SOA: Arquitecturas preparadas para los nuevos retos

Elevar la eficiencia, mejorar la visibilidad de los procesos y, en síntesis, hacer más eficiente el negocio, son algunas de las ventajas que provee una Arquitectura Orientada a Servicios, un cambio de paradigma que ya se ha insertado en el mundo empresarial, alcanzando su madurez.

Publicado el 31 Oct 2014

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Mientras hace algunos años se hablaba de la adopción de SOA (Service- Oriented Architecture) como una de las tendencias más relevantes para los años venideros, principio guía en el diseño de nuevas aplicaciones de negocio y procesos de misión crítica, hoy nos enfrentamos a un escenario de madurez. Un cambio de prisma en la manera de concebir la implementación de sistemas, situando el eje ya no en las aplicaciones, sino en los servicios, a fin de resolver muchos de los problemas de los departamentos de TI, como la duplicación de soluciones, la interoperabilidad o la interconexión de aplicaciones.

SOA, explican los expertos, apunta a una fuerte integración entre: la organización, el negocio y los procesos, además de las aplicaciones, la infraestructura y la arquitectura desarrollada. De esta forma, se elimina la brecha existente entre los procesos de negocios y las implementaciones de TI, permitiendo la flexibilidad, eficiencia y velocidad de adaptación necesarias para soportar los continuos cambios del mundo de los negocios; sin duda, promesas clave en el mercado actual donde el dinamismo y capacidad de adaptarse serán cada vez más cruciales para sobrevivir y generar ventas comparativas.

Pasos clave

De acuerdo a los expertos, no hay que confundir SOA con una herramienta en particular, porque constituye mucho más: una nueva forma de pensar el diseño de la arquitectura de tecnología, donde cada uno de los componentes del negocio puede vivir de forma independiente.

¿El principal cambio que plantea? La forma de desarrollar y definir los procesos. La idea es verlos como un servicio; una visión que se proyecta como la respuesta a muchos de los problemas de los departamentos de TI, porque usa estándares que permiten la comunicación entre las diversas aplicaciones, facilitando la adaptación.

Aquellas empresas que aún no han dado el paso hacia SOA, deberían responder a las siguientes interrogantes: ¿Su arquitectura actual permite soportar y añadir valor a su organización? ¿Podrá soportar los futuros retos? ¿Cómo debería cambiar arquitectura para aportar más valor? Las respuestas vendrán de la mano de una nueva Arquitectura Orientada a Servicios.

Los expertos aconsejan mirar SOA considerando el objetivo del negocio; dentro de esta idea proyectarla con una visión de largo plazo es imprescindible, ya que aunque el ‘time-to-market’ ciertamente es relevante, resulta clave gestionar el crecimiento de servicios y procesos junto con su visibilidad a través del tiempo. En el camino a SOA hay tres fases esenciales, a juicio de los expertos: personas, datos y sistemas.

Lo primero, explican, es poner el foco en los recursos humanos y preparar a la gente, de manera que esta permita cerrar la brecha entre el área TI y las áreas más funcionales, ya que los beneficios de SOA están directamente ligados con eficiencia en procesos, los que no pueden residir dentro de silos, sino que deben ser visibles de manera transversal. Necesariamente se debe generar un cambio y las distintas áreas tienen que conversar; una cultura de adopción de una Arquitectura Orientada a Servicios al interior de las compañías que apoye este tránsito, ya que las herramientas por sí solas no resuelven los problemas. En segundo lugar es vital organizar los datos para unificarlos, de manera que la información esté coordinada entre los distintos sistemas, y que si se genera un web service, este pueda acceder a esa visión unificada.

Por último, se deben preparar los sistemas, es decir, hacer un upgrade a aplicaciones existentes y renovar las que es necesario, siempre con una mirada y diseño claros.

Una última recomendación, a juicio de los expertos, es establecer las métricas adecuadas para medir y valorar los resultados de SOA. Esto, pues hay empresas que no miden el tiempo que tardan en tener un ROI en estas arquitecturas. Y eso sucede, explican, porque llegan con expectativas sobredimensionadas, esperando un resultado casi mágico, sin estar conscientes de los recursos y tiempo que implican dichos beneficios, por lo que pueden terminar considerando inviable demostrar su valor para el negocio y, por tanto, ver el proyecto como un fracaso, cuando no lo es.

El valor y los beneficios

Reutilización es uno de los conceptos infaltables que se vienen a la mente al hablar de SOA, y esto porque es uno de sus principales beneficios. Se trata de la reutilización no solo de los nuevos activos que se van generando, también incluye a los sistemas legados. Eso es clave de comprender, recalcan los expertos; SOA no plantea construir de cero una nueva arquitectura, dejando atrás todo lo existente, sino que reusar todo lo posible, permitiendo un ahorro de recursos.

Otras dos palabras ineludibles al referirse a una Arquitectura Orientada a Servicios son: flexibilidad e interoperabilidad. La primera porque SOA está enfocada en resolver los problemas y dificultades que enfrentan las organizaciones, con una respuesta dinámica y flexible a los cambios del mercado y los retos del negocio. Esto se desprende de una mejora en la administración, ya que al poder tener identificados los servicios, es posible tener un inventario de los mismos y con esto una identificación rápida de los necesarios para implementar una función o proceso de negocio determinado. La segunda, porque SOA está enfocada en la interoperabilidad e interoperación, para un mejor servicio, usando estándares que lo facilitan.

Gracias a estos cambios es posible obtener una mayor productividad y hacer más competitivo el negocio, aportando un alto nivel de visibilidad en los procesos. Finalmente, no se puede olvidar que cloud hoy es el camino por el que está avanzado el mercado, donde SOA, de la mano también de BPM, una disciplina muy ligada, serán pilares esenciales. En la próxima década, sin duda, crecerá la externalización de procesos de negocio, infraestructura y servicios, incluyendo modalidades como SaaS, IaaS y PaaS. Para una empresa que cuente con una arquitectura rígida no será sencillo integrarse con terceros: proveedores, partners o clientes, cuyos procesos de negocio ya están alineados en torno al concepto de servicios. En definitiva, SOA será paso inevitable para caminar sobre un terreno preparado en dirección a la nube.

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Redacción

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