Al comenzar el 2007, como asociación planteamos algunos lineamientos para acercarnos al objetivo de convertir a Chile en un país desarrollado en el mediano plazo. Si bien fue un año positivo en muchos aspectos, también hemos visto avances moderados que constituyen el principal desafío para el 2008: concretar todas las tareas en las que estamos trabajando, tanto con el sector privado, del que somos parte, como con el sector público, con el que hemos desarrollado un esfuerzo conjunto en beneficio del país.
Dentro de los avances de 2007, podemos destacar dos temas principales. Logramos que se constituyera la Estrategia Digital y el Comité de Ministros, a cargo del Ministro de Economía, tal como lo habíamos planteado antes, a partir de la necesidad de dar rango ministerial a la innovación. Paralelamente, avanzamos en que el sector privado entienda más la importancia del uso de las tecnologías. ACTI ha establecido relaciones con distintas entidades gremiales y privadas como la CPC, Sofofa, las cámaras de comercio y con otras organizaciones gremiales tecnológicas, lo que podría permitirnos dar un paso más allá y aumentar nuestra representatividad en el país, a través de un trabajo conjunto y coordinado.
Una de las principales tendencias que tomaron fuerza durante el 2007 fue el aumento y aceptación por parte del mercado del outsourcing, lo cual marca una interesante pauta para Chile, y va en la línea de nuestra estrategia. Dentro de los objetivos que hemos estado siguiendo como asociación, tanto con el Gobierno como con el Foro Pro Innovación, está la creación en Chile de una industria offshore y el aumento de los servicios de outsourcing hacia el exterior del país, tendencias que convergen y en las que estamos viendo un fuerte desarrollo que debemos continuar potenciando.
Un año de concreciones
Sin embargo, el 2007 pudo haber sido mucho más agresivo en términos de estos avances, lo que es necesario para acercarnos a las curvas que muestran los países desarrollados en inversión, investigación y desarrollo. Falta un mayor entendimiento de los empresarios y ejecutivos sobre la relevancia de la tecnología para aumentar la competitividad de sus empresas, involucrándola en los modelos de negocios y acercando a los ejecutivos TI a la alta dirección, de manera que la tecnología sea considerada dentro de los análisis estratégicos como un componente necesario para el éxito del modelo de negocios.
La otra deuda que nos deja este año es la aprobación del incentivo directo para la inversión en investigación y desarrollo, tema contenido en el Plan Chile Compite, lanzado en el 2006 y que aún no ha salido del Congreso.
Sabemos que, desde el momento en que exista la adecuada instrumentación para poder acceder a ese beneficio tributario, debiera aumentar ostensiblemente la inversión en tecnología, ya que la empresa privada podrá enfocarse más fácilmente hacia la investigación y desarrollo, por lo que como ACTI estamos alerta por el lento avance de este proyecto de ley.
El 2008 debe plantearse como un año de concreciones de los diversos temas en los que ya hemos avanzado. Como punto fundamental para ello, esperamos que se lance oficialmente la esperada Estrategia Digital, documento que dará continuidad a la Agenda Digital 2004-2006 y que debería encauzar los esfuerzos públicos y privados de aquí al Bicentenario. Así, el 2008 será un período de intenso trabajo para generar los proyectos que impulsen el desarrollo de Chile desde el punto de vista de la tecnología.