José Orlandini, Gerente División Servicios de Sonda.
El transporte público no se ha quedado ajeno a la acelerada evolución tecnológica, y Sonda, especialista en esta materia, se encuentra incorporando a su oferta un completo portafolio de soluciones y servicios que va en beneficio de los tres principales actores del sistema: autoridades de transporte, operadores de buses y, principalmente, los usuarios del transporte público.
Los sistemas de pago son probablemente los que tienen un impacto más transversal. “De hecho, la tecnología disponible hoy en teléfonos celulares permite que operen como una tarjeta para pago de transporte (tarjeta bip!) con todos los elementos de seguridad que se requieran, por lo que muy próximamente veremos una masificación de aplicaciones que posibilitarán el pago de transporte solamente acercando el celular a los validadores”, explica José Orlandini, Gerente División Servicios de Sonda.
Variadas opciones de pago
Asimismo, la nueva tecnología EMV, cada vez más utilizada por los bancos para emitir sus tarjetas, permite que estas puedan operar en validadores más modernos. Así, mediante los convenios comerciales adecuados entre autoridades, operadores y bancos emisores, en los próximos años en Chile se seguirá la tendencia mundial donde se continúa masificando la inclusión de distintas tarjetas para el pago de transporte.
Por otro lado, y tal como ocurre en países de Europa, los usuarios de transporte tienen un abanico cada vez más amplio de planes para adquirir sus tickets (pases mensuales, semanales, dos viajes al día por mes, o paquetes de viaje circunscritos a ciertas áreas). “Así, y bajo el concepto de ‘tarifa justa’, al final del mes se suma lo que el usuario pagó en transporte público, y si existiera un plan más conveniente, se le devuelve la diferencia. Los sistemas que hoy posee Sonda ya están habilitados para aplicar este concepto y asegurar que el usuario siempre haya pagado la tarifa más conveniente posible en el mes”, señala el profesional.
Una visión unificada
Desde otro punto de vista, a pesar de que hoy en día los sistemas tecnológicos que soportan el transporte público son totalmente centrados en la función que cumplen -como los sistemas de pago o de gestión de flotas-, a futuro estos tendrán como foco al usuario, unificando la visión que una persona tiene de todos los sistemas e infraestructura de transporte para desplazarse por la ciudad. Ello incluye buses, metro, automóvil, estacionamientos, bicicleta, viajes a pie, transporte privado (taxis, Uber), carpooling y otros, incorporando datos de tráfico, precios de carreteras urbanas e índices de contaminación y eficiencia energética de cada una de las alternativas elegidas.
“Es decir, estas nuevas tecnologías entregarán la información necesaria para que cualquier persona pueda desplazarse por la ciudad de la mejor manera posible, eligiendo sus parámetros: precio, tiempo de viaje, seguridad, etc”, señala el ejecutivo. Esta misma información estará disponible para la autoridad y los operadores, de manera de acortar la gigantesca brecha que hoy existe entre la demanda por transporte público y la oferta en cuanto a capacidad y frecuencia de los buses.
“El éxito de todo sistema integrado requiere que el transporte público sea una opción competitiva para los usuarios dentro del amplio espectro de alternativas que existen en una ciudad como Santiago, las cuales deben estar interconectadas y coordinadas”, concluye.