En el mercado de TI, para bien o para mal, se habla mucho sobre los sistemas heredados, también conocidos como legacy o legados. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? Según Jorge Yaqui, Director de Tecnología de Coasin Logicalis, “claramente hay una ‘demonización’ que romper respecto a los sistemas legados. Sin duda, cumplen una función importante para la que fueron creados hace muchos años a nivel de procesos de negocios y muchas empresas dependen fuertemente de estos. Por lo mismo, más que demonizar, es necesario decidir en cada caso si representan un lastre o me sirven y sobre eso reevaluar constantemente esta decisión”, señala.
Para Raúl Mietta, CTO y Director de Consultoría de Kyndryl, en tanto, “estos sistemas deben integrarse con las nuevas tecnologías que son necesarias como parte de la transformación digital y que hoy están disponibles en la nube, o bien modernizarse por nuevas alternativas”.
Mantenerlos o modernizarlos es una decisión compleja que muchas organizaciones enfrentan. Por un lado, mantener estos sistemas puede parecer una opción segura y económica a corto plazo, pues ya están en funcionamiento y cumplen con las necesidades básicas de la empresa. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, estos sistemas pueden volverse cada vez más costosos de mantener y limitados en términos de escalabilidad, seguridad y capacidad de integración con nuevas tecnologías. Por otro lado, migrar no es necesariamente un proyecto menor, ya que implica importantes recursos y esfuerzos.
Jorge Yaqui, COASIN LOGICALIS. Raúl Mietta, KYNDRYL. Patricio Ibáñez, ADEXUS. Octavio Duré, VMWARE. Hugo Markl, HITACHI VANTARA LATAM. David López Zulueta, RACKSPACE TECHNOLOGY. Juan Francisco Sainz, OUTSYSTEMS. Yocelyn Ramírez, SONDA.
En el debate sobre los sistemas heredados, los proveedores coinciden en que también hay un tema de marketing fuerte respecto de promocionar la nube y low code, entre otras tecnologías, que por lo mismo se busca impulsar el reemplazo de los legados. “También está la necesidad de los clientes, como aquellos del sector bancario y telco, de poder salir de las marcas que les han brindado servicio durante años y los tienen ‘atrapados’, pero con sistemas que aún funcionan como un reloj. Esto genera una dicotomía en el cliente sobre qué hacer: ¿migrar o mantener lo que funciona?”, expresa Patricio Ibáñez, Gerente de Servicios de Tecnología de Adexus.
“En muchas ocasiones, estos sistemas también se cambian debido a la moda de migrar a la nube, pero al final, la función sigue siendo la misma y solo se varía el modelo de consumo”, explica Octavio Duré, Solution Engineering Director – South of Latam de VMware . Ahora, según explica, también hay casos en los que es necesario brindar mayor integración o funcionalidades a las aplicaciones para diferenciarse de la competencia o crear una experiencia digital única, y el sistema legado, debido a la tecnología que utiliza, dificulta ese avance.
Complementa esta apreciación el profesional de Kyndryl, para quien “muchas veces el error que cometen las áreas de tecnología es creer que adoptar es transformar, pero solo cambian el modelo de consumo. Sin embargo, si la empresa no adopta realmente metodologías ágiles, DevOps o las mejores prácticas en desarrollo, es como tomar un taxi en lugar de tu propio automóvil, no cambia y es más costoso. Implica un cambio cultural en la forma de trabajar”.
Los costos y otros factores decisivos
Los costos son un factor crucial en esta decisión. Mantener sistemas heredados puede resultar costoso para las organizaciones, ya que requieren soporte especializado que puede tener un alto precio debido a la escasez de profesionales con conocimientos específicos sobre estas tecnologías obsoletas. Además, a medida que los sistemas heredados envejecen, se vuelven más propensos a fallas y reparaciones costosas.
Para Hugo Markl, District Manager SOLA Region en Hitachi Vantara Latam, “mantener estos sistemas es costoso, pero la migración a menudo implica un costo importante, y los sistemas heredados pueden coexistir perfectamente con otros sistemas que ofrecen nuevas capacidades. En última instancia, la decisión se convierte en un caso de negocio”.
Por su parte, David López Zulueta, Director de Ventas de Nube Privada en Latinoamérica de Rackspace Technology, enfatiza que “lo importante, al final del día, es que estén alineados con el negocio”. Agrega que es esencial voltear a ver el negocio, para determinar si el sistema legacy cumple con lo que este necesita. “Si es eficiente, seguro, tiene las características que habilitan la transaccionalidad o que le dan un beneficio a la compañía, entonces sí lo mantengo. La clave es tomar decisiones basadas en costos, tecnología y negocio, y asesorar al cliente, evitando que haga inversiones perdidas”, señala.
