DIGITALIZACIÓN

En el camino hacia la sostenibilidad, cada acción cuenta



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La digitalización de procesos es clave para que las empresas reduzcan residuos y se alineen con la Ley de Cambio Climático. En un mercado cada vez más competitivo, avanzar hacia la sostenibilidad es una necesidad y una oportunidad.

Publicado el 3 feb 2025



Cristian Harnisch Tapia – Socio Fundador
Por Cristian Harnisch, Gerente General de Foco en Obra.

Uno de los mayores generadores de residuos en las empresas es el uso excesivo de papel. Por tanto, uno de los primeros pasos para las compañías que buscan adecuarse a la ley de cambio climático -y, al mismo tiempo, mejorar su competitividad- es la digitalización de procesos. La adopción de soluciones tecnológicas permite optimizar la gestión documental y disminuir significativamente el uso de papel, uno de los residuos que más se genera en el ámbito corporativo.

Así es: implementar herramientas digitales, optimiza la gestión documental y ayuda a reducir significativamente los residuos generados. También contribuye a disminuir la huella de carbono asociada a la producción y disposición del papel.

Sin duda, en el camino hacia la sostenibilidad, cada acción cuenta. Al implementar herramientas y prácticas que digitalicen los procesos, las empresas estarán preparadas para afrontar los desafíos del futuro y contribuir a un planeta más saludable.

2025, un año clave

Hace tres años, en 2022, Chile promulgó la Ley Marco de Cambio Climático (Ley N°21.455), con el propósito de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), optimizar la gestión de residuos y fortalecer la resiliencia del país ante los efectos del cambio climático. Esta normativa comenzará a exigir el cumplimiento de metas más estrictas a partir de este año, esperando que las emisiones de GEI no superen sus niveles máximos y estableciendo una ruta clara hacia la carbono-neutralidad antes de 2050.

En concreto, la ley marca un desafío y una oportunidad para organizaciones de todos los sectores. A partir de este año, las empresas están obligadas no solo a medir sus emisiones, sino también a reducirlas progresivamente, además de gestionar de manera eficiente sus residuos y optimizar sus recursos.

El no actuar ante estas disposiciones podría conllevar sanciones legales y, más aún, una pérdida de competitividad en un mercado donde el compromiso ambiental se ha vuelto determinante para inversionistas, clientes y la sociedad en general.

Finalmente, se presenta la chance de convertirse en líderes en sostenibilidad, lo que abre la puerta a nuevos esquemas de financiamiento verde, mejora la reputación y promueve la innovación en procesos y productos.

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