Hoy en día, el reconocimiento facial está “de moda” como herramienta de control de acceso y/o identificación personal. Sin embargo, a menudo olvidamos cuestionar algunos aspectos de esta tecnología, explica Tali Haviv, Senior Business Development de Octopuss.
“Mientras que la tecnología de reconocimiento facial genera debates sobre ética y privacidad, surge un desafío aún más crucial: su precisión y confiabilidad”, detalla.
Las similitudes entre individuos, los cambios faciales con el tiempo, y las variaciones en la iluminación y los ángulos de la cámara, aumentan el margen de error.
“A pesar de sus innovaciones, el reconocimiento facial aún tiene un preocupante grado de inexactitud. El problema va más allá de las cuestiones éticas o la discriminación racial, apuntando directamente a la esencia funcional y fiable del sistema”, agrega la ejecutiva.
“Ante esto, es imperativo adoptar una postura crítica y consciente. Es esencial impulsar mejoras y establecer garantías para prevenir injusticias y errores. Una herramienta de este calibre, sin la debida precisión o en manos equivocadas, puede desencadenar consecuencias catastróficas”, concluye Tali Haviv.
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