Alfredo Barriga
¿Cuál es la idea central de “Futuro Presente”?
Según un reporte de McKinsey -importante firma de consultoría global-, para el año 2025, 12 tecnologías disruptivas tendrán un impacto económico a nivel mundial que se calcula entre una y dos veces el tamaño actual de la economía estadounidense. Su envergadura es tan gigantesca que a muchos les resulta difícil calibrarlo. Esta tendencia ha sido advertida también por otras instituciones, como el Foro Económico Mundial, la OCDE y las Naciones Unidas, entre varias otras. Y el tema es que 2025 ya está aquí. Entonces, si se quiere hacer algo en términos de políticas públicas para ese año, solo tenemos los próximos cuatro años.
¿Cómo nace este libro?
En junio de 2011, participé en la Conferencia de la OCDE sobre la Economía de Internet, y me di cuenta de que el impacto que representaban estas tecnologías iba a ser fuerte y que nadie en Chile parecía darse cuenta. Unos años más tarde, buscaba desesperadamente cómo transmitir este mensaje y Vint Cerf, uno de los “padres” de Internet y actual Chief Internet Evangelist de Google, me alentó a escribir un libro. Posteriormente, en un café con el ex Presidente Sebastián Piñera, le conté que estaba desarrollando este proyecto y me ofreció escribir el prefacio. Un par de meses más tarde, le pedí un prólogo a Sebastián Edwards, quien gentilmente aceptó. En ese sentido, se puede ver el apoyo en que descansa “Futuro Presente”: Vint Cerf, Sebastián Piñera y Sebastián Edwards.
¿A quién está dirigido?
A empresarios, gerentes, rectores, políticos, gobiernos (locales, regionales, nacionales)… En general, a cualquier persona que tome decisiones. No obstante, está escrito con mucho cariño para el chileno de la calle, porque cualquiera que lo lea, lo va a entender.
Ud. sostiene que este impacto será mayor para América Latina. ¿Por qué?
Latinoamérica es una región especialmente vulnerable a esta revolución que viene, porque somos economías extractivas (y ha sido así desde la Conquista), y de acuerdo al libro “¿Por qué Fracasan los Países?”, de Daron Acemoglu y James A. Robinson, son esas las que fracasan, especialmente porque pierden las nuevas oportunidades que ofrece la nueva revolución tecnológica.
Además, y por primera vez en la historia de la Humanidad, lo intangible es más importante que lo tangible. En el siglo XXI, la riqueza, el bienestar, el valor que se genera, ya no vendrá de los recursos naturales o de las fábricas, sino de las neuronas, del talento. Un ejemplo claro está en cómo ha cambiado en los últimos 50 años el listado las empresas de mayor valor en Wall Street. Es radical: en el Top Ten, ahora encontramos a Apple, Google y Microsoft, y eso no pasa porque son empresas de tecnología, sino porque son intensivas en talento y han sido capaces de llevar a cabo la revolución económica que han traído las nuevas tecnologías y especialmente la Ley de Moore.
Entonces, ¿qué debemos hacer frente a este inminente cambio de paradigma?
Cada uno de los que estamos en esta sociedad tenemos un rol que cumplir. Por lo tanto, cada uno debe “digitizar” su rol, no solo “digitalizarlo”. Para McKinsey, “digitalizar” es falabella.com, mientras que digitizar es alibaba.com. En este sentido, la primera revolución digital fue sobre la “digitalización” y eso ya se cumplió; en cambio, la nueva es sobre la “digitización”. Ahora viene el cambio de modelo de negocios, el replantearse completamente las actividades de todo tipo, desde la económica y social hasta la académica y política, porque gracias a estas nuevas tecnologías y a la Ley de Moore, ha habido un impacto gigantesco en los costos de transformación de los bienes y servicios que se ofrecen. Hoy, hay productos 95% más económicos de fabricar que hace 20 años y, además, mucho más potentes. Entonces, una pregunta que les planteo a los colegas economistas es: ¿Nos seguirá sirviendo el PIB per cápita para medir qué tan bien está un país? Porque un país digitizado podría tener un PIB más bajo, pero vivir mejor que un país que no lo está, debido a la brutal reducción de costos que permite lograr precios que eran inimaginables hace escasamente diez años atrás.
A su juicio, ¿qué tecnología será la más disruptiva?
Creo que la más disruptiva será la “Inteligencia Artificial” o como la llama Mc- Kinsey, “la automatización del trabajo del conocimiento”. Luego, situaría a Big Data (que no aparecen entre las 12 tecnologías señaladas), Cloud Computing e Internet de las Cosas. Esas cuatro, actuando juntas, pueden dar vuelta al mundo. Con el Big Data, tengo información infinita; con Inteligencia Artificial, le puedo “sacar el jugo” a esa información; y con el Cloud Computing e IoT, puedo tomar, repartir y actuar sobre datos en todo el mundo.
¿Qué propone con “Futuro Presente”?
Un llamado de atención a los tomadores de decisión de América Latina para que entiendan, desde una perspectiva social, económica y académica, el verdadero significado de la nueva revolución digital y el efecto que esta tendrá en su actividad. En la digitización no tienes idea de dónde vendrá la futura competencia y de cómo se logrará la satisfacción de la necesidad que hoy estás cubriendo. Cualquier sector de la economía puede ser “uberizado”. Eso es lo que analizo en el libro. Estoy muy contento con la reacción que han tenido los empresarios que lo han leído: ¡Lo han encontrado entretenido!
¿Qué opina del CIO Update en el que participará este año? Participo en el CIO Update desde que comenzó. Es una excelente instancia para compartir nuestra visión sobre el futuro de las tecnologías digitales y el rol que le va a caber al CIO en la empresa del siglo 21. Este año aprovechamos de hablar sobre las 12 tecnologías del informe McKinsey. La acogida fue tan buena que, para la versión 2017, hemos decidido profundizar en los temas de transformación digital de los cuales hablo en mi libro.
Esperamos una gran concurrencia para animar el debate de ideas y aumentar el valor del seminario para los asistentes. Deberían salir con una idea clara respecto de cómo afectarán esas tecnologías a su negocio y, al menos, con un esbozo de un Plan de Transformación Digital para proponer a la gerencia general.
