El concepto de “paperless” u “oficina sin papeles” ha ido conquistando los diferentes sectores a nivel mundial. La salud es uno de ellos, un área donde la información de los pacientes es un activo vital. El paso del papel al soporte digital para la administración de los datos clínicos, que ya es tendencia en otros países, en Chile es una realidad aún no masificada, pero que debiera “prender” fuerte por los beneficios que implica para la eficiencia interna y el mismo bienestar de los pacientes.
Pese a que en la actualidad el debate sobre los “hospitales sin papeles” ha dado paso a un nuevo concepto: “hospitales con menos papeles”, que hace referencia a que en la práctica no podrían existir centros de salud completamente sin papel, la puerta que abre esta tendencia a significativos beneficios ha hecho que las instituciones del sector fijen la mirada en la digitalización.
Según estimaciones en base a un análisis efectuado por científicos de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos), que evaluó el grado de informatización de los procesos en 41 centros hospitalarios del estado de Texas, queda en evidencia que una mayor automatización del sistema de información estaría asociada con disminuciones en la mortalidad, las complicaciones y los gastos. Por ejemplo, la digitalización de las historias clínicas redujo un 15% el riesgo de morir durante un ingreso, y un mayor uso de los sistemas de ayuda para la toma de decisiones -que guían al médico a la hora de elegir una opción terapéutica- rebajó en un 21% la posibilidad de que un paciente sufriera complicaciones.
El caso europeo
En España, más allá del debate, han pasado a la acción: desde ya hace algunos años todos los nuevos hospitales deben adherir a este modelo. Partió el Hospital Son Llàtzer de Mallorca, en 2003, fecha desde la cual este concepto ha seguido masificándose: en 2005, el Hospital Universitario de La Ribera; en 2007, el Hospital de Benalmádena, en Andalucía; 2008, sólo en Madrid se inauguraron seis hospitales sin papeles en tres semanas y así se fueron sumando más y más centros.
El resultado ha sido una reducción en los tiempos de atención a pacientes, con lo cual aumenta la cobertura, ya que los recursos limitados (técnicos y de personal) alcanzan para más; una reducción de errores médicos, puesto que la información fluye desde los dispositivos a los sistemas informáticos directamente; y una mayor eficiencia en los costos de salud.
Clave de este avance, aseguran los especialistas, ha sido el sistema de gestión hospitalaria de este país, donde si bien la propiedad de los nuevos establecimientos del tipo es del Estado, la gestión de los mismos es concesionada al sector privado, más proclive a la incorporación de nuevas tecnologías en pro de la productividad.
La tendencia en Chile
Lo importante, señalan los expertos, más allá del término que se acuñe, es que todos los procedimientos médicos operen sobre plataformas digitales, por ejemplo, atención de urgencias o especializada, exámenes de laboratorio, servicios de imágenes médicas, manejo de pabellones y camas, operaciones, etc, además de otros procedimientos adicionales, como recetas.
Una tramitación
más ágil
La Licencia Médica Electrónica (LME) se ha ido incorporando paulatinamente a los distintos establecimientos de salud pública de la Región Metropolitana. Un avance que permite optimizar el proceso de licencias, logrando que su tramitación disminuya de manera considerable: de 60 días promedio en el formato papel a sólo 15 días en la actualidad.
El objetivo es generar una ficha clínica electrónica del paciente que pueda ser accesada de forma permanente y segura por usuarios autorizados y registre todas las acciones profesionales que el equipo de salud brinda a éste, integrando datos que antes estaban escritos sólo en papel y la información de otras fuentes, como resultados de exámenes de laboratorio e imagenología y farmacia, por ejemplo. Con esto se dice adiós a una buena dosis de burocracia en lo que respecta a la ubicación del historial de una persona, a la vez que se incrementa la comprensión por parte de los profesionales, además de la posibilidad de efectuar de manera ágil análisis comparativos o bien llevar estadísticas como país o a nivel nacional del establecimiento, alertando, por ejemplo, de patologías que requieren especial atención.
En 2006, en la comuna de Cerro Navia, se inauguró el primer consultorio del país con un sistema de registro clínico electrónico. Desde ese año, se han sumado varios establecimientos a la tendencia, pero sin una legislación que la regule (lo más cercano es la Ley 19.628 sobre la protección de la vida privada) y falta aún una mayor masificación. Se trata de una materia pendiente donde el reto esencial es garantizar aspectos como la veracidad, inviolabilidad y confidencialidad de la información y que es parte del debate que se ha originado, que, por un lado, apunta a proteger tanto la información contenida, como el acceso a ésta y, finalmente, la privacidad del paciente.
Hay países, como el mismo caso de España, donde la normativa determina y regula en forma directa las medidas de seguridad de las fichas electrónicas, de manera tal de hacer cumplir las características y elementos propios de dicho medio de evolución clínico; o Estados Unidos, cuya normativa Hipaa (Health Insurance Portability Accountability Act) protege la confidencialidad y seguridad de la información clínica, determinando quiénes y en qué circunstancia, pueden acceder a los datos.
El hospital más moderno del país
Durante el primer trimestre de 2013 deberá comenzar la marcha blanca del nuevo Hospital El Carmen Dr. Luis Valentín Ferrada de Maipú. El recinto será el más moderno de su tipo en el país y beneficiará a habitantes de esa comuna y de Cerrillos. En total, contará con una superficie mayor a los 70.000 mt2, 375 camas y 1.500 funcionarios, representando una inversión de US$170 millones tanto por la construcción como por su equipamiento. Se trata de un hospital totalmente informatizado, sin papel, con ficha electrónica pensado para la satisfacción de los usuarios, y cuya base es el proyecto TI “Salud@” que servirá como soporte para la implementación del nuevo modelo de gestión administrativa y clínica.