La pandemia obligó a las personas a quedarse en casa y, por ende, implementar el tan comentado teletrabajo. Si bien las empresas pudieron adaptarse rápidamente a esta realidad, creando nuevas dinámicas para funcionar, lo cierto es que un alto porcentaje de los trabajadores se inclina por volver al sistema presencial. De hecho, el último informe Workmonitor de la consultora internacional Randstad arrojó que al 84% de los encuestados en Chile le gustaría volver a su lugar de trabajo apenas sea posible, principalmente por extrañar la interacción con sus compañeros y no disponer en casa de un lugar adecuado para desempeñar sus funciones.
Frente a esto la pregunta es ¿cómo volver de manera segura para los trabajadores, velando a la vez por la rentabilidad para las compañías? Es ahí donde surge el concepto de oficina inteligente o Smart office. En palabras simples, se trata de espacios donde distintas tecnologías ayudan a los colaboradores a trabajar mejor, más rápido y en óptimas condiciones sanitarias. Para eso, se eliminan esas pequeñas tareas que antes requerían intervención humana, liberando el tiempo para poner el foco en lo importante en virtud de las funciones asignadas al trabajador e impactando directamente su bienestar y calidad de vida.
Son varias las innovaciones que se pueden ejecutar para dejar atrás el paradigma tradicional. Una de las más valoradas son los sensores que se instalan para medir la concentración de CO2, la calidad del aire y, lo más importante en estos tiempos, los niveles de aforo, dando alertas cuando los máximos permitidos se sobrepasen.
Asimismo, los accesos están controlados mediante códigos QR o reconocimiento facial, y un sistema de agendamiento integrado permite a cada uno de los colaboradores saber dónde será su próxima reunión, el camino para llegar hasta ella, conocer de antemano la cantidad de personas que ya hay en la sala e incluso reservar su puesto en la mesa.
Como complemento, un sistema de este tipo detecta los niveles de luz para activar la luminaria que realmente sea necesaria o bien subir o bajar las cortinas, lo cual deriva en un ahorro de costos para la empresa. Lo mismo ocurre con la calefacción y otros recursos que usualmente eran gestionados de manera menos óptima. La seguridad es otro aspecto que mejora notoriamente en este modelo, con mecanismos perimetrales que entregan una total experiencia de prevención sin intervención humana.
“Debido a la pandemia, transformar la oficina en espacios inteligentes es casi un estándar. Es fundamental entregar a los trabajadores las condiciones necesarias para realizar de buena manera sus funciones, tras más de un año trabajando remoto, y a la vez permitir que la empresa invierta los recursos realmente necesarios en este ítem, sin desperdiciar espacios o perjudicar la productividad del equipo”, aseguró Pablo Psijas, Country Manager de SEAL Telecom, empresa con amplia experiencia en este tipo de proyectos.
Junto con eso, el ejecutivo agrega que “hace tiempo las personas han incorporado este tema en sus casas y es clave que, en la extensión del hogar, que es el trabajo, encuentren un escenario similar donde las tareas básicas se auto gestionen sin depender del análisis o acciones de las personas. En el fondo es hacer que la oficina trabaje para ti”.
Mayor información en www.sealtelecom.com
