Cuando se analiza el hecho de que cada año la población mundial crece en 56 millones de personas, lo que equivale a tres veces los habitantes de Chile, y que la proyección hacia 2050 indica que los asentamientos urbanos se duplicarán, no es difícil concluir que el futuro está en las ciudades.
Las urbes que ofrecen las condiciones apropiadas, pueden atraer personas con los tipos de habilidades, creatividad y conocimientos que apoyen su economía y la prosperidad a largo plazo, sentando las bases para el crecimiento económico sustentable, con miras a una vida mejor para todos los integrantes de la comunidad.
Por este motivo, los líderes mundiales ya están comenzando a analizar los servicios de sus ciudades y cambiando sus estrategias de inversión para que, en lugar de limitarse a atraer una cantidad mayor de trabajadores, puedan generar un sistema de sistemas que se base en ciudadanos innovadores y altamente capacitados, y en empresas centradas en el conocimiento y el desarrollo de habilidades.
Un sistema de sistemas
Este efecto, lo hemos visto en el creciente interés de la academia por establecer un mayor número de proyectos relativos a ciudades inteligentes. Cuando observamos equipos multidisciplinarios analizando el tema en las principales universidades de Chile y el mundo, presentando innovaciones concretas, es cuando la noción de un sistema de sistemas comienza a apreciarse de manera más nítida.
Es así que hemos constatado que un centro de operaciones inteligente, es capaz de coordinar las masivas cantidades de datos que ingresan de diversas fuentes, para dar una respuesta coordinada a todas las necesidades urbanas cotidianas. En palabras simples, el gran desafío ya deja de ser el cómo entregamos más información al sistema, sino cómo somos capaces de relacionar los datos ya existentes, y generar información útil a partir de éstos.
Durante los últimos tres años, a través de los más de 2.000 proyectos elaborados para ciudades de todo el mundo (donde Chile ha generado más de 200 iniciativas), hemos aprendido de primera mano algunas de las lecciones inteligentes de las ciudades más avanzadas del planeta.
Desafío en legislación
Pero no sólo necesitamos más innovaciones e ideas, sino que debemos optimizar nuestra legislación. Los sistemas centralizados que conectan los datos entre los departamentos de policía, bomberos y otros grupos que intervienen en casos de emergencia, acortan los tiempos de respuesta y aumentan la capacidad de identificar y reducir patrones de incidentes, desde un incendio hasta hechos delictivos.
Para que Chile pueda optar a esto, se requiere permitir el relacionamiento de los datos con miras a deducir información y predecir comportamientos. Pero esto no será fácil, ya que las leyes impiden esta interacción, siendo este punto, probablemente, el principal tema pendiente que debemos cambiar, para comenzar un camino hacia “un sistema de sistemas”.
El futuro de las ciudades depende de las personas que las integran. Es decisión de las comunidades cultivar ese futuro. El talento es un recurso que las ciudades pueden atraer. Por ese motivo, planificar ahora es la forma de asegurar el progreso definitivo.