Ante la cada vez mayor digitalización de las actividades cotidianas de personas, empresas, gobiernos e incluso países, el rol de la ciberseguridad va adquiriendo más importancia, tanto para proteger la integridad de los dispositivos conectados como para resguardar los datos personales de los usuarios.
Las personas tienen en sus hogares dispositivos conectados a Internet que utilizan datos personales, profesionales y/o financieros para consumir contenidos digitales o pagar servicios, entre otras transacciones que deben resguardarse mediante contraseñas, cifrado, redes privadas, autenticación de doble factor, entre otros.
Los datos impulsan prácticamente todo, desde una búsqueda rápida en línea, el envío de un correo electrónico, el entretenimiento vía streaming hasta la consulta de los últimos titulares de las noticias. Según la más reciente edición de Data Never Sleeps de Domo, en un minuto del día una persona genera 102 MB de datos, ChatGPT recibe casi 7 mil consultas, WhatsApp procesa 41.6 millones de mensajes, se envían 241 millones de correos electrónico y Google procesa 6.3 millones de búsquedas, entre otras actividades. Por parte de los ciberdelincuentes, en tanto, se ejecutan en promedio 30 ataques de Denegación de Servicio (DDOS, por sus por sus siglas en inglés)
Mientras los usuarios se valen de la digitalización para pagar diversos servicios través de Internet, o solicitar productos y hasta dinero en efectivo, las empresas también se transforman digitalmente para mejorar sus procesos, optimizar y automatizar la operación y sus negocios, buscando ser más ágiles y flexibles ante las tendencias tecnológicas.
Una investigación de Cybersecurity Ventures reveló que en 2023 se registró un ciberataque cada 39, o 2.200 casos diarios. Por otro lado, Fortinet destacó que Chile recibió 6.000 millones de intentos de ciberataques el año pasado, una cifra bastante menor si se compara con los 14.000 millones de 2022, pero no necesariamente una buena noticia.
Ante este panorama de constante digitalización, la ciberseguridad es clave para proteger la información de los usuarios y la integridad de las aplicaciones, por lo que invertir en una solución que minimice los riesgos de sufrir un ataque y responda a sus impactos se hace necesario.
Las previsiones de Gartner indican que el gasto mundial en ciberseguridad de los usuarios finales crecerá sobre un 15% interanual durante 2025, hasta llegar a un nuevo récord de US$ 212.000 millones.
Este crecimiento se debe, en gran medida, a la disrupción generada por las soluciones basadas en la Inteligencia Artificial (IA), particularmente en la IA Generativa (GenAI). Así como las empresas crean herramientas de seguridad informática basadas en IA, los ciberdelincuentes también aprovechan esta tecnología. Según Gartner, para 2027 el 17% de los ciberataques o filtraciones de datos incluirán algún elemento de GenAI.
La reciente Encuesta de Tendencias Tecnológicas Globales 2023 (GTTS 2023) de Equinix arrojó que los líderes de TI en Chile afirman estar usando o planean usar IA en las áreas de Investigación y Desarrollo (90%), Ciberseguridad (88%), Centros de Contacto (88%), Operaciones de TI y Gestión Empresarial (87%), Experiencia del Cliente y Comercio Electrónico (86%) y, por último, Marketing (85%).
Las estrategias de ciberseguridad también incluyen a los centros de datos, los cuales deben contar con medidas de seguridad físicas, técnicas y organizacionales, diseñadas para fomentar la seguridad y proteger la confidencialidad, integridad, disponibilidad y resiliencia de los datos.
Entre estas medidas se cuentan el cifrado de información personal; la implementación de medidas técnicas de seguridad; la toma de acciones para garantizar el respaldo de los datos personales y su disponibilidad, aun en caso de un incidente de seguridad; y el análisis, valoración y evaluación periódicos de la efectividad de las medidas de seguridad.