En un desafiante contexto global, Chile debe abordar el desafío de aumentar su competitividad mediante un uso más eficiente de la tecnología y la disminución de gastos operativos. Estas medidas permiten que las empresas optimicen sus recursos, aumenten su productividad e inviertan en innovación y sostenibilidad. No obstante, es fundamental comprender que la estrategia debe coincidir con las metas comerciales, garantizando una gestión tecnológica clara para prevenir inconvenientes que surjan de reducciones sin justificación.
Por otro parte, la transformación digital surge como una respuesta estratégica para abordar los retos económicos y estructurales que enfrentamos hoy. Al automatizar procesos esenciales y aplicar el análisis de datos al instante, las organizaciones pueden optimizar su toma de decisiones y la satisfacción del cliente. No obstante, es esencial que estos progresos tecnológicos cuenten con un robusto plan de seguridad, ya que guardar información digitalmente abre flancos de vulnerabilidad.
Cristina Fritz, Customer Experience Senior Advisor de Digital eXp, aclara que “el concepto de ‘Enterprise Technology’, que abarca desde arquitectura empresarial hasta plataformas de gestión CRM y ERP, es clave para comprender la evolución tecnológica en las organizaciones. Este enfoque integral busca lograr sinergia entre procesos de negocio y tecnología, eliminando barreras que podrían generar ineficiencias. Herramientas como Salesforce y SAP permiten simplificar ecosistemas tecnológicos, optimizar costos, eliminar redundancias y brindar una vista unificada del cliente mediante flujos automatizados que eliminan fricciones en la cadena de procesos”.
Mejorar la gestión tecnológica no solo permite ahorrar dinero, sino que también potencia la rapidez de la organización, refuerza la habilidad de respuesta ante nuevas regulaciones y permite a las empresas adoptar tácticas comerciales de manera más veloz. Asimismo, estas mejoras aseguran la integridad de la información, lo que simplifica las auditorías y el cumplimiento de leyes, como la Ley de Protección de Datos Personales.
“En este camino de digitalización y tecnología avanzada, la ciberseguridad y la protección de datos se convierten en una prioridad. Estos componentes aseguran la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información, protegiendo a las empresas de posibles ciberataques y robos de datos. No es solo una tarea de los departamentos de TI, sino una responsabilidad compartida en todas las áreas de la organización. Crear una cultura de sensibilización y establecer políticas claras de seguridad es esencial para enfrentar las amenazas en un panorama tecnológico cada vez más complejo”, asegura Fritz.
La utilización efectiva de sistemas como CRM influye de manera directa en cómo se sienten los clientes y, por lo tanto, en las ganancias de la compañía. Estas soluciones ayudan a analizar de forma más precisa los hábitos de compra, deseos y gustos, lo que mejora la personalización de las tácticas de publicidad, la lealtad del cliente y la eficiencia de los recursos comerciales. Debido al volumen de información no organizada que se produce a diario (como en redes sociales, compras, quejas, etc.), es esencial tener un sistema sólido de gestión tecnológica para manejar datos y realizar decisiones estratégicas en tiempo real.
La tendencia hacia una perspectiva unificada de “Tecnología Empresarial” intenta disminuir las fricciones internas mediante la gestión de datos, sistemas y accesos que estén en sintonía con las metas empresariales. Esto demanda un proceso de transformación, formación y planes definidos para impulsar la integración de nuevas tecnologías y prácticas. Estas iniciativas no solo pretenden hacer más fluidos los procesos internos, sino también equipar a las organizaciones para reaccionar de forma rápida y efectiva a las variaciones del entorno.
Tal y como indica Cristina Fritz, “finalmente, la adopción de estas tecnologías no solo mejora los procesos internos de las empresas, sino que también tiene un impacto directo en el crecimiento económico y la competitividad del país. Si bien Chile es históricamente un exportador de materias primas, la incorporación de tecnologías avanzadas como la digitalización, la inteligencia artificial y soluciones integradas de clase mundial posicionan al país en una mejor posición para desarrollar industrias de servicios con valor agregado, más eficientes y competitivas”.
“De este modo, la transformación tecnológica se presenta como una oportunidad para que Chile se convierta en un actor más ágil, innovador y preparado para enfrentar los desafíos económicos del futuro. La combinación de eficiencia, digitalización, adopción estratégica de plataformas tecnológicas y ciberseguridad es clave para consolidar el crecimiento y la estabilidad del país en el mediano plazo”, concluye la Customer Experience Senior Advisor de Digital eXp.
