El fracaso del éxito del SII

Hablar del fracaso de una de las instituciones públicas más exitosas del país, premiada por sus importantes logros tecnológicos a nivel nacional e internacional y actor protagónico del mayor desarrollo de tecnología avanzada de Internet para facilitar el cumplimiento de las distintas obligaciones tributarias de los contribuyentes, pareciera ser una aberración o al menos una contradicción.

Publicado el 30 Abr 2006

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Hablar del fracaso de una de las instituciones públicas más exitosas del país, premiada por sus importantes logros tecnológicos a nivel nacional e internacional y actor protagónico del mayor desarrollo de tecnología avanzada de Internet para facilitar el cumplimiento de las distintas obligaciones tributarias de los contribuyentes, pareciera ser una aberración o al menos una contradicción.

Sin embargo, considerando la vertiginosa velocidad con que estas tecnologías se han desarrollado en el último tiempo y el grado de madurez, conocimiento y cultura tecnológica del mercado a quien se orienta esta moderna tecnología, llámense empresarios, contadores, universidades y otros organismos públicos, se percibe que hoy se está generando una enorme y peligrosa brecha entre la oferta pública de tecnología y las verdaderas capacidades del mercado para adoptarla y entenderla, lo que puede ensombrecer muy pronto tan exitoso e importante hito de la industria TI.

¿Por qué no se usa la tecnología?

A objeto de aterrizar un poco más este crudo diagnóstico, basta con preguntarse ¿Por qué las Mypymes no han adoptado masivamente la tecnología de Factura Electrónica gratuita disponible en el Portal Mipyme del SII? Podemos concluir que no es un problema de costo, por cuanto su acceso es gratuito ¿Será una baja percepción de valor? Lo claro es que hay problemas y no existe claridad respecto de la causa de éstos.

No cabe duda de que los objetivos planteados al inicio del proyecto de Factura Electrónica no se están cumpliendo. Del mismo modo, esto se refleja en lo que está ocurriendo con la Factura Electrónica de Exportación: a la fecha no hay ningún contribuyente utilizando esta tecnología. Si consideramos que el modelo de la Factura Electrónica lleva tres años desde su lanzamiento, de seguir así las cosas, este enorme esfuerzo realizado por compañías e instituciones para introducir modernas tecnologías en las empresas, se puede desvanecer muy pronto reportando una pobre cosecha.

Esta historia se inició hace casi 20 años, con la creación del primer sistema computacional para apoyar la confección del Formulario de Impuesto a la Renta… y a quienes fuimos pioneros, nos genera mucho dolor llegar a este diagnóstico y reconocer el fracaso detrás del éxito, pero me enseñaron desde niño a valorar el fracaso como parte de un proceso de aprendizaje permanente, casi siempre el éxito nubla y confunde las realidades.

Preparar el terreno, después cosechar

Sin embargo, los números reflejan y refrendan indudablemente un destacado éxito en el proceso de las Declaraciones de Impuestos realizadas por Internet, y aunque casi el 100% de los contribuyentes utilizó esta tecnología para declarar sus impuestos, cabe preguntarse ¿Qué sentido tiene? Si casi el 90% de las empresas no cuenta con un Registro del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT) confiable y muy pocos lo entienden y comprenden, en circunstancias en que éste es el registro que permite determinar la base imponible de los tributos para las empresas y los créditos para las personas. Por eso cabe cuestionarse ¿Qué sentido tiene haber recibido casi el 100% de las declaraciones por Internet? Si la mayoría de las empresas no cuenta con sus registros y libros contables tributarios al día y la mayoría de éstos tiene un bajísimo nivel de confiabilidad. Cabe preguntarse ¿Qué sentido tiene haber creado un nuevo modelo de contabilidad electrónica? Cuando los profesionales contables del futuro todavía se preparan en las universidades con Contabilidad de pizarrón. En estas preguntas creo que se refleja con meridiana claridad la brecha que se está produciendo. Debemos asumir que puede existir a futuro un fracaso detrás de este éxito. Pero como los fracasos son parte de un proceso de aprendizaje, entonces creo entender la lección y para ello busco la respuesta en la sabia naturaleza, “primero hay que preparar el terreno para sembrar, después cosechar” y nos falta mucho aún para sembrar.

Mayo de 2006

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Redacción

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