Rodrigo Roblero.
¿Cómo observa la transformación digital del sector financiero?
Históricamente el sector ha sido pionero en el uso de las tecnologías digitales y, en ese sentido, el mercado chileno no es la excepción. Hoy, los procesos de transformación digital más importantes a nivel de país están siendo abordados básicamente por el segmento financiero.
Ahora, este tipo de transformación es un concepto muy amplio, que va desde eliminar papeles hasta un proceso “end-to-end”, donde el costo de transporte de la información se reduce lo máximo posible, y hay instituciones pioneras en este ámbito, y otras que probablemente están quedando atrás. Para que sea un proceso continuo, requiere que todos los entes que participan sean parte de ese ecosistema digital, y tecnologías, como Blockchain -muy en boga-, favorecen que los distintos procesos de transformación se ejecuten de forma eficiente y a un bajo costo. La iniciativa de Gobierno que busca la transformación digital del Estado, impulsará también a que los privados se sumen.
¿El DCV se considera una entidad modernizadora del mercado de valores?
El DCV es uno de los entes que facilita que el mercado de valores de Chile se modernice. Desde el soporte que presta el DCV, se han definido cuatro pilares para apoyar este proceso y que es inherente a su rol, donde evidentemente el uso de la tecnología es fundamental. Uno de estos es permitir y facilitar la mayor cantidad de transacciones, para lo cual son claves todos los procesos de eficiencia operacional. Cuando la entidad se creó, este proceso era con papeles, y pasar al mundo digital fue uno de los hitos importantes de la transformación digital y desarrollo del mercado financiero.
Otro pilar es la diversidad de instrumentos financieros disponibles para que los distintos agentes económicos participen en este proceso, donde somos un habilitador. Un tercer pilar son los elementos que rodean el ecosistema en torno a los instrumentos que se transan como, por ejemplo, las prendas u otras operaciones vinculadas a ellos y que facilitan la operación de los mismos; y el cuarto lo estamos desarrollando a través de procesos de innovación, que apuntan a la generación de servicios complementarios, donde usemos las competencias estratégicas que hemos desarrollado en estos 25 años de existencia. Estos permitirán proveer al mercado servicios de valor agregado y así adherir a los más altos estándares internacionales.
Mencionó Blockchain, ¿qué avances han realizado en este sentido?
El DCV participa en distintas instancias respecto de lo que es la evolución de Blockchain en el mercado financiero. Particularmente somos parte de un consorcio internacional, compuesto por entidades relevantes del sector de otros países, que analiza la implementación de la tecnología Blockchain en escenarios post-trade, para investigar qué nuevos tipos de productos pueden construirse utilizándola y cómo los estándares tecnológicos existentes pueden ser compatibles con esta. También tenemos internamente iniciativas de análisis de los potenciales impactos que pueda tener esta tecnología en el modelo de negocios de nuestra empresa y dentro del mercado de valores.
Pero más que Blockchain como un fin en sí mismo, la pregunta es cómo el modelo de negocios en el cual participa el DCV se verá afectado o modificado, y cómo podemos prestar mejores y más servicios a nuestro mercado, utilizando esta tecnología. En este sentido, la relación que tenemos con Nasdaq, hace ya dos años, es muy relevante para efectos de analizar y desarrollar aplicaciones bajo Blockchain.
Blockchain es una tecnología que eventualmente tendrá mucho impacto en el desarrollo de la industria, porque entrarán otros incumbentes en este proceso productivo, pero para que se desarrolle de forma correcta requiere de una regulación que hoy en Chile no existe, y allí hay un gran reto en el que nosotros como DCV queremos aportar.
¿En qué se enfoca la relación con Nasdaq?
Esta relación nace a raíz de la visión de la empresa de mirar al futuro, llegar con un buen “time-to-market”, y favorecer el desarrollo del mercado de capitales, donde el desarrollo TI es un tema muy importante. Necesitábamos un partner que nos permitiera acelerar los procesos de transformación, pero al mismo tiempo adoptar nuevas tecnologías, como por ejemplo Blockchain. Así entonces iniciamos la búsqueda y, finalmente, firmamos un acuerdo con Nasdaq en 2017 para desarrollar el proyecto de transformación del sistema “core” del DCV y, asimismo, buscar nuevas sinergias en el uso de tecnologías desarrolladas por Nasdaq.
En una primera instancia es un acuerdo a 10 años, donde creemos que seremos capaces de desarrollar muchos servicios para el mercado financiero apalancados en esta alianza.
¿Cómo han reforzado en el último tiempo su infraestructura tecnológica?
