El incesante desarrollo de las TI nos ha llevado a administrar mejor nuestra información y con ello nos hemos visto en la necesidad de mantener nuestros datos seguros y disponibles en todo momento, para automatizar los procesos laborales y reducir notablemente el tiempo de trabajo. En este sentido, la tecnología biométrica se ha convertido en la protección más fiable y sencilla en la actualidad.
La seguridad biométrica representa una alternativa de protección, basada en la identificación de rasgos únicos de cada ser humano, que integra dispositivos de reconocimiento, así como un software que interpreta la muestra física y la transforma en una secuencia numérica. Entre sus aplicaciones más comunes están la exploración de las huellas dactilares, iris de los ojos, rasgos faciales e identificación de voz, como distintivos irrepetibles de cada usuario. De esta forma, la tecnología biométrica garantiza seguridad a tareas que van desde una revisión trivial de correo electrónico hasta importantes estrategias de seguridad nacional.
Algunos ejemplos
Aún cuando esta tecnología pudiera parecer lejana, hoy en día muchas organizaciones, tanto públicas como privadas están migrando hacia este tipo de protección. Un claro ejemplo son todas las salas internacionales de los aeropuertos de Estados Unidos, que después del 11 de Septiembre implemen-taron sistemas biomé-tricos, una vez que detectaron que algunos de los secuestradores pudieron haber sido identificados y detenidos si hubieran contado en su momento con un sistema efectivo de reconocimiento. Tal ha sido la utilidad de esta tecnología, como rastreo seguro de identificación intransferible, que ahora EEUU está impulsando la autorización para implementar pasaportes biométricos para los 27 países de su programa de exención de visas.
Otra muestra de las aplicaciones que ha tenido la seguridad biométrica en el sector gobierno está en Venezuela, donde se utilizaron recientemente lectores de huellas dactilares para reducir el fraude en las elecciones nacionales.
En la industria pública también ha tenido gran aceptación. Un estudio realizado por Hitachi en el 2003, revela que el 55% de las compañías contempla la posibilidad de adquirir sistemas de reconocimiento del iris y huellas dactilares; cifra que se ha ido incrementando en los últimos años.
A prueba de intrusos
Los fraudes financieros, el acceso de personas no autorizadas a ciertos datos y la intromisión física al interior de un recinto privado son los tres riesgos principales que disminuye la tecnología biométrica, pues al garantizar un sistema de identificación exclusivo resulta imposible falsificar una característica física del cuerpo humano.
Entre los beneficios que avalan esta tecnología están el acceso centralizado a cierta información, tecnología sencilla y amigable, así como rapidez y practicidad al evitar la memorización de claves para acceder a distintos lugares físicos y virtuales.
Una investigación realizada recientemente por APC, muestra que, en promedio, una persona tiene que recordar aproximadamente 17 contraseñas diferentes, lo cual puede resultar engorroso e incluso peligroso para los ejecutivos que resguardan información vital de sus compañías. Sin embargo, hoy los dispositivos biométricos permiten a los usuarios reducir riesgos y ahorrar tiempo al tratar de recordar o rastrear sus identificaciones y contraseñas, al momento en que su información se vuelve inaccesible para los métodos comunes de hackeo.
Así, resulta más sencillo y seguro revisar las distintas cuentas de correo electrónico, realizar transacciones de la banca en línea y compras electrónicas, entre otros.
A pesar del mito de que la seguridad biométrica puede fallar en ocasiones cuando la superficie de la piel está maltratada, la tecnología hoy en día es tan sofis-ticada que permite escanear los rasgos físicos que están en distintas capas de la piel, evitando así confusiones causadas por cicatrices y piel reseca, entre otros.
Sin duda alguna, la seguridad bio-métrica es una de las alternativas más seguras del mercado y los usuarios deben preguntarse qué resulta más riesgoso, contar con estas soluciones de protección y disponibilidad de información o estar desprotegidos y vulnerables ante los hackers.
Septiembre de 2006