La salud de Chile depende de una modernización profunda y permanente

Publicado el 31 Oct 2012

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Las TIC son un motor de desarrollo económico y social que constituye una pieza clave en el progreso económico, especialmente en cuanto a la mejora de la productividad y la competitividad, algo que se plasma en todos los ámbitos del mundo de los negocios, y de las personas, hoy en día.

Pero en un sentido más específico, en el área de la salud, el uso de las TIC permite apoyar y mejorar la prevención, el diagnóstico y los tratamientos de los pacientes, así como la planificación y gestión de los servicios de salud. En este contexto tenemos diversas aplicaciones tales como la historia clínica electrónica, la receta electrónica, la licencia médica electrónica, la imagen médica digital, además de los sistemas de información como ERP y HIS y educación a distancia, entre muchos otros.

Pero para llevar a cabo este gran desafío nacional, que es la modernización del área, vemos la necesidad de contar con directivos que puedan planificar, priorizar y gestionar las reales necesidades de su sector de tal forma que esta incorporación tenga sentido y genere los beneficios esperados en la institución y en la sociedad.

En ese sentido, la decisión del Ministerio de Salud de implementar un sistema de comunicaciones único para todas las instituciones que integran la red de salud pública chilena se puede describir tanto como un avance en esa línea, así como el resultado de un impacto más de la tecnología en la sociedad chilena, que en este caso cimenta la construcción de uno de los pilares fundamentales para sostener el desarrollo del trabajo colaborativo en red, y que es -en sí- un ejemplo en Latinoamérica.

Una política constante

No es baladí decir que las TIC son reconocidas como herramientas que facilitan la vida, y en este caso lo harán fomentando el trabajo en red en el área de la salud. Pero este beneficio corresponde a una decisión de política pública, la que conlleva una mejora en la eficiencia del sector pero, no obstante esto, su eficaz incorporación en el ámbito público exige un activo compromiso del Estado, siendo el liderazgo de la autoridad de salud clave para formular los marcos normativos en cuanto a la interoperabilidad, los estándares, la seguridad de la información y la gestión, entre otros que sustenten la reformulación de los procesos y gestión del cambio, que necesariamente deben ser abordados en forma prioritaria.

Y ése es el foco, el gran desafío, lograr materializar no sólo la buena voluntad para la modernización del área salud, sino sustentarla con una política constante, que acompañe los procesos, inmersa en la necesidad de la innovación constante, y de una fluidez en los procesos burocráticos, para que el mundo tecnológico pueda dar lo mejor de sí, a la salud de todos los chilenos.

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Redacción

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