¿CÓMO IMPLEMENTAMOS LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL EN SALUD PARA CHILE?: Propuesta del Ecosistema Tecnológico de Salud

Hoy, pese a los esfuerzos desplegados y los significativos recursos invertidos, la adopción de las tecnologías digitales en salud sigue siendo exigua y poco integrada. ¿Cómo lograr la transformación digital del sector?

Publicado el 31 May 2021

achiletec

En Chiletec, junto al Grupo de Salud de ACTI y Achisa (Asociación Chilena de Informática en Salud) creemos firmemente en el rol fundamental que ofrecen las TI en el ámbito de la gestión en salud. Este pensamiento es compartido, en general, por directivos y profesionales del ámbito público y privado, la Asociación de Dispositivos Médicos (Adimech), el Colegio Médico y, lo más importante, por la comunidad de pacientes y familiares.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos desplegados y los significativos recursos, la adopción de las tecnologías digitales en el sector sigue siendo exigua y poco integrada. Abundan sistemas que resuelven temas específicos, desintegrados, no articulados y sin una estrategia sectorial definida que oriente un beneficio común en el sentido de la mejor atención al paciente.

En particular, en el sector público de salud, con cada cambio de gobierno, o incluso dentro de un mismo gobierno, ocurre un cambio en la organización ministerial y una revisión y modificación de prioridades, y cartera de proyectos de TIC hospitalarios. Dado que los proyectos complejos de sistemas de información para la gestión hospitalaria o de redes asistenciales duran varios años, muchos se detienen a mitad de camino, lo que significa pérdida para todos: el hospital, el servicio de salud, las empresas proveedoras y, lo más importante, el paciente.

¿Cómo avanzar?

El desafío es importante y complejo: establecer un acuerdo amplio, inclusivo, factible y viable, que permita generar las condiciones para una efectiva transformación.

¿Qué entendemos por transformación digital en salud? Podemos decir el uso efectivo y eficiente de todas las tecnologías posibles para lograr los mejores resultados para los pacientes, pero sigue siendo muy general. Primero hay que definir el qué. Asimismo, debe definirse cómo, cuándo, cuánto, y varias otras definiciones y mecanismos para el logro de objetivos.

Para generar las respuestas a estas preguntas, se requiere un consenso lo más amplio posible y un mecanismo viable, en lo administrativo, jurídico, técnico, político y financiero. Hemos planteado desarrollar conversatorios y mesas de trabajo abiertas a quien desee aportar en el desarrollo de un plan de acción, reflejado en un documento de propuesta, que incorpore una descripción de los objetivos y la forma en que garantizamos su efectiva implementación.

Estos conversatorios se desarrollan en las mesas de trabajo: sistemas de salud conectados; arquitectura sectorial y modelo de información para sectoriales; proyectos innovadores y tecnologías disruptivas para la transformación digital del sector; estrategia de incorporación de sistemas de información en la red asistencial; gobernanza y capital humano para la transformación digital; y derechos de los pacientes y ciberseguridad en salud. El resultado será un documento consolidado, que sirva para continuar con la búsqueda de consensos, lo más amplios posibles, pero realistas y con un piso que asegure las mejores condiciones para su ejecución.

En mi formación y experiencia, he podido concluir que los proyectos, en general, no fallan por tener malas ideas, sino porque no se tenían todas las condiciones mínimas. Podemos revisar varias experiencias exitosas y fallidas en diversos países. Un ejemplo icónico es el del NHS (Sistema Nacional de Salud) del Reino Unido, que desarrolló el NHS National Programme for IT, con una agencia para la gestión. La iniciativa partió en 2004, definida como “el programa de TI civil más grande del mundo”; no cumplió ninguno de sus objetivos de costo, tiempo, cobertura ni alcance. Se rescindieron varios contratos con proveedores y se generó una dura polémica. Si bien es cierto, gran parte de los hospitales y servicios de salud presentan evidentes mejoras en su gestión y atención de pacientes, los impactos negativos fueron altos y muy costosos para todos. No brindar los beneficios clínicos esperados, riesgos en la seguridad de la información de pacientes, alto rechazo de parte de los profesionales médicos y altísimo impacto financiero negativo en gran parte de los proveedores. ¿Cuáles fueron las razones del fracaso? Podemos debatir respecto de esto, algunas son muy evidentes y están al inicio del programa, en cómo se pensó, diseñó y después se ejecutó. En las mesas de trabajo analizamos estos casos y definimos todos cómo podemos evitarlos.

Sin lugar a dudas, un hermoso reto, nuestro aporte a la mejor salud y atención de nuestros pacientes mediante el uso de las tecnologías con que contamos, desafío que a nadie debería dejar de interesar.

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Redacción

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