Integradores de Tecnología: Nuevos roles y retos

Publicado el 31 Jul 2013

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Integradores de Tecnología: Nuevos roles y retos

Los proyectos de Tecnologías de Información no son lo que eran hace 10 ó 15 años. Han evolucionado porque hoy los clientes necesitan de soluciones más transversales y completas, que les permitan manejar la información de su negocio de la manera más clara y rápida posible. En este proceso, el rol y la transformación de los integradores de tecnología han sido claves. Se han profesionalizado, cuentan con más metodologías y herramientas probadas internacionalmente para garantizar el éxito de los proyectos que lideran y, por su parte, los clientes están mejor preparados para abordar iniciativas que les permitan mejorar sus indicadores de eficiencia y productividad. Acerca de la madurez presente en el mercado de las TIC, ahondan destacados integradores de tecnología, en el desayuno organizado por Revista Gerencia.

El significado del rol de un integrador de tecnología tiene mucho que ver con entender la necesidad del cliente y ser capaz de ofrecer una solución de alto valor agregado, desde un punto de vista “agnóstico” en términos de productos y fabricantes. Eso, según Raúl Cerda, Socio y Director Comercial de Crystalis Consulting, permite mirar el mercado con total objetividad, buscando estrictamente lo mejor para ese cliente en función de integrarlo a un proyecto global.

Aunque Mauricio Díaz-Muñoz, Senior Manager Technology Integration de Deloitte, advierte que puede parecer un típico cliché, los clientes plantean una problemática y los integradores son los responsables de dar la mejor solución, uniendo distintas plataformas, máquinas e incluso a otros proveedores. “Lo importante es no perder de vista la necesidad de entregar un mayor valor agregado al mejor costo”, señala.

Pero hay más. Marcelo De La Fuente, Director Systems Integration de Deloitte, señala que además de generar la mejor solución tecnológica, se requiere ver cómo ésta impacta al interior de la organización. Por eso es necesario el conocimiento en consultoría, que se suma a la implementación de tecnologías, dando como resultado la integración.

Para Jorge Luzarraga, Gerente de Tecnología de everis, ése es justo el punto en que el integrador agrega valor: cuando logra que una tecnología funcione, pero además conviva exitosamente con las demás soluciones que coexisten en una empresa.

Pero, ¿de qué manera un integrador es capaz de lograr estos objetivos? En opinión de Camilo Vidal, Gerente de Desarrollo de Negocios de Coasin, la respuesta es clara: gracias a su conocimiento experto tanto de la tecnología como del mercado y que se sitúa varios peldaños más arriba de la venta de sistemas. “El integrador de tecnologías requiere ciertas habilidades y conocimientos, que incluso los fabricantes no poseen, porque centran su quehacer en los atributos de una determinada plataforma o producto, sin la visión de integrarlos y hacer que funcionen de la mejor manera posible en múltiples ambientes”, señala.

Años de cambio Raúl Cerda, CRYSTALIS CONSULTING. Mauricio Díaz-Muñoz, DELOITTE. Marcelo De La Fuente, DELOITTE. Jorge Luzarraga, EVERIS. Ulises Araya, ST COMPUTACION. Camilo Vidal, COASIN.

En la evolución experimentada por el mercado mundial y local, los integradores y clientes han cambiado. La necesidad de las empresas de reducir sus costos y de dar valor a su oferta de negocios para lograr diferenciarse, demanda de los integradores de tecnologías propuestas nuevas, especializadas y a la medida del segmento en el que participan. Por eso, asegura Ulises Araya, Gerente de Ventas de ST Computación, los integradores han debido focalizarse en ciertos nichos de mercado, de manera de ser capaces de cumplir con esas expectativas.

“Y es que hace años, las compañías desarrollaban sistemas enfocados en la operación mediante silos de información, pero la necesidad de tener datos únicos y una vista global de sus clientes, ha hecho más necesaria que nunca la integración de tecnologías” que, como asegura el ejecutivo de everis, entregan la posibilidad de analizar la empresa en 360°.

En este proceso, muchos integradores decidieron convertirse en socios estratégicos de sus clientes; algo que está en el subconsciente de casi todos quienes forman parte del mercado de integración de tecnología. Todos quieren ser una pieza importante en el engranaje operativo de sus clientes y el mercado está aceptando esa proposición. “Esta es una transformación grata. Ya no somos un simple proveedor y coordinador de distintas tecnologías, sino que pasamos a ser un partner al que la empresa le pide ayuda para crecer”, sostiene el ejecutivo de Crystalis Consulting.

