BIOMETRÍA: Cuando nuestro cuerpo es la contraseña

Está presente desde cuando vamos a comprar un bono para el doctor, hasta cuando nos piden poner el dedo en un dispositivo para comprobar nuestra identidad en un banco al realizar una transacción. Se trata de la biometría, una tecnología que suma cada día nuevas aplicaciones, y que pese a que muchas veces puede pasar desapercibida, su uso está cada vez más presente en el mercado.

Publicado el 31 Aug 2016

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La biometría, cuyo nombre proviene del griego “bios” (vida) y “metron” (medida), hoy puede definirse como el conjunto de métodos automatizados que analizan determinadas características humanas o patrones para identificar o autentificar personas. Y esto puede ser desde las huellas dactilares, la retina, el iris, los patrones faciales, hasta las venas de la mano, la geometría de la palma de la mano o la forma de caminar. A nivel de su uso, lo más común es ver biometría en la autentificación para realizar cualquier tipo de transacción, ya sea la compra de bonos para atención médica o para autentificación bancaria. Hay algunas empresas que por seguridad también usan biometría para controlar el ingreso a ciertas oficinas o abrir o activar algunos espacios comunes, así como para supervisar la asistencia y el horario laboral de los empleados.

Los notebooks y smartphones también usan esta tecnología para autenticar al dueño del dispositivo bloqueando el acceso o activando el equipo, ya sea con una fotografía del dueño (reconocimiento facial) o con la huella.

Juan Tapia, UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO. Marco Olmos, UNIVERSIDAD SAN SEBASTIÁN. Valentina Tombolini Echeverría, UNIVERSIDAD CENTRAL. Guillermo Bustamante, UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO. Jorge Escudero, DUOC UC.
Las ventajas

¿Pero por qué esta tecnología ha ido “tomando vuelo”? Principalmente por sus ventajas, que -a juicio de Juan Tapia, Investigador y Profesor Asistente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello- son enormes. “Esto, dado que no debemos recordar una clave o portar un token de identificación, sino que la información esta ‘codificada’ en nuestro cuerpo o en nuestro actuar en caso de reconocimiento de patrones”. Agrega que como todos los seres humanos somos únicos, se proporciona un alto estándar de seguridad.

Y es que la biometría utiliza características únicas y particulares del individuo, que en conjunto no se encuentran en otro, explica Marco Olmos, Académico de Ingeniería Civil Bioquímica de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad San Sebastián, quien agrega que ni siquiera dos gemelos idénticos poseen una huella dactilar igual; “similares propiedades tienen otros blancos biométricos, como el patrón de capilares de la mano y los dedos, el iris del ojo o la voz”, comenta.

Entonces, ya no se trata de una contraseña que se pueda olvidar, un password que se pueda adivinar o un objeto físico que se pueda extraviar. “Algunas características físicas irrepetibles de una persona se convierten en la ‘contraseña’, lo que hace muy difícil su falsificación”, precisa Valentina Tombolini Echeverría, Académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central. Sin embargo, advierte que esto no significa que la tecnología biométrica sea en sí misma absolutamente segura. “Las vulnerabilidades de seguridad existen en diferentes niveles, y aunque falsificar la identidad biométrica de una persona sea casi imposible, estos sistemas todavía pueden ser vulnerables a nivel informático o electrónico, mediante el hackeo de servidores o manipulación de los propios dispositivos electrónicos”, añade.

“Cada vez son más las empresas de servicio que están utilizando este tipo de tecnología porque entrega más seguridad para los usuarios finales con un mínimo de invasión para estos, que además no necesitan de una llave digital o una contraseña para autentificarse”, comenta Guillermo Bustamante Pavez, Director Escuela Comunicación Digital Multimedia de la Universidad del Pacífico.

En auge

A esta innegable seguridad aumentada que provee la biometría, se suman, a juicio de Jorge Escudero, Director de Carreras Redes y Telecomunicaciones de Duoc UC, Sede Puente Alto, la resistencia física que resulta clave en sistemas que estén ubicados en zonas exteriores y que implica resistencia al impacto, corrosión y durabilidad en el tiempo; bajos costos de mantenimiento, pues los dispositivos tienen una vida útil bastante larga, lo que hace que las mantenciones del tipo correctivo sean menores; y ausencia de problemas electroestáticos, ya que a diferencia de los dispositivos del tipo semiconductor, esta tecnología no se ve afectada por la electroestática.

