sistemas de autenticación y autorización que permitan el desarrollo y la implementación segura de estas aplicaciones.
Hace unos años este tipo de proyectos eran alcanzables solo para las grandes empresas, no obstante, dado el avance tecnológico y el uso de plataformas en la nube, hoy están al alcance de Pymes y grandes corporaciones. No hay excusas, el desafío de digitalizarse es una invitación abierta.