La pandemia del Covid-19 que afecta al mundo entero ha golpeado fuertemente los distintos sectores del mercado y los diversos ambitos de la vida cotidiana, que han debido restringirse para evitar la propagación del brote del virus. El mundo empresarial también ha debido echar mano a la innovación para instaurar nuevas formas de trabajo, donde las herramientas tecnológicas han sido claves para continuar operativos.
Si bien la contingencia actual dificulta la continuidad de los procesos productivos, las empresas han enfrentado el actual contexto nacional a través del trabajo remoto. En un sondeo que comparte Alejandra Cruzat, Executive Manager de Michael Page -realizado por esta consultora de recursos humanos entre más de 200 compañías que forman parte de su red-, sobre el 90% de las empresas determinó como obligatorio el trabajo remoto de la población de riesgo (colaboradores de la tercera edad, embarazadas, personas con enfermedades crónicas, o aquellos que se encuentren en cuarentena preventiva), ya a partir de mediados de marzo.
“Vivimos en este momento una prueba a escala masiva de esta modalidad y de la tecnología que la soporta, y de cómo las organizaciones brindan a sus colaboradores las herramientas necesarias para realizar una óptima labor desde el hogar”, señala Cristian Cabezas, Solutions Director de NTT, compañía global de servicios tecnológicos.
Según el estudio de NTT “Digital Workplace Report”, el 60% de las entidades a nivel mundial no tiene una estrategia formal para el espacio de trabajo digital. Ante esta cifra, el ejecutivo de la firma advierte que “en Chile son más del 60% las empresas que no están aptas para realizar home-office”.
Alejandra Cruzat, MICHAEL PAGE. Cristian Cabezas, NTT. Francisco Espinosa, ACCENTURE. Andrés Cardemil, HUMANNET CONSULTORES.
Por otro lado, en una encuesta aplicada por Randstad -especialista en servicios de recursos humanos-, a más de 200 personas, el 53% reconoce que su organización tiene nula o intermedia capacidad para realizar teleworking, considerando que, para que esta modalidad funcione correctamente, debe existir una infraestructura adecuada, además de tecnología y políticas de protección de datos, lo que plantea varios desafíos a las empresas.
El pilar tecnológico
La tecnología hoy es más esencial que nunca. Podemos, por ejemplo, observar una industria TI altamente exigida de contar con capacidades para procesar grandes volúmenes de datos a nivel de sus data centers, necesarios para mantenernos conectados y operando.
El teletrabajo es todo un desafío en el cual es esencial contar con un buen plan. Asesorarse por un partner tecnológico experto para poder formular una estrategia de migración hacia espacios de trabajo remotos e inteligentes será clave. En este sentido, los proveedores coinciden que es necesario hacer un diagnóstico de la situación actual, hacia dónde se quiere llegar, y las iniciativas tecnológicas necesarias para alcanzar esa proyección.
De acuerdo a Francisco Espinosa, Gerente de RRHH de Accenture, las tecnologías son uno de los habilitadores principales a la hora de implementar modalidades flexibles, principalmente por dos motivos: primero, porque permiten a las personas moverse y llevar a la oficina consigo, mediante el uso de laptops, celulares inteligentes y acceso a redes y nubes de datos. En segundo lugar, potencian la productividad a través del contacto, resolución de dudas y toma de decisiones instantánea.
“Desde la perspectiva tecnológica, lo más importante a considerar es entregar a los distintos equipos de las empresas, las herramientas digitales adecuadas para el desempeño de su trabajo, las aplicaciones de colaboración esenciales para que estén siempre conectados con sus compañeros y garantizar el acceso, desde el punto de vista de la conectividad (VPN) y seguridad, a los recursos de la organización de manera segura desde cualquier lugar”, señala Cristian Cabezas.
La nube, que se ha mantenido por un tiempo significativo como una tendencia de uso, hoy lo sigue siendo, y se suman herramientas digitales esenciales. Por ejemplo, los distintos dispositivos mó- viles (como celulares, tablets, laptops, notebooks, etc.); soluciones de colaboración que permiten que varios equipos trabajen al mismo tiempo, compartiendo documentos y editándolos en línea, entre otras funciones, incluyendo mensajería instantánea, videoconferencia y webconference, además de otras aplicaciones; escritorios virtuales, que llevan la interfaz de la oficina al equipo en casa; las redes privadas virtuales (VPN), que otorgan a los usuarios accesos seguros y conexión cifrada punto a punto, contando desde el escritorio de su casa con los recursos que tendrían en la oficina; y seguridad, un aspecto, a juicio de los especialistas, absolutamente fundamental.
