El impacto que dejó la pandemia del Covid-19 sobre la fuerza laboral no solo aceleró los procesos ya en marcha de digitalización, sino que además dejó en evidencia la necesidad de invertir en el capital humano de las empresas.
El reporte del World Economic Forum (WEF) de 2020 evidenció que el 40% de las habilidades base de los trabajadores se debe transformar en los próximos 5 años. Conceptos como el Reskilling y Upskilling están tomando cada vez más relevancia, porque si bien esto no es aplicable al 100% de los colaboradores que están en peligro de perder sus empleos por la digitalización, sí puede ayudar a los más calificados a entrenarse y adaptarse a los cambios del ambiente laboral.
De acuerdo al portal financesonline, 85 millones de puestos de trabajo van a ser reemplazados por la automatización para el año 2025. Por ejemplo, en Estados Unidos alrededor de 39 millones de personas podrían perder sus empleos para 2030, mientras que alrededor de 2.000 actividades profesionales podrían automatizarse prescindiendo del trabajo humano.
Así mismo, los resultados de la encuesta anual Global CEO demostraron que el 49% de las empresas buscan invertir a largo plazo en transformación digital y el 31% en ciberseguridad y privacidad de datos.
Según explicó Sebastián Espinosa, Director Ejecutivo de Coding Dojo en Latinoamérica, “el objetivo de la inteligencia artificial no es replicar funciones humanas sino solucionar problemas específicos que faciliten los procesos en las compañías. La incorporación de la IA requiere de personal capacitado y experimentado para reaccionar a los errores que se pueden presentar”.
En cuanto a los riesgos de la automatización para puestos de trabajo en Latinoamérica, un estudio realizado por la Universidad Nacional de la Plata puntualiza que la automatización y digitalización afectará en mayor medida a la estructura de los empleos, donde los trabajadores sin formación y con menos capacitación estarán más vulnerables a ser desplazados de sus empleos y tendrán menos posibilidad de ajustarse a los cambios, pues serán comparados con otros empleados que tengan mayor habilidad técnica y mejor formación.
Los resultados de este estudio señalan que la automatización representa una seria amenaza para la equidad de ingresos, más que para el empleo en general.
“La Inteligencia Artificial necesita personas preparadas para implementar y desarrollar esta tecnología. Lo cual se traduce en oportunidades laborales que requieren el aprendizaje y fortalecimiento de nuevas habilidades”, concluyó Sebastián Espinosa.
Hoy, somos los seres humanos quienes enseñamos a las máquinas lo que deben aprender para ser “inteligentes”, por lo que adaptarse a los nuevos tiempos informáticos es una necesidad para continuar vigentes en un mundo que acelera cada vez más rápido.