Por las ventajas mencionadas, la biometría es una de las áreas que más ha crecido en los últimos años, agrega Juan Tapia. A su juicio, esto se debe al aumento de la capacidad de aprender (Machine Learning) y de realizar cálculos complejos de las máquinas (Deep-learning), además de la llegada de complejos sensores a dispositivos electrónicos de uso cotidiano como el teléfono celular. “Si consideramos que en Chile hay más celulares que personas y cada equipo tiene a lo menos una cámara fotográfica, un acelerómetro y algunos sensores de huella dactilar, la penetración en el mercado nacional es enorme”, señala. Las nuevas y crecientes exigencias de seguridad, así como el cada vez mayor uso de dispositivos móviles, ha permitido que la tecnología biométrica esté experimentando un fuerte auge en estos momentos. Según estimaciones de ABI Research, la industria biométrica a nivel global se mantendrá en un camino ascendente hasta alcanzar en 2021 los US$30.000 millones y, en unidades, la comercialización de sensores de huellas digitales llegará a cerca de 2.000 millones. Este crecimiento, que hasta ahora se estaba apoyando en el sector público, donde el control fronterizo es una de las áreas de mayor crecimiento, cambiará su enfoque y empezará a sustentarse en la banca, donde su uso para fines de seguridad es clave, y la electrónica de consumo, ámbitos para los que la consultora prevé un aumento del 19% y el 12%, respectivamente.

Según ABI Resarch, mientras que la autenticación de los empleados es el foco de las empresas, en el ámbito del consumo lo son los teléfonos inteligentes. En concreto, la tecnología de huella digital en los smartphones será un signo de crecimiento disruptivo. Otras estimaciones indican, por ejemplo, que el 50% de smartphones contará con sensor de huella digital en 2017.

Asimismo, la biometría -agrega la consultora- será especialmente relevante en los sectores de gestión de datos, salud y telemedicina, hogar inteligente y determinados segmentos del IoT.

Hacia sistemas integrados

Se trata de una tecnología con nuevas aplicaciones aún por descubrirse. Y así como a nivel de control fronterizo, de emigración o inmigración, seguridad aeroportuaria o ingreso masivo a recintos como estadios, puertos, etc., hay una importante reducción del tiempo de respuesta como ventaja; un sector que la biometría haría mucho más eficiente es la salud pública. “Imagínense que pudiéramos construir una base de datos que incluya toda la información relevante para la salud de una persona, sus antecedentes familiares, las enfermedades que ha padecido o padece, los medicamentos que consume, su tipo sanguíneo, etc. Esto permitiría a un servicio de urgencia identificar rápidamente a sus pacientes, conociendo las condiciones preexistentes, y, por lo tanto, pudiendo tomar la mejor vía de tratamiento personalizado para ellos”, detalla Marco Olmos.

Lo mismo a nivel de su aplicación en la banca, que está trabajando para implementar técnicas biométricas a corto plazo, y en unos años podremos tener diversas formas de identificación biométrica, al menos para los clientes de un mismo banco. “El avance de las técnicas biométricas y el eventual desarrollo de bases de datos unificadas de información permitirán, en el futuro, prescindir de los documentos tradicionales de identificación”, añade el Docente de la Universidad San Sebastián. Y es que, a juicio de Guillermo Bustamante, “el mercado no está muy saturado, de hecho está lejos de estarlo, por lo que hay muchos espacios en donde poder abordarlo. Sistemas convergentes que permitan acceder a información y resultados específicos para cada usuario dependiendo de su autentificación en diferentes niveles de profundidad, acorde a los permisos que tenga el usuario autentificado, puede ser de gran ayuda”, agrega.

Lo que está por venir

Según explica Jorge Escudero, “la biometría no es solo huella dactilar, sino que es mucho más, pudiendo distinguirse dos grupos de registros biométricos: los fisiológicos o morfológicos y los conductuales”.

“El mercado está variando de acuerdo a qué tanto se pueden masificar los sensores necesarios para recolectar datos, pero de acuerdo a tendencias internacionales seguirá creciendo con nuevas modalidades, usando por ejemplo el patrón de distribución de venas de nuestro brazo (Vein Biometric), la forma en que tecleamos en el computador (Keystroke Biometric), el patrón de nuestra manera de caminar (Gait Biometric), los patrones y/o frecuencias de nuestros latidos cardíacos (ECG Biometric), la voz (Voice Biometric), entre muchas otras”, detalla el Doctor en Ingeniería Eléctrica y Académico de la UNAB, Juan Tapia.

Actualmente, según relata Juan Tapia, también se ha comenzado a desarrollar una nueva área conocida como Biometría Suave (Soft Biometric), que busca obtener información extra desde un rostro o iris, por ejemplo, con la finalidad de determinar el género (si el rostro o iris pertenece a un hombre o mujer de manera automática), emociones y raza, entre otras. Esto permite complementar la identificación de las personas y, en el caso del género, posibilita agilizar la búsqueda. “También se está desarrollando de manera muy fuerte, y a fin de aumentar la seguridad de estas tecnologías, la identificación de imágenes sintéticas, falsas o impresiones de nuestros patrones de modo de determinar que no somos otra persona. Alguien podría imprimir su huella digital en silicona o su rostro en alta resolución en papel e intentar conseguir ingreso a una localidad o validar un servicio, pero la comunidad científica ya está avanzando a pasos agigantados en este tema (Liveness Detection)”, concluye el Académico de la UNAB.

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Redacción

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