Para nadie es una novedad que Chile ha registrado en los últimos años un avance significativo en materia tecnológica. El desarrollo de la infraestructura, la masificación de equipamiento de última generación y el importante crecimiento del uso de banda ancha e Internet como plataforma de comunicación masiva, crean un espacio propicio para el desarrollo de productos y servicios de mayor valor agregado. Sin embargo todavía existe una brecha significativa de uso y productividad de las TIC, especialmente en las Pymes.
Por otro lado, cuando se trata de iniciar un nuevo negocio, las TIC facilitan el camino del emprendimiento, habilitando y generando una oferta valiosa para los clientes, ya sea a través de un producto o servicio mejorado, o de un modelo de negocios diferente que no podría ser viable sin su presencia. Pensemos en el caso de Skype o de eBay.
Algunos analistas señalan que el mayor problema de las Pymes no es ser chicas, sino que estar aisladas. Este problema también puede resolverse con mayor uso de TIC, dado que existe una gran oportunidad en los encadenamientos productivos, los cuales juegan un rol activador de las empresas participantes de la cadena, sean éstas proveedoras o distribuidoras, propiciando la mejora de procesos y funciones en todo el ciclo productivo, elevando no sólo la eficiencia operacional de la misma, sino que principalmente la satisfacción del cliente final.
Acciones simultáneas y coordinadas
Un tema central de la agenda pública es la competitividad de las empresas chilenas en general y de las Pymes en particular. Enfrentar este desafío requiere una serie de acciones simultáneas y coordinadas, ya que junto a la disponibilidad de tecnologías y el incremento de su uso, se requiere la certificación de procesos internos de las compañías y la capacitación de las personas en las competencias propias de cada rubro e industria. Quienes no entiendan este mensaje están condenados a desaparecer en el mediano plazo.
En este desafío, el sector público debe jugar un rol más activo en la coordinación de las diferentes iniciativas dirigidas a las Pymes. Esto le exige, al menos, generar incentivos adecuados para un uso más productivo de las TIC en las empresas y una mayor focalización de los actuales instrumentos de apoyo, sean éstos de Corfo, Sence u otros organismos.
Nuestra convicción es que la mejora sustancial de la competitividad de la Pymes pasa por desarrollar tres aspectos simultáneamente: mejorar la capacitación de las personas que trabajan en las empresas, incorporar tecnologías y herramientas sofisticadas, y relacionarse activamente al interior de su cadena productiva, tareas en las cuales nuestra asociación está trabajando desde hace bastante tiempo en colaboración con el sector público.