Mucho se ha hablado del apagón 2G e incluso la aproximación de un apagón 3G, alarmando a algunos usuarios incluso de cómo les afectará esto. No obstante, la desaparición de esta red no tendrá consecuencias drásticas para la población. De hecho, menos del 1% de las conexiones móviles del país son 2G.
Es que la llegada del 2G fue un hito en Chile que permitió pasar de lo análogo a lo digital, además de masificar los mensajes de textos, los famosos SMS. Sin embargo, a mediados del 2000, llegó la tercera generación de comunicaciones móviles, el 3G, que agilizó la navegación por Internet en celulares.
Actualmente, con la tecnología 4G en 2014 y 5G en 2022, las conexiones móviles tienen banda de ancha a gran velocidad que potencia la reproducción de videos, música y contenidos audiovisuales en línea. Los teléfonos inteligentes o smartphones ya están adaptados a usar ese tipo de redes.
Son alrededor de 200 mil dispositivos conectados a la red 2G en Chile, los que corresponden mayormente a localidades remotas que aún dependen de esa tecnología, pero justamente se está reforzando la llegada de 4G y 5G a esas zonas para evitar una brecha digital y asegurar la conectividad, sobre todo considerando que hoy el acceso a internet está establecido por ley como un servicio público.
En este sentido, la alternativa es la denominada plataforma VoLTE, que significa Voz sobre LTE. VoLTE permite efectuar llamadas de voz mediante la red móvil LTE/4G, erradicando la limitación indicada previamente. Sin embargo, esta solución requiere que los smartphones dispongan de dicha tecnología, además de contar con cobertura 4G.
De esta forma, el apagón 2G, y eventualmente del 3G, no debe significar una amplitud en la brecha digital, sino una oportunidad de mejorar la conectividad de nuestro país especialmente en zonas rurales o aisladas. La tecnología está, es hora de usarla.