“No concebimos el funcionamiento diario del INP sin Tecnologías de Información”

El 18 de Noviembre de 1980 se promulgó el Decreto Ley Nº 3.502 que creó el Instituto de Normalización Previsional (INP) para regular los fondos con que el Estado debía suplementar los déficit que necesariamente se producirían con motivo de la puesta en marcha del nuevo régimen previsional (AFP). Luego de dos décadas, esta entidad gubernamental, dependiente de la Subsecretaría de Previsión Social, atiende a 840 mil pensionados y 300 cotizantes del antiguo sistema previsional, asignando una importancia fundamental a la incorporación de Tecnologías de Información.

Publicado el 31 Oct 2002

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El 18 de Noviembre de 1980 se promulgó el Decreto Ley Nº 3.502 que creó el Instituto de Normalización Previsional (INP) para regular los fondos con que el Estado debía suplementar los déficit que necesariamente se producirían con motivo de la puesta en marcha del nuevo régimen previsional (AFP). Luego de dos décadas, esta entidad gubernamental, dependiente de la Subsecretaría de Previsión Social, atiende a 840 mil pensionados y 300 cotizantes del antiguo sistema previsional, asignando una importancia fundamental a la incorporación de Tecnologías de Información.

¿Qué valor le asigna el INP a la implementación de sistemas de tecnologías de información?
Las Tecnologías de Información son fundamentales para el trabajo que desarrolla el INP, el cual es muy amplio y diversificado, pues comprende la atención a cotizantes del antiguo sistema previsional, pensionados, empleadores, personas aseguradas contra accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, cotizantes de FONASA, adultos mayores a los que ofrecemos servicios sociales, etc. Todo esto suma varios millones de usuarios y, por ello, el uso de Tecnologías de Información para nosotros es un recurso estratégico que debemos evaluar permanentemente en su aplicación y desarrollo.

Ahora, a mi juicio, hay dos aspectos muy relevantes para nuestro trabajo. Primero, está la simplificación de procesos. Este es un instituto donde la organización está muy ligada a los procesos que se realizan y donde es necesario desarrollar un trabajo de reingeniería y simplificación de ciertas operaciones. Por supuesto, la informática juega aquí un papel fundamental. El segundo punto se refiere a aprovechar una de nuestras ventajas, que es el hecho de contar con una base de datos que identifica a cada uno de sus pensionados o a las personas a quienes prestamos servicios. Nuestro desafío es ampliar esa base de datos para disponer, además, de información relevante sobre cada uno de nuestros usuarios. No me refiero solamente a conocer su identificación y ubicación, sino a tener conocimiento de su modo de vida, sus costumbres y sus intereses, para canalizar nuestra acción en apoyos concretos que mejoren su calidad de vida, por ejemplo, a través de servicios sociales para adultos mayores.

¿Qué áreas de la tecnología tienen mayor importancia para el desarrollo de su gestión?
Evidentemente, están las tecnologías de comunicaciones y las de información. En el primer caso, estamos haciendo importantes esfuerzos por ampliar anchos de banda y contar con una mejor infraestructura, tanto en cobertura como en calidad. En cobertura, queremos llegar a nuestras sucursales en las localidades más apartadas, así como a nuestros centros de atención y 101 plazas de pago. A la vez, estamos incorporando nuevas estructuras de bases de datos que nos permitan unir los registros de las personas a las que atendemos. En cuanto a Internet, pronto lanzaremos un nuevo portal que permitirá realizar por esta vía la mayor cantidad de trámites asociados con nuestro quehacer, especialmente, a los empresarios. Estamos hablando de las 500 mil empresas a las que hoy atendemos con sus trabajadores. También estamos trabajando en una nueva infraestructura para un Call Center, con el fin de contar con un número único que la gente identifique.

¿En qué proyectos de gran envergadura se ha involu-crado el INP y cuáles tiene planeados a futuro?
Estamos embarcados en un proyecto de Data Center, de gran magnitud, que busca integrar las bases de datos que hoy se encuentran diversi-ficadas, al cual se pueda acceder con diferentes aplicaciones desde las sucursales. Esto otorgará un mayor grado de eficiencia a nuestros procesos y mejorará la calidad de atención directa a nuestros usuarios. Queremos licitarlo a fines del 2003, para contar con una nueva estructura en el 2004.

¿Cómo ha sido la relación del INP con los proveedores de esta área?
No tenemos mayores dificultades en esta materia, ya que llamamos a procesos de licitaciones públicas, transparentes e informados. Lo que queremos es ampliar el acceso a nuestros servicios, es decir, no sólo relacionarnos con los grandes proveedores de tecnologías de la información, sino también integrar a las Pymes y a la gente que ofrece innovación y productos nuevos.

¿Qué impacto ha tenido en los funcionarios la incorporación de nuevas tecnologías?
El proceso de adaptación de los funcionarios siempre ha sido muy rápido y, en general, se ha desarrollado de buena forma. En este sentido, sin duda que un factor de éxito ha sido que quienes trabajan en el INP no son personas que temen que la incorporación de tecnologías los va a dejar sin empleo, sino que todo lo contrario: existe la concepción de que la tecnología permite optimizar el trabajo de cada cual.

Dentro del presupuesto anual del INP, ¿cuál es el monto asignado al ítem de tecnología?
Del orden de US$8 a US$10 millones. Mirado en frío, puede parecer una cifra elevada, pero si uno analiza el volumen de operaciones de nuestra institución y la cantidad de personas que atendemos, no es tan así. No olvidemos que el gasto social que administra el INP es casi la tercera parte del gasto social del país. Por lo demás, gastar en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas es en realidad una inversión.

¿Cuáles son los beneficios concretos que ha obtenido el INP al “apostar” por la tecnología?
Más que reportarnos beneficios concretos, las tecnologías de información y comunicación son herramientas básicas y estratégicas para nuestro trabajo. No concebimos el funcionamiento diario del INP sin tecnologías de información. Por cierto, sin ellas no podríamos realizar los pagos a nuestros usuarios, porque pagamos más de 1 millón de beneficios cada mes, entre pensiones, subsidios y otros. A todo esto se suma la administración de diversos productos, como el seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales y la recaudación de cotizaciones previsionales y de salud para FONASA, por sólo mencionar parte de nuestras operaciones. Por otro lado, si lo analizamos en términos de beneficios directos, tendríamos que decir que una atención expedita en cualquiera de nuestras sucursales es un ejemplo concreto, pues ahorra tiempo y esfuerzos a nuestros usuarios. De la misma manera, el otorgamiento de una pensión en forma oportuna es un beneficio de gran valor para ellos. Nuestro criterio para medirnos es la satisfacción de nuestros usuarios y no sólo el hecho de creer que estamos haciendo las cosas bien y de acuerdo con lo que dicta la modernidad.

Noviembre de 2002

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Redacción

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