Según datos de la Consultora IT Hunter, la demanda de especialistas TI en ecommerce, seguridad, informática, logística y transformación digital ha crecido en un 40% en los últimos meses. Además, aseguran que los profesionales TI son los nuevos héroes de la economía nacional ya que, gracias a sus habilidades, permiten que el país avance pese a la crisis sanitaria. Por otro lado, según N12 – Talento Tech, compañía dedicada a la búsqueda de capital humano tecnológico, Chile es uno de los países en Latinoamérica que más exporta talento a otros países.
Desde marzo de 2020, los puestos de trabajo se han reinventado y tecnologizado, dando prioridad a otras habilidades y conocimientos, empujados por la reestructuración de los negocios, su automatización de procesos y operaciones, además de la incorporación de Inteligencia Artificial, el desarrollo en la nube y el Big Data.
Los expertos de la Academia de Programación Digital, Coding Dojo -quienes cuentan con 10 años de experiencia en la industria nacional e internacional- han tomado el pulso al fenómeno, con un aumento considerable de postulantes programadores, sobre todo en los últimos 24 meses, junto con detectar de dónde vienen los perfiles de dichos profesionales.
Sebastián Espinosa, Director Ejecutivo para Latam de Coding Dojo, asegura que “hoy en día existen cursos que ayudan a profesionales con experiencia o no en tecnología, con herramientas que hoy son necesarias para el mercado. Ya es una realidad que el programador es el perfil de profesionales que necesita la mayoría de las empresas en la actualidad. Sin duda, es una de las habilidades tecnológicas más demandadas por el mercado que ha crecido enormemente este año y seguirá en aumento durante 2021”, concluye.
¿Cuáles son las habilidades más cotizadas o requeridas?
De acuerdo a datos de Coding Dojo, las habilidades más cotizadas tienen que ver con computación en la nube, debido a que la demanda de acceso en línea a los datos se convierte en la norma para todas las áreas de la vida. Computación científica y Data Science, puesto que los datos son inútiles sin capacidad de implementarlos para alcanzar los objetivos de la empresa. Asimismo, desarrolladores e ingenieros de software, con foco en Python, JavaScript y C-sharp, quienes crean, prueban y depuran códigos en varios lenguajes, para implementar cualquier plataforma online. Las habilidades técnicas hoy también son más relevantes que nunca, y se complementan con las personales como adaptabilidad y trabajo en equipo.
“Este nuevo boom de especialidades está llevando a que las empresas necesiten habilidades enfocadas en nuevas capacidades tecnológicas que van de la mano con lo que estamos viviendo como país. Y también con la evolución de herramientas tecnológicas que antes se pensaba podrían ser opcionales, pero ahora son una necesidad. Esto es un gran cambio hacia el mundo de la innovación, y es donde aparecen otro tipo de validaciones profesionales no tradicionales que pueden mantenerse al día con los cambios acelerados de la tecnología, por ejemplo, los bootcamps, que son cursos intensivos de programación, donde se pueden adquirir las habilidades necesarias para ser parte de esta nueva era”, explica Sebastián Espinosa.
En ese marco, el porcentaje de estos profesionales ha aumentado considerablemente desde que comenzó la pandemia y desde Coding Dojo también han visto que la demanda del mercado por desarrolladores de software fullstack sigue aumentando más que los profesionales existentes para llenar estos cupos. “Es importante diferenciar el perfil de un profesional que ha tomado cursos de ciertas herramientas v/s el que ha estudiado en un programa que prepara a una persona de forma integral para entrar a este mercado laboral”, enfatiza.
Perfiles de los programadores
En cuanto a los perfiles de los nuevos programadores, desde Coding Dojo comentan que es muy variado y que van desde profesores de literatura, especialistas en genética y pilotos, hasta estudiantes de ingeniería y técnicos. Por ejemplo, el 68% de los postulantes a Coding Dojo provienen de carreras asociadas con ingeniería informática.
Quienes forman parte de las generaciones actuales que están realizando los bootcamps son personas con todo tipo de formaciones previas (incluso, sin estudios formales) y de todas las edades. Dentro de su análisis, destacan que hace algunos meses sus postulantes provenían en un 95% de la Región Metropolitana, actualmente ese porcentaje ha disminuido a aproximadamente el 55% de los postulantes, en tanto el resto se reparte de norte a sur.
Al momento de egresar y dedicarse al mundo TI, para los programadores es poco el tiempo que se demoran en encontrar trabajo. Un ejemplo de ello, son los alumnos de Coding Dojo, los cuales se tardan alrededor de 120 días en encontrar el trabajo para el cual fueron preparados. Y a un año de graduarse en Coding Dojo existe un 95,3% de empleabilidad. “Es importante indicar que, si bien la mayoría de los graduados de Coding Dojo entran a la academia con el fin de reconvertirse laboralmente o de potenciar sus conocimientos incipientes en distintas tecnologías, hay un porcentaje no menor cuyo objetivo es ser capaces de desarrollar sus propias aplicaciones web y software de manera independiente. En este sentido, si bien el foco de la academia es profesionalizar y reconvertir profesionalmente a sus estudiantes, también los apoyamos en sus procesos de convertirse en independientes, capaces de generar sus propias soluciones tecnológicas”, explica el Director Ejecutivo.
Por último, para los interesados en programación es fundamental un enfoque generalizado en desarrollar y aprender Python, el lenguaje más cotizado en 2019 y 2020, y recoger los conceptos básicos de ciencia de datos.
Según estadísticas de Coding Dojo, en Estados Unidos un programador tiene una tasa de inserción laboral sobre el 90% tras el primer mes de certificarse en un lenguaje de programación fullstack. En particular, en Chile el sueldo de estos profesionales va desde los $700.000 en caso del perfil junior, y puede llegar hasta más de $3.000.000 en caso de senior en industrias TI, con un promedio que varía entre $1.300.000 y 1.800.000, dependiendo de la edad, expertise y capacidad de mantenerse al día con los nuevos lenguajes de programación.