EL METAVERSO: Un mundo lleno de nuevos retos en gestión de riesgos

Si hay una evolución tecnológica que afectará significativamente nuestras vidas, desde lo psico-social hasta lo económico y laboral, es el metaverso. Sin embargo, no solo impactará las formas de relacionamiento humano, sino también abrirá la puerta a una serie de amenazas para las que debemos estar preparados.

Publicado el 31 Jul 2022

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El metaverso está alcanzando un uso cada vez más expansivo y estará transformando la realidad, llevándola a una manera amplificada y virtual de tan inusitada forma que fácilmente alucina, expandiendo los límites posibles de la imaginación.

Las grandes compañías tecnológicas ya están invirtiendo en el metaverso, en investigación y desarrollos para la generación de nuevos productos y servicios digitales inmersivos, y quienes no entren en esta carrera estarán rezagados y disfrutarán de manera tardía, quizás, las mieles de estas nuevas fuentes de negocios.

No obstante, tanta fascinación debe ser abordada de manera cautelosa y responsable en la medida en que, de manera inherente, puede conllevar para las personas y compañías una gran exposición a nuevos riesgos, que aquí enunciaremos:

Riesgos en los negocios y crimen organizado:

En los mundos creados del metaverso, innumerables alternativas de negocio y formas de hacer dinero están surgiendo. Su aplicabilidad en líneas como gaming, turismo y viajes, medicina, educación, arquitectura, ingeniería, publicidad y mercadeo, retail, tiendas de moda, venta/arriendos de edificios y oficinas, tickets, museos, cine/video/animación, arte, conciertos, transporte, simulaciones, etc., muestran un futuro promisorio de oportunidades; pero asimismo surgen riesgos generados por la factibilidad de que personas inescrupulosas defrauden, estafen, roben o desfalquen a clientes compradores de bienes virtuales o usuarios de estos diversos servicios.

Violación a la intimidad, suplantación y robo de datos personales:

El uso del metaverso genera una mayor exposición que puede facilitar acciones muy intrusivas, debido a la gran cantidad de data que se produce de forma exponencial: datos e información personal que compartimos expresamente, pero también producida a partir de nuestro actuar en estos mundos ampliados.

La data personal (verbal, no verbal, biométrica, financiera, familiar, de preferencias de consumo, etc.) conforma un volumen importante derivado de las interacciones, manifestaciones y experiencias de los individuos en estos mundos y el tratamiento que se dé de esta información personal es lo que significa en sí mismo un riesgo.

El robo de identidad y/o la suplantación estarían a merced del crimen, si es que no se cuenta con la debida protección y seguridad de la información personal y organizacional.

Salud mental:

Aún no se dispone de estudios científicos sobre los efectos mentales en las personas de estas nuevas tecnologías inmersivas, pero algunos entendidos presagian posibles afectaciones secundarias de comportamiento, tales como el querer escapar de la realidad para vivir en un mundo creado ideal, lejos de las problemáticas, limitaciones, relacionamientos tóxico-afectivos, o de cualquier situación que los afecte de manera particular en su propio mundo real. Además de otras posibles afecciones que podrían generarse como aislamiento, depresión o enajenación.

Daños físicos:

Las personas inmersas en estos mundos virtuales pueden llegar a presentar, por su posición desmesurada frente al computador o dispositivo, afecciones óseo-articulares. También como efecto de la inmersión, en los que no se tienen límites físicos, al retornar al mundo real, pueden no valorar en su justa dimensión los riesgos y peligros. Un ejemplo de ello podría ser saltar al vacío, pretender volar, o cualquier tipo de acción imprudente factible en el mundo virtual, que en el real les pueda causar daño o generarlo en su ecosistema al ambiente, a otras personas, animales o cosas.

Adicción:

El uso continuo y excesivo de estos servicios puede generar deterioro sobre el control de participación social y dependencias compulsivas hasta el punto de priorizar esta actividad sobre otros intereses y actividades cotidianas, incluso vitales en el ambiente real. Esta enfermedad comportamental puede incluso derivar en otros efectos como aislamiento social, desatención de sus cuidados y responsabilidades personales, temas de ansiedad o hasta esquizofrenia.

Comportamientos No éticos:

Como tampoco existen, a la fecha, regulaciones, leyes, normativas o restricciones que limiten el comportamiento, las personas no tienen compromisos de responsabilidad en su actuar o previsión de las consecuencias de sus acciones y podrían incluso perder o contravenir sus propios valores y su comportamiento normal ético.

Violación de la intimidad, chantaje y extorsión:

De no contar con las condiciones de seguridad y control en los nuevos ambientes se está sujeto a la violación de la privacidad, y las actuaciones realizadas allí o la información personal sensible e íntima que se comparta está expuesta a divulgación masiva, chantaje o extorsión por parte de terceros para su no publicación.

Manipulación:

La información generada incluye las manifestaciones y comportamientos de las personas en lo económico, político, social e incluso lo emocional. Información que es relevante y al ser procesada, podría ser determinante para ser usada e incidir en una posible manipulación y determinación de decisiones que las personas pudieran tomar en el futuro en sus gustos, compras, o incluso en sus posiciones personales frente a situaciones sociales o políticas de su diario vivir.

El metaverso “oscuro”: Así como existe una Dark Web, sin duda se presentarán ambientes de metaverso donde se promueva y utilice estas tecnologías para servicios tales como pornografía infantil, trata de personas, mercado de drogas y armas, así como servicios criminales y actividad delictiva de todo tipo.

En definitiva, no se trata de satanizar estas nuevas tecnologías; simplemente se trata de prevenir sobre sus riesgos implícitos, a fin de tomar las previsiones necesarias para su cabal aprovechamiento en bien de la sociedad y su ambiente.

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Redacción

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