Recientemente, un grupo de 20 prestigiosos economistas dio a conocer las conclusiones de un trabajo conjunto para promover el crecimiento del país. “Aprovechemos la oportunidad” fue su invitación, a través de una serie de medidas para llevar a Chile al desarrollo. En contraste con ello, me sorprendió mucho más el discurso que a fines de Agosto dio Ben Bernanke, Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, quien ligó completamente la productividad con las Tecnologías de Información y Comunicaciones y la innovación tecnológica.
¿Cuál fue la base de la recuperación en el crecimiento de la productividad de Estados Unidos?, se pregunta Bernanke en su discurso. Y más adelante comenta: “el repunte de la productividad fue, para la mayor parte, resultado del rápido progreso tecnológico y el crecimiento en la inversión en TIC durante los años 90”. Así, mientras en el país del norte la economía creció fuertemente gracias a las TIC, en especial desde 1995, en Chile nuestra productividad, que durante el período 1991-1995 aportaba un 56% al crecimiento del PIB, ha bajado durante los últimos 10 años y hoy no representa más del 20% de dicho incremento.
Las propuestas de este colectivo de economistas han recibido elogios de todos los sectores. Sin duda, es destacable congregar a un grupo tan heterogéneo de expertos y lograr una proposición. Pero ¿Por qué ellos no valoran la tecnología en su real mérito mientras el principal economista de Estados Unidos la destaca como un factor distintivo y crucial para el crecimiento de su país?
Seamos justos: esta nueva agenda procrecimiento contempla reforzar las medidas que Andrés Velasco, Ministro de Hacienda, ya lanzó en el plan Chile Compite. Aborda facilitar la Economía Digital, pide liberalizar el incentivo tributario a la innovación -materia que compartimos- y rebajar los impuestos a la importación tecnológica, iniciativa que también respaldamos cuando se refiere a productos estandarizados. Sin embargo, hay algo que se echa de menos: no liga todas estas medidas en pro de la innovación tecnológica con la productividad del país.
¿Nuevas cartas de navegación?
Tecnología, innovación, inventiva, ahorros, eficiencia, creatividad y varios otros aspectos detonan la productividad. Mi tesis es que los procesos de mejoras de productividad en proyectos públicos y privados avanzan menos rápido que los conceptos clásicos de capital y recursos humanos. No ocurría lo mismo cuando el Estado generó las concesiones o los bancos completaron sus procesos de incorporación tecnológica durante los 90’. Es de esperar que no se nos hayan agotado todavía las ideas de optimización, pues ya observamos que proyectos de alta rentabilidad, apoyados con TIC, se desarrollan con menor velocidad que la necesaria.
Aunque no representa más del 20% de la economía, el rol del Estado es clave, ya que su capacidad de lide-razgo, apalancamiento y ejemplo son fundamentales. La propuesta de los 20 economistas levanta la modernización del Estado, pero no propone el Gobierno Electrónico ni el cumplimiento de los compromisos de la Agenda Digital, lanzada hace dos años para llevar a Chile hacia la Sociedad de la Información. Naturalmente, todo plan estratégico debe ser revisado y actualizado, pero nuestra Agenda Digital fue un esfuerzo público-privado serio y no me parece sano encaminarnos en nuevas cartas de navegación cuando no hemos cumplido las que están en curso.
Los ministerios de Economía y Hacienda, la Subsecretaría de Telecomunicaciones y Corfo, son las reparticiones públicas que trabajan más de cerca con la Agenda Digital. Nos sentimos identificados con las prioridades macroeconómicas del Ministro de Hacienda, pero pedimos más profundidad en el mejoramiento de las capacidades tecnológicas del país en el corto plazo, del Gobierno, de las Pymes y también de las grandes empresas. El impacto de las políticas públicas es fundamental, y por ello aplaudimos la iniciativa del Ministerio de Economía que creó el Consejo de Innovación para la Competitividad y la acción de Corfo para llevar a la práctica estas medidas.
Por el lado empresarial, ACTI, Sofofa, la Cámara de Comercio de Santiago y otros gremios y fundaciones hemos sido contraparte activa de esta iniciativa. Esperamos retomar el trabajo conjunto, en lo que la Agenda Digital denominó “Grupo de Acción Digital”, pues sólo así lograremos las metas fijadas.
Celebramos esta nueva propuesta de competitividad, pues señala muchos temas para la actualización de la Agenda Digital. Sin duda, queda mucho camino por recorrer en la difusión del uso de las TIC en nuestro país para nuestra competitividad, y por ello la invitación es a “aprovechar la oportunidad”, pero elevando nuestra productividad a través de la tecnología.
Octubre de 2006
