Por Samuel Ramírez, Director de Proyectos de Hikvision Chile.
En una era donde hay más dispositivos de seguridad conectados a través de Internet de lo que jamás se haya visto, la ciberseguridad se ha convertido en un inmenso desafío para la industria. Recientemente se han implementado regulaciones más estrictas en lo que respecta a la seguridad de datos y la protección de la privacidad en los mercados más importantes del mundo, como el GDPR de la Unión Europea y la ley de seguridad de los datos en China, que han planteado mayores demandas en esta materia.
Aun así, en 2021 diversos ataques con software malicioso contra una variedad de industrias nos convencieron firmemente de que las empresas de todos los sectores deben repensar la estrategia de seguridad de la red. Esto implica adoptar tecnologías que sean seguras desde su concepción, arquitecturas de “confianza cero” basadas en la validación constante del perímetro de seguridad (que ya no puede estar centrado en el edificio corporativo sino en el acceso a los datos) para evitar ciberataques.
La “confianza cero” es una iniciativa estratégica desarrollada para prevenir las violaciones de datos, mediante la eliminación del concepto de confianza de la arquitectura de red de una organización. Se basa en una filosofía de “nunca confíe, siempre verifique”. Ha sido ampliamente aceptado dentro de la industria de Tecnologías de Información (TI) y ahora también avanza, de manera lenta pero constante, hacia el ámbito de la seguridad física y se convierte en una parte importante para el mundo del Internet de las Cosas (IoT).
Es un hecho que cualquier dispositivo inteligente conectado a internet puede ser blanco de malware, phishing y ataques de ransomware. Por eso, la confianza debe ser cuidadosamente verificada según el riesgo.