Hugo Galilea, CEO de Kepler y consejero de la Alianza Chilena de Ciber Seguridad.
Chile y Perú son muy atractivos para los piratas digitales, debido a la baja inversión en ciberseguridad, inferior a un tercio de Estados Unidos o Australia, que destinan cerca del 0,021% de su PIB, mientras que nosotros sólo usamos 0,07 y el país vecino 0,06 respectivamente. Por esto, el extremo sur del continente americano es el nuevo y apetecido blanco de los cibercriminales, quienes no tienen miramientos con entidades gubernamentales, bancarias o empresas.
“A nivel internacional hay dos corrientes de ataques que están tomando fuerza. Una generalmente parte en Estados Unidos, y después que la vulnerabilidad es descubierta y parchada, migran a zonas con menor inversión en ciberseguridad como Europa, luego van a Asia y Brasil, para finalmente llegar al resto de Sudamérica. Otra tendencia, es preparar ataques en Latinoamérica, donde los criminales pueden fallar una o dos veces, sin ser atrapados. Después de afinar esos golpes, van por botines más interesantes en países desarrollados”, explica Hugo Galilea, CEO de Kepler y consejero de la Alianza Chilena de Ciber Seguridad.
Para hacer frente a estos piratas digitales, Kepler ofrece servicios de protección de datos tanto en Chile como en Perú. A fines de 2018 abrieron oficinas en Lima, para realizar recuperación de datos, protección de información, capacitación y concientización en ciberseguridad. “Allá estamos trabajando mucho en la revisión y levantamiento de las capacidades de defensa de las distintas empresas, especialmente banca, instituciones financieras y retail, que necesitan un ente externo que certifique sus capacidades de defensa”, comenta Hugo Galilea.
Tanto Chile como Perú son un blanco fácil, puesto que muchas de las organizaciones poseen defensas básicas como antivirus y firewall. Estos equipos y softwares son un punto de partida, pues la tendencia apunta a evolucionar hacia una ciberdefensa más dinámica que estática, donde con inteligencia artificial es posible detectar y revisar movimientos anómalos de información o conexiones vinculadas con posibles fugas de datos.
Galilea explica que en ambos países hay mayor conciencia del impacto de las personas en las estafas digitales, ya que sobre el 60% de las brechas de seguridad fallan por error humano. “Para prevenir realizamos capacitaciones en todo tipo empresas e instituciones, lo que nos permite detectar quiénes son más propensos a ser engañados. Premiando comportamientos seguros y capacitando a quienes son un riesgo para la organización. Además, en Perú nos han solicitado bastante los levantamientos con hacking ético, lo que nos permite probar sus capacidades de defensa, desde fuera hacia dentro”, destaca.
En este mismo instante se están llevando a cabo millones de ataques desde todas partes del mundo, por lo que es necesario contar con distintas miradas para reaccionar y generar conciencia de estos peligros. La ciberdelincuencia es hoy una organización exponencial, sin fronteras, con ganancias por sobre los US$ 3 mil millones, y se espera que para el 2021 llegue a US$ 6 mil millones. Es por esto que Kepler busca seguir reforzando la ciberseguridad en el cono sur y próximamente en Colombia, donde esperan ofrecer servicios de protección de información el año 2021.