Como agentes de la industria de la tecnología, recibimos con alegría la noticia que Chile hacia el 2022 alcanzará un PIB de US$30 mil per cápita. Pero para alcanzar el desarrollo, no todo va por el lado de la economía. Insistimos en que para lograr dicho objetivo, debemos trabajar en cinco ejes fundamentales.
El primero, un “Estado Digital”, y vamos por buen camino, ya que tenemos en el Congreso una ley de transformación digital impulsada por el Ejecutivo y la que el Senado aprobó por 36 votos a favor, en la idea de legislar.
El segundo eje que debemos trabajar es el del “Capital Humano Especializado”, necesario para impulsar los proyectos y el crecimiento que exige la transformación digital. Ya logramos un hito histórico, un “Acuerdo de Trabajo Nacional PúblicoPrivado”, en el que participan CPC, Sofofa, ACTI, junto a los Ministerios de Hacienda, Economía, Educación, Corfo, Kodea y Fundación Chile.
En conjunto elaboramos un “Plan de Desarrollo de Capital Humano TIC”, para los próximos 10 años. La meta es capacitar a unas 15 mil personas en los próximos 5 años, y asegurarles la empleabilidad. Por ejemplo, el caso de las mujeres, solo hay un 5% en las TI en Chile y es necesario incorporarlas. En Chile hay 2 millones de discapacitados con movilidad reducida, que podrían trabajar desde sus casas; aquí hablamos de teletrabajo. Tenemos a los “Ninis”, 540 mil jóvenes entre 18 y 29 años. También proponemos incorporar el Computer Science y el código desde etapas tempranas, para que cuando los jóvenes salgan del colegio, hablen tres idiomas: español, inglés y programación.
Conectividad, Institucionalidad e I+D
El tercer eje de trabajo es la “Conectividad”. La infraestructura digital es necesaria para una conectividad nacional con más de 95% de acceso y cobertura. Y aún está pendiente el plan de acción para iniciar las inversiones de US$25.000 millones en 10 años, para alcanzar la conectividad total. El cuarto eje de trabajo es una “Institucionalidad” pensada para el largo plazo. Necesitamos ordenar el ecosistema de investigación, para generar una economía del conocimiento.
Y aquí es fundamental el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimiento.
El quinto eje es nuestro I+D+i+e. Si no reaccionamos ahora, el I+D continuará pegado en el 0,36% del PIB, con un porcentaje alto de contribución del Estado v/s el del sector privado. Los países OCDE invierten un 2,4%. Tenemos la necesidad de realizar cambios que apunten a aumentar la productividad y reducir la dependencia de los commodities.
Estado, mundo público y privado, y academia debemos colaborar y trabajar juntos para llevar al país al desarrollo. Un buen PIB es una muy buena noticia, pero no es suficiente. Los plazos están dados por el avance de las tecnologías y este es inexorable.