Según Juan Francisco Sainz, Director Comercial para Latinoamérica de OutSystems, hay tres factores importantes en la decisión de migrar o no los sistemas heredados. Primero, cada vez hay menos personas que trabajan en el desarrollo o mantenimiento de aplicaciones legadas, o bien, es muy costoso contratar a estos especialistas. Segundo, la seguridad es esencial y muchos comités de riesgo no aprueban estas aplicaciones porque no pasan las pruebas necesarias, entonces las empresas ven el cambio como una forma de obtener una certificación de seguridad rápida y eso es suficiente para tomar la decisión. “Finalmente, un tercer aspecto, que es generalmente donde se ‘caen’ los proyectos de renovación de sistemas legados, es el tema de revenue, ya que no necesariamente la migración implicará un mejor revenue, ya que normalmente estos sistemas están en el back-office y son transparentes para el cliente final”, detalla el ejecutivo.
¿Cuándo migrar y cuándo no?
El concepto de legado es muy amplio, como explica el ejecutivo de VMware: puede abarcar desde programas Cobol que tienen 40 años hasta aplicaciones que se crearon hace tres años, como NVC en JAVA, y que ya se consideran obsoletas. Por lo tanto, al tomar la decisión de si migrar o no, a su juicio, el enfoque debe estar en qué ventaja de negocio proporciona la modernización de esa aplicación. “Modernizar un sistema que tiene 40 años puede ser costoso y no marcar la diferencia, mientras que uno de tres años puede tener un impacto mucho mayor. El análisis de negocio es lo que determinará la prioridad”, detalla.
En este sentido, los expertos coinciden en que la asesoría es muy importante, ya que permite a las empresas analizar qué es lo que finalmente les favorece más.
Otro aspecto relevante a considerar es que “modernizar un legado no es un paso del punto A al B, es un viaje en el que es necesario asesorar al cliente en los distintos pasos, para que los temas de seguridad, interoperabilidad, dependencia del hardware o software se puedan ir resolviendo gradualmente, a la par que el sistema sigue generando resultados de negocios”, agrega el profesional de Rackspace.
En su opinión, “realizar un cambio de 0 a 100%, una suerte de ‘big bang’, es más disruptivo que útil. Mientras en algunos casos es conveniente integrar ese heredado con otras tecnologías, otras veces es más beneficioso tomarlo y convertirlo a un lenguaje que pueda ejecutarse directamente en tecnologías nativas de la nube, y variabilizar ese costo, permitiendo que esas aplicaciones, ya sea a través de contenerización o apificación, puedan ser diseñadas de forma resiliente, escalable y con un costo variable en función del ingreso del negocio, posibilitando crecer de forma espontánea”.
“Asimismo, es importante evaluar qué tanto las empresas se han acostumbrado a adaptar su negocio a legacy. Algunas están tan enredadas por los procesos que les resulta muy difícil cambiar, y eso incluso va más allá de lo técnico”, añade el ejecutivo de Coasin Logicalis.
Para el ejecutivo de Hitachi, “mantener sistemas legados es costoso, pero no deja de ser una decisión de negocios.
“Y en esto, nuestros interlocutores han cambiado radicalmente, antes era el área de TI, mientras hoy los proyectos son de arriba hacia abajo: hablamos con gente de negocio, vemos necesidades, buscamos soluciones y después abajo se defi- nen y toman decisiones técnicas”, indica.
Convivir, una opción menos disruptiva
Hoy existe un gran interés en el mercado en relación a este tema, “pero no solo desde la perspectiva de reemplazar sistemas legados, sino de cómo convivir con estos. Y cómo plantearse proyectos de innovación sin tener que hacer cambios drásticos desde el punto de vista de los legados”, aclara el ejecutivo de OutSystems.
“Se observa mucho interés por habilitar capacidades de negocio que no necesariamente los sistemas heredados están permitiendo”, agrega David López. Por ejemplo, en el retail se necesita mayor capacidad de respuesta ante a ataques como el ransomware, hacer más con menos y modernizar aplicaciones en tiempo récord. Es entonces cuando las empresas se percatan de las limitaciones de sus sistemas y se preguntan cómo pueden transformarse de manera gradual pero rápida, para seguir atendiendo el negocio mientras se desprenden de las “ataduras” de los sistemas heredados. Además, el ejecutivo señala que también consideran el escenario económico incierto de la región, por lo que buscan optimizar y mantener la estabilidad en la medida de lo posible, evitando grandes proyectos y apuntando a la menor disrupción posible.
Y así es, complementa Jorge Yaqui: “La mayoría de las empresas nos plantean retos de innovación y si técnicamente se necesita cambiar el legado, entonces ahí viene el proyecto, pero parte por la necesidad de negocio y puede venir como consecuencia”.
Tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial -un área donde las compañías quieren avanzar-el efecto de la nube y el constante crecimiento de la data, son considerados por Yocelyn Ramírez, Directora de Desarrollo de Negocios en Sonda, como factores que indirectamente motivan a las empresas a cuestionarse qué hacer con los heredados. Y en este sentido, añade, hoy son menos las organizaciones que plantean un caso de modernización de sistemas legados de tres a cinco años.
