Christian Contador.
¿Qué avance se observa en el rubro minero en materia de transformación digital?
La transformación digital llegó para quedarse y, sin duda, este período de confinamiento aceleró este proceso transformando la digitalización y conectividad en herramientas indispensables. Sin embargo, este concepto tiene un alcance más profundo; se requiere, en primer lugar, una infraestructura para soportar mayores anchos de banda, aumento en la velocidad de transmisión de datos y una menor latencia. Todo esto vendrá de la mano con 5G y la fibra óptica. Adicionalmente, junto al desafío tecnológico, se suman otros como el organizacional y cultural. Para avanzar en la transformación digital es indispensable desarrollar habilidades en quienes liderarán y ejecutarán estos cambios; es una revolución cultural que nos llevará a la Minería 4.0. Es imperativo desarrollar un roadmap que nos sirva de carta de navegación para seguir adelante con éxito.
Hemos avanzado, pero el camino será largo y requerirá que todos los actores, como el Estado, los proveedores y los propios operadores mineros, desarrollen ecosistemas de innovación para integrarse homogéneamente a los retos de la transformación digital de la minería. Un aspecto en deuda se relaciona con la transformación digital en la pequeña minería. Por muy básica que sea, allí hay una gran labor que realizar, para no solo dotar de mejores herramientas y estándares para la producción, sino también poner al servicio tecnologías que harían más productivo y seguro su trabajo, y facilitarían las transacciones de venta de sus productos.
¿Cómo ha influido la pandemia en este sentido?
La pandemia ha acelerado la integración de nuevas tecnologías digitales, creando la necesidad de que diversas actividades se realicen a distancia en un plazo muy breve, con resultados hasta ahora positivos. Esto es solo una arista de los ejes estratégicos que deben ir de la mano de la transformación digital y que tiene que ver con un cambio cultural: cómo las organizaciones pudieron adaptarse para mantener sus operaciones con actividades manejadas remotamente.
Esta nueva modalidad producto del Covid-19 permitió la inserción obligada de muchas personas que se mantenían al margen de la evolución tecnológica y han podido demostrar que con trabajos colaborativos es factible avanzar hacia una transformación digital plena.
¿Qué tecnologías hoy y a futuro tendrán más protagonismo?
Históricamente la minería se ha destacado por la incorporación permanente de tecnologías para hacer frente a desafíos como la disminución de las leyes de sus minerales, profundización de sus yacimientos, mayor dureza de sus cuerpos mineralizados, aumento de costos energéticos, optimización del uso del agua y armonía con las comunidades y el medioambiente, entre otros. En este contexto, la automatización, robótica y digitalización han marcado la pauta.
No obstante, con una mirada futurista y de sostenibilidad de las diferentes unidades de negocios, estimo que tecnologías que permitan centralizar la información de todas las unidades operativas en una plataforma deben ser el centro de atención. Esto posibilitará tener información en tiempo real para reducir la latencia en la toma de decisiones.
Sin duda, la transformación digital será el pilar fundamental para lograr esta integración y, en este ámbito, Big Data, Data Analytics, Inteligencia Artificial (IA), Blockchain, Realidad Aumentada (AR), Internet de las Cosas (IoT) e impresión 3D son tecnologías que marcarán la agenda. Para esto se requiere aún recorrer el mapa estratégico de mejoras en la infraestructura y conectividad de las minas. Aquí hay un aspecto primordial y es el desarrollo de la tecnología 5G, que permitirá mayores velocidades y menor latencia, facilitando el acceso en tiempo real a la nube, por lo que contar con información procesada mediante IA será prácticamente de manera instantánea.
¿Existen experiencias internacionales por replicar?
Afortunadamente en Chile están instaladas empresas globales de la minería que han aplicado soluciones de automatización y digitales de reciente desarrollo. Lo que sí es importante observar es el tema de infraestructura de servicios a nivel de país que acompaña o facilita la implantación de estas tecnologías. En este sentido, hay buenas noticias, ya que en agosto se dio inicio al proceso de habilitación de la tecnología 5G en el país, a cargo de la Subtel, el que se complementa con el proyecto de Fibra Óptica Nacional delineado desde principios de año, lo cual posicionaría a Chile entre los países líderes en esta tecnología.
