Resulta interesante observar cómo el comercio electrónico ha experimentado un importante crecimiento a nivel internacional y regional en los últimos años, y ha generado una gran oportunidad de negocio para las empresas. Las tasas de crecimiento del comercio electrónico en la región de América Latina hablan por sí solas con crecimientos anuales superiores al 50% en los últimos cuatro años, y la expectativa de crecer a tasas similares del 2006 al 2010. Estos incrementos han llevado a que durante el 2005 las ventas en línea representaran más de US$4.300 millones en la Región, y se estima que para el 2010 superarán los US$22 mil millones. Cabe destacar los casos de Venezuela (185%), México (104%) y Chile (100%), países que experimentaron una mayor alza en el 2005.
Existen cinco factores principales del crecimiento exponencial del comercio electrónico en América Latina: la masificación de los medios de pagos electrónicos, el aumento de compradores jóvenes que son más cercanos al mundo virtual, el incremento en la penetración de Internet y la banda ancha, la profundización de la oferta de los productos y servicios en línea, y tal vez el más importante, la mayor confianza de los usuarios en el uso de este canal para rea-lizar compras virtuales. Observar de cerca el desarrollo de estos elementos será importante para comprender las tendencias de las transacciones electrónicas.
Estudios realizados por comScore, consultora mundial especializada en comercio electrónico, señalan que el 90% de los pagos son hechos con tarjeta de crédito, siendo el 55% de ese total con tarjetas Visa. Factores como la variedad en el tipo de tarjetas, cobertura, beneficios adecuados al perfil del cliente y seguridad al momento de realizar la transacción electrónica, son algunos de los aspectos que están determinando el crecimiento del uso de los medios de pago electrónicos en este canal.
Lo mejor está aún por venir…
Una nueva generación de compradores, entre los 20 a 30 años, figura en el ci-berespacio regional y representa uno de los segmentos de mayor potencial de crecimiento. Las empresas de comercio electrónico han tenido que modificar sus estrategias para atenderlos, ya que no sólo buscan artículos tradicionales en Internet, como compra de libros y CDs, sino cada día más esperan poder realizar compras de artículos electrónicos, pagar viajes y servicios y hasta efectuar el pago de impuestos y servicios relacionados con la educación.
También se puede ver que existe una concentración del comercio electrónico en actividades económicas específicas. En Chile, las categorías de líneas aéreas y tiendas departamentales concentran más del 80% del volumen del negocio de los comercios vía electrónica.
El incremento en la confianza en es-te canal continuará siendo fundamental. Más de un tercio de los usuarios latinoamericanos tiene un buen nivel de confianza para realizar transacciones en línea y esta cifra si-gue creciendo. Según algunas asociaciones especializadas, el fraude en ventas electrónicas se ha reducido de manera muy importante, siendo actualmente menor al 0,03% del total de las operaciones.
Es muy probable que en los próximos meses y años se vea un intenso trabajo en las campañas publicitarias de las compañías para promover el comercio en línea, con beneficios diferentes e incluso mejores a los ofrecidos en el mundo físico, una mayor seguridad para llevar a cabo las transacciones electrónicas y el fortalecimiento en los esfuerzos encaminados a contar con mejores regulaciones que permitan un comercio saludable. Con este panorama en frente podemos decir que, en términos de comercio electrónico lo mejor está aún por venir…
