Apple se opuso a un dictamen judicial que le ordena ayudar al FBI a desbloquear un iPhone recuperado de uno de los autores del mortal ataque en la ciudad de San Bernardino, ocurrido en diciembre pasado, lo que intensifica una disputa entre empresas de tecnología y las autoridades estadounidenses sobre los límites de la encriptación.
Mediante una carta abierta, el Presidente Ejecutivo de Apple, Tim Cook, dijo que la demanda de la corte amenazaba a la seguridad de los clientes de la gigante de la tecnología y tenía “implicancias mucho más allá del caso legal ante nosotros”. “Este momento pide un debate público, y queremos que nuestros clientes y la gente de todo el país comprenda lo que está en juego”, dijo Cook en referencia a la orden emitida el martes por la juez Sheri Pym de la corte estadounidense del distrito de Los Ángeles, que dijo que Apple debía brindar una “ayuda técnica razonable” a los investigadores que buscan desbloquear los datos de un iPhone 5C de propiedad de Syed Rizwan Farook, quien junto a su esposa mató a 14 personas e hirió a otras 22
El FBI ha estado investigando las posibles comunicaciones de la pareja con el Estado Islámico y otros grupos militantes. “Apple tiene los medios técnicos exclusivos que ayudarían al Gobierno a completar esta búsqueda, pero ha declinado a entregar esa ayuda en forma voluntaria”, dijeron los fiscales.
Expertos en tecnología y defensores de la privacidad sostienen que forzar a las empresas estadounidenses a debilitar sus métodos de encriptación haría que los datos privados sean más vulnerables a piratas informáticos, minaría la seguridad de Internet y daría una ventaja competitiva a firmas en otros países.
En su comunicado, Cook señaló que la orden del gobierno socavaría el cifrado al emplear software especializado para crear lo que en la práctica es una puerta trasera, que comparó con una “llave maestra, capaz de abrir cientos de millones de cerraduras”.
“En manos equivocadas, este software -que no existe ahora- tendría el potencial de desbloquear cualquier iPhone en posesión de una persona”, dijo Cook. “El FBI podría utilizar diferentes palabras para describir esta herramienta, pero no se equivoquen: construir una versión de iOS que elude la seguridad de esta forma crearía sin ninguna duda una puerta trasera. Y si bien el gobierno puede alegar que su uso se limitaría a este caso, no hay modo de garantizar ese control”.
“El Gobierno está pidiendo a Apple que entre a los sistemas de nuestros propios usuarios y que mine décadas de avances en seguridad que protegen a nuestros clientes, incluyendo a decenas de millones de ciudadanos estadounidenses, de piratas informáticos sofisticados y cibercriminales”, afirmó Cook.
“Oponerse a esta orden no es algo que hacemos a la ligera. Debemos enfrentarnos a lo que creemos que es una extralimitación del gobierno de Estados Unidos.”
Los fiscales dijeron que Apple de todas formas podría ayudar a los investigadores al desactivar “barreras no encriptadas que ha programado Apple en su sistema operativo”.