Definir 5G como una evolución de la tecnología se queda en un planteamiento muy corto. Se trata de una disrupción tanto en la capacidad como en el potencial de los servicios que se sustentarán sobre ella.
Su menor latencia, su mayor velocidad, la capacidad de transmisión de datos en tiempo real; y la hiperconectividad son sus principales características. Con todos estos factores, el 5G constituye la piedra angular sobre la que se edificará el siguiente nivel de dispositivos IoT y se construirá la nueva generación de smart cities: Sin duda un gran salto para la conectividad.
El alcance que esta tecnología tendrá a nivel global es enorme. Para 2020 se calcula que cada persona dispondrá, además de su terminal móvil, de una media de 5,5 dispositivos adicionales conectados a Internet. Si hacemos un cálculo rápido, serán más de 50.000 millones de dispositivos recabando, analizando y compartiendo datos en tiempo real.
Como en toda tecnología, y en especial por la expansión de conexiones sin precedentes que esta representa, se hace indispensable considerar los riesgos relacionados con la ciberseguridad. En este sentido, cualquier modelo basado en 5G debe contemplar desde su concepción y diseño, los conceptos de privacidad y seguridad.
Un salto significativo de los riesgos de seguridad
La existencia de un mayor número de dispositivos conectados elevará de manera significativa la posibilidad de ciberataques, formando parte de una botnet maliciosa que podrá ser utilizada para ataques de denegación de servicios, o para extracción y/o destrucción de información de especial sensibilidad. Si bien estas amenazas ya constituyen una realidad, imaginémoslas en un contexto con vehículos autónomos interconectados, robots realizando cirugías en hospitales, pilotos de aviones robotizados o comandados a distancia, sistemas de transporte público autogestionados, entre otros. Considerando lo anterior, el lector podrá fácilmente concluir que los potenciales impactos de estos ataques son mucho mayores que solo los relacionados con el ámbito de información empresarial o personal.
Algunas soluciones ideales para enfrentar estos riesgos apuntan hacia herramientas como, por ejemplo, el Blockchain, en pos de garantizar la seguridad y privacidad. Aunque esta dupla 5G-Blockchain suena hoy bastante apropiada, la realidad es que todavía nos queda mucho camino por recorrer y muchos errores de los cuales aprender.