A medida que el costo de las tecnologías (Internet de las Cosas, nube, Inteligencia Artificial, Big Data, robótica, impresión 3D y comunicaciones) disminuye, se posibilitan nuevas aplicaciones, así como oportunidades para integrarlas de formas innovadoras. Es lo que llamamos el efecto combinatorio de las tecnologías que aceleran el proceso de cambio.
La pandemia ha sido un catalizador importante de la transformación digital de los distintos sectores de la economía: logró en tres o cuatro meses lo que en 10 años no habíamos logrado. En la digitalización post confinamiento, las empresas tendrán que repensar el negocio, redefinir sus cadenas logísticas, su red de proveedores y colaboradores, además de reordenar sus canales de atención y de venta, apalancados en las nuevas tecnologías y en plataformas digitales.
Y, en ese contexto, existe un conjunto de nuevos desafíos y oportunidades que son parte de esta nueva minería sustentable con sello verde, bajo consumo de agua, uso eficiente de energía, además de tipo renovable, y bajas emisiones contaminantes. Esta minería también será digitalizada, con baja accidentabilidad vía tele operación; centros integrados remotos de operación mina-planta; y automatización de la planta y los procesos metalúrgicos, además de empleados conectados con el uso de Realidad Aumentada. Aparecen nuevos conceptos como los gemelos digitales, que permitirán probar y validar innovaciones sin generar disrupciones en la operación, lo que antes se tornaba imposible. También estará presente la pequeña y mediana minería, con nuevos modelos de negocios, por ejemplo, a través de cooperativas y servicios remotos prestados por proveedores. Y finalmente, el desarrollo de nuevos proveedores locales con una amplia oferta exportadora, desde Chile, de tecnologías para la minería.
Valor en juego
El World Economic Forum realizó un análisis de lo que puede ser el impacto de esta transformación digital en la sociedad y los negocios. Define el concepto de “valor en juego” que evalúa el impacto de las iniciativas digitales en las industrias, pero también en la generación de empleo y valor a los clientes, así como en el valor a la sociedad y al medioambiente. Durante la próxima década, el “valor en juego” que podría agregar la transformación digital, tanto a nivel de las empresas, como del consumidor y la sociedad, podría llegar a cerca de US$100 trillones.
Si aplicamos el estudio del World Economic Forum a la industria minera se observa que la digitalización podría generar más de US$427.000 millones de valor para la industria y sociedad en la década. Hablamos de más de US$321.000 millones para la industria, es decir un 2,7% de ingreso adicional y 9% de la utilidad. Y más de US$106.000 millones para la sociedad que se pueden medir en reducción de emisión de CO2, de vidas perdidas y de accidentes, en un menor consumo de agua y en una menor contaminación del suelo.
Si aplicamos este modelo a Chile podríamos tener un impacto que podrían estar entre US$14 y US$42 billones en este decenio (ver tabla). Los US$14 billones serían considerando un 33% de adopción de las nuevas tecnologías en las empresas mineras; con un 10,5 equivalente a impacto en el negocio minero y 3,5 a impacto social. Los principales conceptos que aportan valor son el trabajador conectado, el centro de operaciones remotas, la plataforma integrada y la operación autónoma y robótica.
Iniciativas digitales
Entre las principales iniciativas digitales en minería 2020-30 tenemos: automatización, robótica y HW operacional. Aquí encontramos la implementación de herramientas de hardware habilitadas digitalmente para realizar o mejorar las actividades que se ejecutan manualmente o con máquinas con control humano, además del uso de robótica y de analítica inteligente para el monitoreo de condiciones, pronóstico predictivo y mantenimiento centrado en la fiabilidad.
Luego, en lo que se refiere a ecosistema, plataforma y empresa integrada, la idea es vincular las Tecnologías Operacionales (TO), con las Tecnologías de Información (TI) así como los dispositivos y sistemas que actualmente operan en forma separada. Estas tecnologías incluyen: integración de planificación de ventas y de gestión de operaciones; ciberseguridad de activos; convergencia de TI con TO; sensores inteligentes y tecnologías avanzadas de seguimiento y localización.
Si analizamos la iniciativa analítica y toma de decisiones 4.0, tenemos que los principales usos serían: algoritmos e Inteligencia Artificial para procesar datos en toda la cadena de valor tradicional y hacia proveedores, a fin de poyar las decisiones en tiempo real y para proyecciones futuras; tecnologías para la exploración, el desarrollo minero y la planificación y, finalmente, tecnologías para monitoreo del rendimiento de los activos mineros (por ejemplo, camiones, palas, correas transportadoras).
En el ítem fuerza de trabajo habilitada digitalmente, proyectamos que la movilidad conectada y la Realidad Virtual y Aumentada en tiempo real empoderarán a los trabajadores que están en la faena apoyándolos en los procesos, y a aquellos que operan en forma remota o centralizada. Por otro lado, las mejoras en conectividad (4G-5G) y los avances, como las tecnologías portátiles, Internet de las Cosas, Realidad Virtual y Realidad Aumentada, incentivarán en forma significativa la innovación en este campo.
Cómo deben enfrentar los líderes esta transformación
Si pudiéramos entregar algunas recomendaciones a los líderes en cuanto la transformación digital, estas serían: alinear el negocio para utilizar la innovación en las operaciones, es decir crear una estrategia digital enfocada y alineada con su modelo de negocio, procesos y organización, para fomentar el uso digital y la experimentación; mirar más allá del negocio actual, lo que se traduce en diferenciar los productos de las materias primas, moverse a productos de la cadena con mayor valor agregado y a extraer conocimientos más profundos de data de los clientes; mejorar el acceso y la relevancia de los datos, es decir concentrarse en obtener información real y aplicable a partir de su data y compartirla de manera clara y eficaz con los adecuados niveles de la organización; involucrar y capacitar a la fuerza laboral digital del futuro, o sea los trabajadores jóvenes deben participar activamente en la minería, y las poblaciones que no tienen el conocimiento digital deben recibir formación para el trabajo digital; invertir en beneficios alternativos para la comunidad y los stakeholders, lo que implica destinar recursos ahora a encontrar otras formas de compensar a las partes interesadas locales (stakeholders) por el uso responsable de sus recursos. Las iniciativas pueden incluir el desarrollo de infraestructura, el apoyo a la formación o el apoyo a los negocios locales; y forjar nuevos partnerships y fortalecer los existentes, estableciendo alianzas activas y abiertas con los actores de tecnología, que son la base para una mejor digitalización de la empresa minera.
En conclusión, la transformación digital, junto con los nuevos desafíos de la minería -tales como la seguridad de las operaciones, la sustentabilidad, el menor uso de agua, la eficiencia energética y uso de energía renovables, y el desarrollo armónico con las comunidades-, apuntan hacia una nueva minería verde y digital que es el futuro de Chile.