Juan Francisco García.
¿Cómo observa el desarrollo de smart city en Chile?
Se está conversando de smart city, concepto relativamente nuevo, y las comunas y los alcaldes quieren hablar de sus territorios smart. Estamos siendo testigos de cómo se ha estado desarrollando en Chile. Hace un año, el concepto estaba muy ligado al eje de la Alameda, Las Condes, Providencia, Santiago, y era muy difícil hablar de smart city en o desde las regiones. Además, estaba principalmente relacionado con las cámaras de seguridad, percepción que no aborda todos los temas que conforman un territorio, como movilidad, transporte, salud, turismo, y cuidado del medioambiente, como una de las banderas principales. Desde el Comité de Transformación Digital de Corfo buscamos articular territorios inteligentes asociados a mejorar la calidad de vida.
¿Qué proyectos en lo cotidiano muestran este avance?
Depende mucho de los contextos locales. A mediano plazo se viene muy fuerte el 5G y eso cambiará sustancialmente la gestión de los territorios, en telecomunicaciones de gran escala, IoT, y cómo podremos sensorizar la vía pública y las cosas de nuestro hogar; será una revolución en smart city. Desde Corfo pusimos el foco en desarrollar los territorios inteligentes desde las regiones. Ya son 6, y queremos llegar a las 16, lo que ha implicado activar ese ecosistema: privados, academia, servicios, gobiernos regionales, etc., y acercarse a los municipios para trabajar proyectos en sus territorios, conociendo cuáles son las prioridades a nivel local, desconectando el concepto de smart city de Santiago y llevándolo a regiones. De esta manera, hemos logrado tener una perspectiva de cuáles son las realidades locales, recogiendo sus prioridades, como la preocupación por el cuidado del medioambiente; entendido desde las partículas del aire, agentes contaminantes, smog, etc. Otro tema fundamental es la conectividad en rutas, pero también la salud, existiendo una brecha que podemos acortar a través de la telemedicina o salud digital. Por eso los territorios inteligentes tienen que estar ligados también a las condiciones de vida, ocio, esparcimiento, salud, y educación.
¿Qué urbes debemos mirar como ejemplo?
Depende es lo que cada uno de los territorios defina. Hay algunos municipios a nivel mundial que tienen una excelente red de gestión urbana, como un número único (911) que conecta los distintos servicios de emergencia. Sería mucho más fácil coordinarse y trabajar el orden de la ciudad de manera conjunta en una plataforma. En Santiago es un poco complejo, dado que tendríamos que integrar todos los elementos municipales, sin embargo, se han hecho avances. Por ejemplo, hoy las cámaras de seguridad son interoperables, y el concepto de smart tiene que ver con la interoperabilidad de los sistemas, de modo que la forma de leer los datos pueda ser desde cualquier comuna creando un ambiente compartido que permita conversar de un lado a otro. En esto se ha ido avanzando y generando distintos estándares para que eso ocurra.
¿Qué elementos se deben alinear para llegar a esto?
Un elemento clave también es el liderazgo digital que pueden tener los actores locales, los municipios y los gobiernos regionales. En la RM vimos un muy buen ejemplo que partió con el Intendente Claudio Orrego y siguió con la Intendenta Karla Rubilar, que fue el financiamiento de buses eléctricos, lo que implica que, como política pública, se instala un estándar que cambia la industria. Hoy Chile, a nivel mundial, es líder en la implementación de electromovilidad en zonas urbanas para el transporte de pasajeros, y eso ocurre a partir de una medida bastante simple, pero muy profunda: tener recursos públicos destinados a la compra de vehículos eléctricos. Muchas veces, con pequeñas medidas administrativas podemos tener soluciones de fondo, como lo que pasa en Las Condes, donde el Alcalde Joaquín Lavín comenzó con las bicicletas eléctricas y eso cambia la forma de desplazamiento de las personas; se trata de pequeños liderazgos y medidas que marcan un avance en territorios inteligentes.
¿Qué habilitantes tecnológicos apalancarán este salto?
La interoperabilidad y el IPv6, el cual permitirá pasar de 4 a 6 dígitos en las direcciones IP, y conectar cada una de las cosas que podamos tener hoy. Otro tema principal y transversal es la seguridad de la información, pues con todo el avance de la tecnología y el uso de los datos debe haber una capacitación y conocimiento importantes en ciberseguridad para las personas y las instituciones.
Puede haber un conflicto con la privacidad de la información…
Esta era digital es mucho menos individual y mucho más colectiva y colaborativa. Waze existe porque voy compartiendo mis datos; lo mismo con Airbnb, Spotify, por ejemplo. Si bien estamos más expuestos con nuestros datos, a la vez eso permite hacer gestión sobre estos. Sin duda, hay un tema importante en regulación: cómo yo autorizo el uso de mi información, de desplazamiento, por ejemplo, de manera anónima, para establecer una ruta de movilidad en esa plataforma en que estoy interactuando; en contraste con ocupar esa información para poder venderla, y que un tercero acceda de manera poco ética a esta; allí necesitamos empujar una regulación importante.
¿Qué retos se avizoran para seguir avanzando?
Tienen mucho que ver con la interoperabilidad en salud: estamos buscando que los usuarios sean dueños de su información de salud, y no los centros médicos, de manera que puedan acceder a todos sus exámenes y fichas, independientemente del recinto en donde se atiendan.
Además, se viene con mucha fuerza el BIM (Building Information Modeling), sistema constructivo a través de “gemelos digitales”, que permite que el diseño, construcción, ejecución y operación de los edificios, sea mediante la digitalización de estos procesos, donde todos compartan colaborativamente la información, haciendo más eficientes, sustentables y económicos los procesos constructivos. Chile es líder regional en la implementación de BIM, incluso estamos compartiendo -como buena práctica- nuestro modelo y trabajo con países como Argentina, Perú, Ecuador, Nicaragua y Costa Rica; estamos empujando una tremenda transformación. Esperamos que las licitaciones públicas en 2020 se comiencen realizar en BIM, y para llegar a eso hay un trabajo de formación de años de profesionales en este ámbito, de manera que la academia lo enseñe, preparando capital humano.
Y por último, pero igualmente relevante, estamos avanzando fuertemente en manufactura avanzada en las industrias, usando Machine o Deep Learning para la automatización de procesos y, lo que es transversal a todo lo anterior, la formación y conversión del capital humano.
RETOS PARA SEGUIR AVANZANDO
• Interoperabilidad en salud y pacientes dueños de su información
• Masificación de BIM (Building Information Modeling)
• Manufactura avanzada en las industrias, con Machine o Deep Learning
• Formación y reconversión de capital humano