Presente en varias situaciones familiares, como cuando debemos poner la huella para realizar un trámite bancario, acceder a una oficina, o durante la compra de un bono médico, la biometría es una tecnología que suma cada día nuevas aplicaciones. Un área que se ha visto muy beneficiada por su uso es el control de personal, donde la seguridad de esta tecnología aventaja a otros sistemas.
El término proviene del griego “bio” que significa vida y “metría” que significa medida o medición, y hoy es el conjunto de métodos automatizados que analizan determinadas características humanas para identificar o autentificar personas. Las opciones son variadas: la más conocida es, quizás, la biometría de huellas dactilares, pero hay otras modalidades también muy usadas como la retina, el iris, el reconocimiento facial e incluso hoy se puede utilizar el patrón venoso, la geometría de la mano o hasta el modo de caminar.
Además de las aplicaciones mencionadas, la biometría ha ganado terreno en su uso para supervisar la asistencia y el cumplimiento del horario laboral de los empleados, donde los relojes de control biométricos vía reconocimiento facial y huella digital son actualmente los más empleados. “Es aquí donde sistemas como las tarjetas o el libro de firmas comienzan su retirada, pues las ventajas de la biometría imponen una brecha difícil de superar”, detalla Pablo Tejos, Gerente General de PuntoSeguro, compañía especialista en soluciones de control de asistencia vía biometría.
Al usar características únicas y particulares del individuo, que en conjunto no se encuentran en otra persona, esta tecnología es considerada más segura y efectiva. De hecho, el que la huella dactilar no sea igual ni siquiera en dos gemelos idénticos, da cuenta de lo único que son los patrones o características en que se basa la biometría.
“Con sistemas manuales como el libro de firmas, puede suceder que el usuario marque otra hora de llegada o salida o bien otro usuario firme por él. Lo mismo con la tarjeta con banda magnética o de proximidad, pues otra persona podría usarla para marcar en representación de a quien realmente pertenece la tarjeta, por tanto con la biometría se evita una posible suplantación de identidad”, explica el ejecutivo de PuntoSeguro.
En el control de asistencia, hay mucho más eficacia en el marcaje, pues como no se trata de algo externo como sí lo son las tarjetas, sino que el elemento de identificación es parte de nuestro propio cuerpo, no existe el riesgo de sufrir robo o pérdida.
“En PuntoSeguro nos hemos especializado en soluciones de control de asistencia vía relojes de control biométrico, que permiten llevar un control más eficiente de la asistencia de los trabajadores”, concluye el ejecutivo.
