Francisco Valdivia.
¿Cómo ha crecido el e-learning a partir de la pandemia?
Mirando los datos de la matrícula de las instituciones de educación superior, la tendencia mostraba un crecimiento importante previo a la pandemia, donde anualmente se venía duplicando el número de matriculados, siendo aún un porcentaje menor dentro de la matrícula total (menos del 5% sobre el total de estudiantes nuevos). La gran mayoría en la oferta, por un lado, de programas de pregrado en formación técnico profesional y, por otro lado, en programas de postgrado, especialmente en diplomados y postítulos y, en menor medida, en maestrías.
A partir de la pandemia se ha notado un incremento aún más acelerado en la oferta de programas de formación técnica en línea, pero lo más significativo ha sido la aparición y posterior incremento de la oferta de programas de formación de pregrado universitario en modalidad online, área en que desde el año 2020 se ha duplicado anualmente el número de programas ofrecidos.
Con todo, la pandemia -y quizás antes, la crisis social de octubre de 2019- ha sido un tremendo impulso para que un número muy importante de estudiantes e instituciones experimentaran con metodologías de enseñanza en línea, notándose tanto un incremento en la disposición de las instituciones de ofertar este tipo de programas, como en el interés de los estudiantes en matricularse en ellos.
¿Cuál es el segmento más común para esta modalidad?
Los programas de este tipo de modalidades son altamente atractivos a estudiantes que trabajan y estudian, que es un segmento que viene creciendo dentro del total de alumnos matriculados a la educación superior cada año, por lo que se adapta de gran forma a la necesidad de adecuarse a los tiempos y disposición de movilidad de estos estudiantes.
¿Cómo nos situamos a nivel de la Región?
Si bien la tendencia en Chile ha sido de un crecimiento relevante, aún nos falta mucho si nos comparamos con otros países, por ejemplo, con Brasil, donde este año el 50% de la matrícula total de educación superior se inscribió en esta modalidad. En contraste, en nuestro país -según los datos publicados anualmente- aún no se supera el 10% del total de la matrícula nueva de cada año.
¿Cuáles son las características de esta modalidad?
La característica principal de la educación en línea es que permite a quienes no les resulta sencillo acceder a los centros de enseñanza, o no cuentan con el tiempo disponible para hacerlo, conectarse, en sus tiempos disponibles y desde distintos lugares, a sus actividades de aprendizaje, sean estas sincrónicas (o sea que se conectan todos los estudiantes con sus profesores al mismo tiempo, por ejemplo, vía una sesión de Zoom o Meet) o asincrónicas (revisando materiales audiovisuales en forma independiente).
La experiencia durante la pandemia, donde más del 90% de las actividades realizadas tuvo que hacerse en forma remota y en línea, ha permitido a las instituciones, a los docentes y a los estudiantes generar confianza y reconocer qué tipos de prácticas resultan efectivas en cada caso, facilitando el avance de estas modalidades dentro de las instituciones.
¿Qué tecnologías juegan un rol fundamental?
En esto, la expansión de tecnologías audiovisuales y de comunicaciones vía Internet, con herramientas como Zoom, YouTube, redes sociales y mensajería como WhatsApp, que han sido ampliamente adoptadas por las personas para sus actividades de trabajo, familiares e incluso sociales, han sido incorporadas por las instituciones de educación superior, tal como decíamos, en el marco de la necesidad de adaptarse a las restricciones de movilidad por la pandemia, y de ahí se han ido integrando en forma más bien regular a los programas de formación.
¿Cómo ve el e-learning hoy?
Hoy las metodologías de enseñanza en línea están ganando un espacio y reconocimiento como una opción válida dentro de las existentes, con una clara disposición de un grupo de estudiantes bastante amplia para incorporarla, ya sea dentro de un programa presencial (donde parte de las actividades pueden ser en línea), para formatos de formación híbridos (donde hay estudiantes remotos y presenciales) o completamente en línea. En particular, hacia adelante, los espacios de formación para personas que buscan estudiar mientras trabajan se vislumbran como una oportunidad importante de crecimiento de estas modalidades en el mediano plazo, con mucha oportunidad de crecimiento, en especial en Chile.
¿Qué retos enfrenta el e-learning para seguir avanzando y desarrollándose más?
Aún es importante incorporar aspectos que permitan aumentar los niveles de integración de la formación en línea en las prácticas de gestión y aseguramiento de la calidad de las instituciones, buscando mantener estándares de confiabilidad y buen servicio que permitan asegurar que la formación es al menos equivalente a la actual o tradicional, que es presencial. En estos, se deben consolidar los mecanismos de evaluación y seguimiento del aprendizaje de los estudiantes con estas herramientas y establecer, desde los entes regulares especialmente, lineamientos claros de qué tipo de prácticas, estándares y condiciones son deseables de lograr y mantener en estos programas.
¿Cómo podría cambiar el E-learning a futuro y qué tendencias se proyectan?
Hay aspectos en el futuro de este tipo de modalidades de enseñanza muy interesantes como la incorporación de herramientas de Realidad Virtual o Aumentada, la integración de prácticas lúdicas en la formación (como la gamificación), la vinculación más estrecha con el uso de redes sociales y, recientemente, el desarrollo de ambientes de formación usando el Metaverso, que se ven interesantes y están ganando bastante experiencia tanto a nivel internacional como nacional. Obviamente, a medida que se sigue avanzando en resolver las dimensiones de brecha digital que se han hecho evidentes durante la pandemia, también la generación de experiencias de formación que se puedan desarrollar en forma móvil y desde los celulares tendrán un crecimiento y aporte relevante.