Otro aspecto en el que se debe poner atención es en las políticas públicas que faciliten el uso de estas tecnologías y, a su vez, regulen la privacidad de los datos. Esto, conjuntamente con las previsiones en materia de ciberseguridad, así como en la formación de profesionales, a fin de cumplir con dos objetivos importantes: permitir el aprovechamiento de estas tecnologías para hacerlas sostenibles en el sector minero, y facilitar la reinserción de profesionales en los nuevos retos que exige la transformación digital.
¿Qué procesos de la minería son claves en la digitalización?
El objetivo es la mina digital, con la mayoría de los procesos automatizados e interconectados, para lograr más productividad, menor variabilidad del proceso productivo y un fortalecimiento de la seguridad para el acceso a zonas de buenas leyes pero de gran complejidad de acceso.
Las técnicas digitales permiten realizar simulaciones para reducir el impacto ambiental, asegurar la integridad de la mina y aumentar el uso de los activos. Por ejemplo, las labores de mantenimiento de equipos pesados que suponen una exposición importante del personal, ya pueden realizarse con dispositivos de AR, lo que garantiza la ejecución de procedimientos seguros y más eficientes, al igual que la rápida detección de fallas o anomalías. Así la ejecución del mantenimiento puede ser certificada por un especialista que no necesariamente estaría en la mina.
La formulación de algoritmos mediante Machine Learning podría reorientar la explotación de la mina y generar un alto impacto en el modelo económico de este activo.
¿Existen indicadores concretos de los beneficios de la tecnología?
Según las proyecciones del World Economic Forum (WEF), hay evidencias medibles de los beneficios que la transformación digital brindaría a la industria y particularmente a la minería (ver recuadro). Ejemplos claros de estos son la utilización de tecnología láser para medir con mayor precisión las capacidades de los trenes de carga de minerales en Australia o el incremento de eficiencias en pruebas de perforadoras autónomas por encima del 30%.
Las tecnologías digitales son claves para la reducción del consumo energético y uso eficiente del agua en los distintos procesos mineros. Hay referencias que indican lo significativo de estas para la producción sostenible de minerales. Esto se complementa con las posibilidades que brinda Blockchain para la trazabilidad de los minerales y los medios de producción asociados. Adicionalmente, la minería usa una gran cantidad de proveedores con los que establece relaciones contractuales, que mediante Blockchain se pueden llevar a un medio electrónico que garantizaría la gestión transparente y eficiente de los servicios e insumos requeridos.
¿Hay obstáculos que derribar para seguir avanzando?
En la minería ha predominado la cultura de silos, donde la información no fluye con la eficacia requerida y donde los procesos claves están desconectados. Este es un desafío fundamental del sector para la captura del valor que pueden liberar los procesos digitales. Otro desafío fundamental, que otros sectores han asumido con muchos beneficios, es la promoción de ecosistemas donde distintos actores puedan desarrollar soluciones innovadoras y demostrar el valor potencial para la minería; y finalmente, la capacitación y entrenamiento del capital humano en estas materias debe ser prioridad para dar pasos robustos hacia esta transformación digital.
En términos generales, el reto más importante es sostener la satisfacción de la creciente demanda de minerales de manera sostenible. La minería deberá producir más, con menos agua y electricidad. La electromovilidad es otro tema importante que resolver; no se puede hablar de producción de minerales con energías limpias si los vehículos consumen combustibles derivados del petróleo. Un número importante de mineras está comprometido con una transformación energética de su modelo productivo a energías limpias, y ya lo hemos visto en las recientes contrataciones con parques solares y pruebas de equipos móviles livianos con electromovilidad.
¿Cómo se proyecta esta industria en los próximos años?
No hay duda de que cada día las empresas mineras y sus ejecutivos tienen una mayor conciencia de la importancia de ir en la ruta de la transformación digital, no solo por aspectos de productividad y costos, sino también por factores de responsabilidad social. En este espacio, la visibilidad y transparencia que brindan los procesos digitales claramente puede ayudar a hacer una minería más sostenible y evitar daños patrimoniales o ambientales, que a su vez causan serios problemas reputacionales al sector.
Según cifras del WEF en los últimos 10 años hasta 2025, la transformación digital de la minería global generará el siguiente impacto:
• Sobre US$425.000 MM de valor agregado para la industria, clientes, sociedad y el ambiente.
• Reducción de 610 millones de toneladas de emisiones de CO2, con un valor estimado para la sociedad y el ambiente de US$30.000 MM.
• Mejoras trascendentales en la seguridad, con cientos de vidas salvadas y 44 mil accidentes con lesiones evitados.