“Buscan realizar proyectos involucrando tecnologías disruptivas y explorar cómo convivir con estos sistemas, con conceptos como bus de integración o apificación, tratando de establecer conexiones entre ambas tecnologías. En general, vemos que hay un cierto temor de las empresas por ‘desarmar’ y partir de cero, evidentemente por el riesgo operacional que esto conlleva”, indica la ejecutiva.
Finalmente, de acuerdo a Octavio Duré, en este tema se dan tres escenarios: primero, cuando una firma necesita modernizar estas aplicaciones a veces por supervivencia, como por ejemplo, si la competencia tienen un canal digital y la compañía en cuestión no, esta se ve obligada a modernizarse; segundo, marcado por la presión de marketing, la moda y las exigencias de los directorios; y tercero, cuando la organización cuenta con aplicaciones que corren en un sistema operativo que ya no tiene soporte, pero considera que no vale la pena realizar el cambio por la adherencia del sistema al negocio y porque no habrá una diferencia significativa; en este caso, la organización elige convivir con la obsolescencia a como dé lugar.
Una mirada hacia el futuro
Un aspecto importante y que no todos consideran en el concepto de modernización es qué sucederá en el futuro, para evitar volver a tener sistemas heredados en unos años más. Según explica la ejecutiva de Sonda, “es relevante ver el concepto de modernización no solo en relación con las actuales aplicaciones, que son el factor crítico, sino también pensando en cuáles serán los próximos sistemas legados, porque hoy construimos con arquitecturas nuevas, pero en 20 o 30 años seguramente estás ya serán heredadas, porque no necesariamente están bien consolidadas”, explica.
Se trata de preparar la aplicación de antemano, incluso aquellas heredadas, con todos los factores que serán críticos para quienes deberán mantenerlas en el futuro.
“En este sentido, tenemos la responsabilidad de cambiar el paradigma en las empresas para que no las atendamos de manera reactiva, sino que establezcamos una base central que nos permita que estos sistemas legacy evolucionen constantemente en el tiempo”, enfatiza.
Esta perspectiva de futuro es esencial. Según Patricio Ibáñez, muchas compañías, al darse cuenta de la necesidad, comenzaron a desarrollar traductores de código que ingresan al lenguaje específico del sistema, para estandarizarlo y migrarlo a cloud, pero cuando intentan migrar, descubren que no tienen acceso al código fuente, no existe un lenguaje que migrar ni garantía de la funcionalidad, lo que resulta complicado, implica reescribirlo, y puede generar un gran riesgo operativo.
Asimismo, para Raúl Mietta, “es esencial poder variabilizar el costo y entender cómo lograr la interoperabilidad y portabilidad de las aplicaciones, de manera que no dependan de una tecnología o infraestructura específica, y que puedan transitar entre distintas nubes o bien hacia on premise, con una perspectiva de futuro que no limite nuevamente su funcionamiento, así como lograr que las aplicaciones puedan crecer o decrecer según las demandas del negocio, sin depender del hardware y evitando así un costo fijo”.
Un elemento clave para que las transformaciones funcionen, agrega el ejecutivo de Rackspace, es reevaluar el modelo de gobierno de la tecnología, de manera de asegurar que esta vaya alineada con el negocio y establecer un modelo que permita mantener esa alineación a lo largo del tiempo, pudiendo seleccionar lo que esté en línea con lo que se utilizará.
“Preparar las aplicaciones para que puedan ser implementadas en una nube hoy y en otras mañana, es decir, para los cambios del futuro, es clave”, concuerda Octavio Duré. Sin embargo, cómo definir la estrategia para visibilizar esta estructura de costos hacia el futuro es un reto no menor. “Cómo demostrar esto al cliente para que no se enfoque en sus sistemas heredados solo cuando ocurre una pandemia, sino de manera constante. Esto representa un desafío financiero, ya que, aunque técnicamente es fácil explicar por qué hacer el cambio, a nivel de negocio no siempre es visible, ya que es transparente para ellos”, subraya Yocelyn Ramírez.
Hoy en día, los ciclos tecnológicos son más cortos y eso tiene un fuerte impacto en las decisiones que se toman. “¿Cómo se puede cambiar un sistema heredado y esperar obtener un retorno de la inversión en tres años? El área financiera argumentará que no hay retorno de la inversión, mientras que la parte operativa sostendrá que se puede seguir operando. Mientras tanto, los clientes no tienen idea de lo que está sucediendo”, explica Juan Francisco Sainz.
Además, los proveedores señalan que la IA a futuro puede ser un aliado muy poderoso en los sistemas legados, ya sea mediante análisis predictivos para identificar posibles fallas o usándola para traducir el lenguaje de una aplicación a otro. Las opciones son múltiples, lo relevante es acompañar al cliente para que tome la mejor decisión para su organización, ya sea manteniendo sus sistemas legados en convivencia con las nuevas tecnologías o modernizándolos según lo requiera.