Casi siempre estamos escuchando que en Chile los empresarios no tienen en mente el grado de importancia del empleo de las TICs en sus empresas. Dicen que es como el mal inevitable y no la palanca que moverá el negocio (¿se acuerdan de la frase “dénme un punto de apoyo y una palanca y con ella moveré el mundo”?).
Por eso, me parecen excelentes todos lo planes desarrollados en Chile para incrementar el uso de la tecnología (como el de la Agenda Digital, por ejemplo), que buscan optimizar los recursos y mejorar la gestión, entre otras cosas, en las empresas, gobierno, instituciones, etc.
A través de estos planes, debiéramos obtener una mejora sustantiva en la eficiencia para el país, como resultado de estas estrategias. En estos planes, veo con mucha satisfacción el uso de los conceptos de “seeding & spreading” (sembrando y esparciendo).
Considerando lo anterior, me gustaría levantar un punto para ser analizado. Se trata de la velocidad con la cual se obtendrán los resultados esperados. En este punto quiero recordar las diferencias que existen en las velocidades de adopciones del mercado versus las velocidades de adopciones existentes sólo por planificación estructurada, cuando el mercado no percibe los beneficios inherentes planteados.
Si ustedes recuerdan, hasta el año 1980 era muy común el empleo del télex en el mundo. Muy poco tiempo después surgió el fax y no fue necesario un plan de gobierno ni nada parecido para que la velocidad de implantación de esa tecnología -en casi cinco años- desplazara totalmente al télex.
Hoy en día muy poca gente se acuerda del télex, a pesar de que todavía existe en su mínima expresión. Otro ejemplo que pudiera mencionarles es la del “Minitel”. Una gran idea generada en Francia que tenía en vista generar servicios de información digital para los suscriptores de France Telecom, empezando por el reemplazo de las guías telefónicas tanto de usuarios como de empresas. Esta idea en el fondo fue una de las precursoras de lo que tenemos hoy (sin el Minitel…) con la Internet.
Esta iniciativa fue apoyada con mucho tesón por el gobierno francés, no sólo como estrategia general que consideró, en su momento, la entrega masiva de los terminales Minitel, pero además con un gran subsidio de costos, mirando ellos siempre el largo plazo.
No cabe acá evaluar en extenso los problemas del por qué no resultó esa experiencia, pero, para mí, alguna de las razones fueron la rigidez de la planificación, la falta de retroalimentación de lo que querían los usuarios, demasiado pensamiento local (Viva Chauvin!) y una falta de libertad y maniobrabilidad para la generación de los contenidos de información.
El resultado es que después de casi 20 años existen aproximadamente más de un millón de conexiones y alrededor de seis millones de terminales “Minitel” en Francia.
En el resto del mundo hay cero Minitel…y el Minitel en Francia ¡ahora tiene como opción el poder conectarse a la Internet!.
Por otro lado, tenemos la experiencia de la Internet. En los últimos 10 años se han logrado más de 300 millones de conexiones, sólo considerando los países desarrollados.
Para lograr este resultado tan espectacular, las planificaciones han sido descentralizadas en términos mundiales, tampoco necesariamente estructuradas, pero sí se ha considerado que la misma “Net” aumente su valor intrínseco al adicionar cada nodo, cada PC conectado y cada segmento de mercado incorporado.
Como ustedes saben, no existen dudas por parte de las personas, ya sea de forma individual o colectiva, en cuanto a la importancia y al enorme valor que existe en el empleo de la Internet.
El mismo uso de la Internet ha desplazado rápidamente el empleo de los faxes a la transmisión de documentos ( todavía…), pues los e-mails son más baratos, más rápidos, llegan directo al destinatario y todo eso en aproximadamente 10 años. Tampoco acá tuvimos una planificación estructurada, pero sí una gran percepción del valor de la adopción de la tecnología.
Muchas asociaciones trabajan generando planes comunes con sus asociados mostrando los beneficios generales de la adopción de sus productos y/o servicios.
Es así como mundialmente tenemos campañas publicitarias (por ejemplo: el coma pollo, carne de cerdo y tome leche). Entonces, ¿por qué no mostrar un “use TICs” (comerlas directamente pudiera ser algo indigesto) realizado por buenos publi-cistas?.
El tener muchos “martillos” y saber que se puede hacer con ellos “bricolaje” no implica que todos entiendan el cómo hacer y el dónde hacer, para sacarle el máximo partido a las TICs y diferenciarnos de forma creativa.
El tiempo de adopción sin duda se aceleraría, una vez que el valor fuera “obvio” y se entendiera como un beneficio que se obtendrá, más que un gasto inevitable.
Septiembre de 2004
