A mediados de los años 90 se realizaron las primeras transacciones electrónicas asociadas a venta de bienes y/o servicios a través de Internet utilizando medios de pagos electrónicos como las tarjetas de crédito. En ese entonces, nadie sospechaba que a veinte años del inicio de esta práctica las cifras mundiales relacionadas al comercio electrónico, también conocido como E-Commerce, moverían tanto dinero e involucrarían a tantas personas.
Actualmente, el comercio electrónico representa casi el 6% del comercio total mundial, alcanzando en 2014 la impactante cifra de mil trescientos dieciséis trillones de dólares. Y se espera que continúe en aumento año tras año, hasta llegar en 2018 a representar casi el 9% del comercio del planeta. Estudios señalan que los países con mayor penetración del E-Commerce están en Europa (Inglaterra con 15%, Alemania 12%, Francia 10% y España 8%), mientras que en Estados Unidos llega al 10%. Si bien, en Chile las cifras no pueden compararse puesto que no superan el 3%, su desarrollo está muy por encima que el del resto de los países de la región, alcanzando cerca de dos mil millones de dólares al año.
En general, el desarrollo y continuo crecimiento del comercio electrónico se debe a los avances tecnológicos que permiten realizar transacciones rápidas, fáciles y cada vez más seguras. “El comercio electrónico ha ido en aumento a través de los años debido a los cambios de hábitos de los consumidores nacionales e internacionales, además, la facilidad y comodidad que ofrece ha hecho que bancos, multitiendas y diversas empresas de todas las áreas brinden cada día más este servicio a sus consumidores. Pero es importante no olvidar que el mercado on line y sus transacciones electrónicas no son intocables, ya que así como las medidas de seguridad presentan importantes avances tecnológicos, los métodos para intentar vulnerarlos son también cada día más sofisticados”, señaló Jorge Rojas, Gerente de Servicios Gestionados de Seguridad de la empresa NovaRed.
En un rubro donde el 30% de los usuarios de Internet en Chile son considerados como compradores activos, existen ciertas consideraciones asociadas a la seguridad on line relacionadas a cómo las empresas protegen la información de los consumidores (datos personales y financieros), qué mecanismos de protección se utilizan, políticas de privacidad, entre otros.
Los expertos de NovaRed recomiendan a las empresas a invertir en plataformas flexibles y escalables que sean capaces de adaptarse dinámicamente a cargas transaccionales concentradas y temporales y así estar preparadas para soportar cargas ‘peak’ y a su vez mantener la seguridad de los datos de los clientes; Establecer mecanismos de control que registren las transacciones realizadas y que protejan al sitio web de actividades maliciosas que podrían desarrollarse desde Internet. No hay que olvidar que los sitios de ventas están expuestos intentos de hackeos y fraudes; Periódicamente realizar análisis de vulnerabilidades y test de penetración que ayuden a detectar potenciales vulnerabilidades que tenga el sitio web; Establecer controles que detecten potenciales riesgos sobre la información de los clientes y usuarios del sitio web, ya que una filtración de esta información podría resultar en una pérdida de confianza de los consumidores y en daños a la reputación de la empresa.
En 2014, a pesar de la desaceleración económica, el comercio on line en el país mantuvo su crecimiento, siendo el gasto promedio por persona de US$ 600, cifra que sin duda ha aumentado durante lo que va del 2015 y todo debido a la seguridad que este método ofrece a sus consumidores y a que estos están cada día más al tanto de las medidas de seguridad que deben tomar al realizar este tipo de transacciones. Desde NovaRed recuerdan las más importantes:
– Tener precaución con los enlaces que aparezcan en e-mails y redes sociales con ofertas irresistibles. Es recomendable nunca hacer click directamente sobre los enlaces que llegan en los correos o descargar aplicaciones y así evitar ser víctimas de phishing.
– Comprar en tiendas reconocidas que pueden responder frente a algún problema y tengan métodos de pago seguros.
– Utilizar dispositivos de confianza para realizar las transacciones, los cuales cuenten con medidas mínimas de seguridad como un antivirus actualizado, parches de seguridad del sistema operativo, aplicaciones actualizadas al día, etc.
– Evitar realizar transacciones en cibercafés o utilizando redes de WiFi públicas
– Asegurarse que la página de pago utiliza “https” cuando se ingresa la dirección web correspondiente y adicionalmente que aparezca el símbolo de un candado relacionado con el certificado digital. De esta forma prevenimos que nos capturen nuestros datos privados a través de la red de comunicación.