Las bondades del trabajo remoto
Si observamos la realidad a nivel internacional, en los distintos países y mercados se ha visto en los últimos años una tendencia a la adopción de modalidades remotas y flexibles. “Naciones como Australia, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá se encuentran más avanzadas en estas materias y ya comienzan a capturar los beneficios a gran escala. Solo en EEUU, entre 2005 y 2015 los teletrabajadores crecieron un 115%”, destaca el ejecutivo de Accenture. En nuestro país, el estallido social de octubre pasado impulsó en forma importante esta modalidad, y la actual pandemia terminó de hacerlo. La reciente aprobación de la Ley de Teletrabajo en el Congreso de Chile augura que el trabajo remoto seguirá aumentando dentro del ámbito laboral como una herramienta clave para dar seguimiento a la economía mundial.
En su encuesta, Randstad reveló que la implementación de home-office en las empresas del país llegó a 72% a mediados de marzo, y que las áreas que lideran la puesta en marcha de teletrabajo son finanzas y recursos humanos, ambas con 17%; seguidas por ventas y marketing, cada una con 12%; luego por tecnología (9%); mientras que más atrás se ubican legal (7%), operaciones (7%) y producción (3%). En tanto, 9% dice que fue aplicado a toda la empresa y 7% menciona otras áreas como mantenimiento y seguridad, cobranza y asuntos regulatorios, entre otras.
Dentro de sus principales beneficios, a juicio del ejecutivo de Accenture, el teletrabajo genera mayor compromiso por parte de los trabajadores y reduce los costos para las empresas. “Diferentes estudios han demostrado que el uso de software de trabajo remoto potencialmente puede hacer que las reuniones sean mucho más eficientes, ya que tienden a ser más cortas, facilita cumplir con una agenda y las distracciones se disminuyen”, afirma. Coincide Andrés Cardemil, Director de HumanNet Consultores, para quien esta modalidad de trabajo remoto será cada vez más común en el tiempo y destaca, entre sus beneficios para colaboradores y empresas, porque potencia la capacidad para administrar mejor el tiempo en favor de la productividad, pues supone una mayor flexibilidad y movilidad; fomenta la autonomía y proactividad; facilita ser sistemático, ya que el colaborador que teletrabaja debe ser ordenado; fortalece la orientación a las metas, porque la evaluación del trabajador será en base a ese rendimiento; contribuye a una mejor calidad de vida, evitando los desgastantes traslados del hogar a la oficina y viceversa; y genera ahorros para las organizaciones por concepto de arriendo de espacio o consumo de electricidad, por ejemplo.
Seguridad como punto clave
Uno de los puntos críticos del teletrabajo es la seguridad de la información, la que ha sido precisamente un movilizador para las compañías a la hora de implementarlo, “pues estudios indican que los colaboradores remotos están más conscientes, más capacitados y acostumbrados al cuidado de la información que aquellos que laboran de manera tradicional y sacan información para un trabajo ocasional”, señala el profesional de Accenture.
“Dada la cantidad de amenazas de seguridad de la información que existen a nivel cibernético y que día a día evolucionan, es todo un desafío controlar los peligros y manejar los riesgos que se presentan”, explica el ejecutivo de NTT. Para estar preparados e implementar un buen trabajo remoto, “es primordial crear un perfil de riesgo exhaustivo que permita balancear lo que espera el colaborador, con los desafíos tecnológicos que esto implica para el departamento de TI. La creación de estos perfiles de riesgo y su implementación es algo que no vemos en muchas empresas chilenas y podría poner en peligro la seguridad de la información a la hora de implementar el teletrabajo”, agrega.
Además, como se trata de una modalidad que en un número significativo de empresas es nueva, muchos colaboradores quizás usan sus propios dispositivos y no los equipos de la empresa, sin el nivel de seguridad presente en el ambiente empresarial. Por eso, es clave seguir recomendaciones que resultan sencillas de ser aplicadas y que permiten reforzar la seguridad.
Por otra parte, Cristian Cabezas agrega que “de acuerdo a los resultados preliminares que se han observado, las empresas que pueden funcionar con homeoffice han logrado mantener sus niveles de productividad, por lo que creemos que en el futuro cercano tendremos la experiencia suficiente para descubrir los desafíos tecnológicos que el uso masivo del teletrabajo pueda traer”.
Sin embargo, para que tenga éxito este gran piloto nacional, enfatiza la ejecutiva de Michael Page, debe ir acompañado con un cambio cultural, responder a la confianza, actuar con responsabilidad, e ir de la mano con la planificación. “Tener en cuenta los tiempos de cada una de las partes, ya sea empleador y colaborador, desplazando las horas de conexión como sinónimo de productividad, sino que en base al cumplimiento de metas. Si deseamos que este proceso prospere, debemos buscar el equilibrio en esta relación bidireccional”, concluye.