Este paradigma, que a juicio del profesional de Coasin antes no era más que un correcto discurso, es efectivo hoy, y se nota. “Efectivamente los temas de tecnología son vistos en la organización como un aporte. Eso, hace años, no era así. Las áreas de TI estaban en el subterráneo, mientras que ahora ocupan un lugar en la mesa donde se toman las decisiones”, añade.

En opinión de los expertos, las unidades de tecnología se han transformado en áreas más estratégicas dentro de las empresas. Buscan el ROI en cada iniciativa y traspasar esa misión a las demás áreas. “Antes, las áreas de TI dependían mucho de finanzas, entonces significaban sólo costo, mientras que hoy son sinónimo de valor”, advierte Marcelo De La Fuente.

Este énfasis depende también del estado de madurez de cada empresa y del segmento en que opere, donde claramente las que forman parte del sector financiero son las más avanzadas.

Retos a la integración

Integrar distintos sistemas y hacerlos conversar es el desafío constante de los integradores del mercado TI. De manera permanente, las firmas se enfrentan a la irrupción de nuevas tecnologías y a la disyuntiva de involucrarlas o no, un espacio en el que los integradores de tecnología tienen mucho que decir. También, son los encargados de lidiar con la introducción de los proyectos en el seno de las compañías. En otras palabras, deben echar andar los proyectos, integrarlos y hacer que sean aceptados y puestos en práctica por las personas, al interior de las organizaciones.

“Preparar a las empresas para dar el paso entre una tecnología y otra, requiere que los integradores de tecnología también se hagan cargo de la gestión del cambio”, recalca Mauricio Díaz-Muñoz. Es un “must” prácticamente obligado, porque de cuán involucrados estén los colaboradores de una empresa dependerá muchas veces el éxito de un proyecto.

Para garantizar el triunfo de una iniciativa también es relevante establecer, como sostiene Camilo Vidal, un gobierno de proyectos. “Esto implica involucrar tempranamente a los stakeholders de la organización, es decir, crear un comité directivo de proyectos, que represente a las unidades que son relevantes, además del área de TI. Eso facilita y conecta con la gestión del cambio, desde un gobierno central que represente a toda la organización”, agrega.

A juicio de Ulises Araya, “también es necesario identificar tempranamente los riesgos propios de cada iniciativa, los que prácticamente todas tienen. Esto, con el objetivo de tener a mano las herramientas de mitigación adecuadas, de manera de tener resueltos los problemas en el momento que se presenten”.

Para lograr estos niveles de desarrollo en la integración de tecnologías, los proveedores de estos servicios utilizan metodologías de trabajo probadas a nivel mundial; junto con formar conciencia en el mercado de que todo proyecto de integración tecnológica es de responsabilidad compartida. Clientes y proveedores tienen deberes y derechos en el proceso.

El último grito de la tecnología

Gracias al conocimiento y a la visión transversal con la que cuentan los integradores, constantemente anticipan al mercado sobre las tecnologías que pueden mejorar sus indicadores y aquéllas que le agregan valor a su negocio. Como su objetivo es acompañar al cliente en el largo plazo, su recomendación es siempre fruto de un análisis riguroso.

Con esta responsabilidad a cuestas, los integradores de tecnología aseguran que las tecnologías que predominan en la mayoría de los proyectos que lideran son algunas como cloud computing, donde el estado del arte está en pleno desarrollo. “Claramente tiene beneficios, pero es probable que deba pasar por un período de madurez para ser incorporado en el quehacer de las organizaciones de forma masiva. Ahí, nuestro rol es ayudarlos a ver cuándo es el mejor momento para introducirse en la nube, si es que ésa es la mejor opción”, señala el ejecutivo de Coasin.

Otro frente tiene que ver con las soluciones de colaboración, sobre las que se escucha hace bastante tiempo, pero que hoy parecen ser una alternativa más cercana y real. También suena fuerte el outsourcing en el área de servicios, en especial en grandes organizaciones, que están motivadas por incorporar más innovación a su quehacer y que ven en la externalización hacia proveedores externos la posibilidad de dedicarse a generar y construir valor al interior de su negocio.

A juicio del experto de ST Computación, “la movilidad es otro punto que concentra la atención del mercado y muchas compañías ya están trabajando en proyectos de BYOD y seguridad de sus aplicaciones”. De igual manera, en Crystalis Consulting proyectan la gestión de capital humano y la gestión de clientes como áreas en donde habrá grandes avances a nivel de proyectos.

Lo mismo se prevé para business analytics o big data, que según los ejecutivos de Deloitte se encumbran como una gran fuente de inversión en el área de proyectos TI.

Para cualquiera de todas estas posibilidades se requiere la asesoría de los integradores de tecnología, que en las últimas dos décadas han demostrado ser quienes más saben de sistemas, hardware, software y tendencias.

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Redacción

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