Para nosotros la continuidad operativa, disponibilidad de la información y ser resiliente frente a los incidentes que tenga el mercado es una tríada clave en la operación. En pro de estos objetivos, contamos con dos sitios productivos en línea en la ciudad de Santiago y un tercer sitio anti-desastres, fuera del país.
Nos hemos definido internamente como la última empresa en “caer” dentro del sistema financiero, y la primera en estar disponible para que el mercado se pueda recuperar. De hecho, en el terremoto de 2010 pudimos comprobar que cumplimos ese objetivo, demostrando que no tuvimos problemas para enfrentar esa contingencia, tanto desde la parte tecnológica como de la gestión de las personas que administran esas tecnologías. Todos nuestros mecanismos hicieron que el DCV estuviese disponible y facilitamos nuestra infraestructura a otros actores, que sí tuvieron inconvenientes, para que pudieran procesar sus operaciones.
Tenemos un plan de continuidad de negocios robusto y certificado por la norma internacional más importante en esta materia.
¿En qué han centrado su inversión TI?
En los últimos cinco años hemos invertido fuertemente en el proceso de transformación; buscamos llevar al DCV a un estadio en que pueda proyectar su servicio para los próximos años, y eso significa preparar la compañía con una infraestructura técnica robusta, que sea capaz de aportar nuevas tecnologías, sin sacrificar los elementos que ya se han ganado como, por ejemplo, el uptime de nuestra infraestructura, el que es muy competitivo para empresas de infraestructura, lo que nos hace ser bastante resilientes frente a distintos incidentes. Hemos logrado esto con buena tecnología y una buena capa de gestión, donde las personas están preparadas para administrar distintos eventos de riesgo. Por otra parte, durante los últimos años hemos fortalecido nuestra capacidad de gestionar el proceso de transformación y buscar eficiencias en nuestro modelo productivo y, asimismo, incorporar mayores y mejores conceptos y metodologías para gestionar nuestra empresa. Hoy, todas las decisiones son gestionadas bajo una visión de riesgo, lo que permite que siempre tengamos a la vista los elementos relevantes para minimizar el riesgo que administra el DCV, del que sin duda somos muy conscientes.
¿Cuáles son las aplicaciones anclas de su negocio?
Actualmente, para nuestras distintas líneas de negocio, hemos desarrollado internamente aplicativos modulares que están distribuidos en los diferentes servicios. Todo este proceso tecnológico del DCV está construido con una lógica TI de hace 5 años o más; entonces, lo que estamos haciendo es transformar todos estos servicios a una lógica de microservicios, de manera de hacer más eficiente el proceso productivo del manejo de la tecnología. En esto nos está apoyando mucho la gente de Nasdaq, y algunos proveedores externos que tienen experiencia en la implantación de procesos de transformación.
¿En qué retos están centrados hoy a nivel digital?
Uno de los retos es el proceso de transformación digital, que incorpora la relación con nuestros clientes, y aquí tenemos un desafío importante, porque no todo el mercado va a la misma velocidad, entonces no sacamos nada con estar transformados si nuestro mercado no lo está; allí hay una ecuación a equilibrar. Otro reto muy importante es la ciberseguridad, y mantener un plan de inversión actualizado y acorde a los requerimientos de la industria. Asimismo, un tercer elemento clave es la transformación digital vinculado a buscar procesos de eficiencia, tanto al interior de la empresa, como al exterior, en la relación con nuestros participantes, de manera de hacer que las operaciones sean más seguras, eficientes y rápidas, y prestar un mejor servicio a nuestros mercados con canales más eficientes.
En su cargo, como Gerente de TI de DCV, ¿qué habilidades son fundamentales?
En general los CIOs tienen que tener la capacidad de poner atención a lo que está sucediendo y a las tendencias y, al mismo tiempo, ser capaces de disponer un uso de tecnología que permita un desarrollo eficiente de acuerdo al modelo de negocios que tenga la empresa. Si yo como Gerente de Tecnología del DCV empiezo a innovar y con esto incrementar en forma importante el riesgo operacional de la empresa, evidentemente no es la ecuación que esta empresa quiere resolver. Cada compañía debe tener en mente cuál es la ecuación a maximizar en el uso de la tecnología.
Por ejemplo, el DCV, dada su criticidad en el mercado, no puede ser un “early adopter”, sino que debemos utilizar soluciones completamente probadas. Debemos tener una ecuación que permita estar en la vanguardia, pero sin exponernos a riesgos operacionales que atenten contra la continuidad de negocios y el desarrollo del mercado de capitales. Cuando tomas una decisión de negocios, esta no puede ser autónoma, tenemos que saber cómo impacta en el desarrollo completo de la compañía. Esa ecuación es la que debemos administrar de manera continua.