“El malware orientado al criptojacking ha superado al ransomware como la mayor amenaza”, señala Eusebio Nieva, director técnico de Check Point Iberia, añadiendo que dicho malware “se ha convertido en el problema de ciberseguridad más frecuente, llegando a afectar al 40% de las organizaciones mundiales”.
El auge del malware para la minería de divisas queda reflejado en los informes mensuales de Check Point, que registran que durante los últimos meses el criptojacking está acaparando los primeros puestos de la clasificación de amenazas de seguridad. Coinhive, por ejemplo, se ha dejado notar en una de cada cinco empresas.
“Cuanto antes se pongan de acuerdo las empresas, los proveedores de ciberseguridad y las personas, antes se podrá combatir la ciberdelincuencia”, opina Nieva, según consigna www.silicon.es
El informe Illicit Cryptocurrency Mining Threat de la Cyber Threat Alliance, en el que participa el investigador Tim Otis de Check Point, aporta una serie de claves respecto al problema de la minería, tal y como ahora desgranan desde esta compañía.
Los criptojackers, para empezar, tienen diferentes formas y tamaños, desde lo que se conoce como “scrip kiddies” hasta “hacks avanzados”. La mayoría se apoya en fallos de seguridad para propagarse por las redes. Además, un criptojacker se puede usar como herramienta para desencadenar amenazas peligrosas.
Otro rasgo desvelado es que los criptojackers también usan el exploit EternalBlue, lo que favorecería el movimiento lateral.