Mario Fernández, CEO de Signature South Consulting.
De las más de 200 mil empresas que facturan electrónicamente en Chile hoy, 13 mil realizan operaciones de factoring electrónico, por un volumen mensual aproximado total de US$ 1.300 millones.
Así lo estima Mario Fernández, CEO de Signature South Consulting -empresa Latam de Facturación Electrónica-, y de Gosocket, plataforma de relacionamiento empresarial que actúa de puente entre el factoring y la empresa que requiere el capital. “Que solo 13 mil empresas de 200 mil que ya usan la factura electrónica usen este servicio que va en directo beneficio de las Pymes chilenas, nos habla de un mercado con un tremendo potencial de crecimiento”, dice. En nuestro país, 17 mil empresas usan servicios de factoring tanto tradicional como electrónico.
La evolución de este mercado es evidente: en el año 2013 se realizaron operaciones de Factoring Electrónico por montos entre 5.500 a 6.500 millones de dólares en todo un año, lo que ya implicó un crecimiento superior al 50%, respecto de 2012.
Esta es una industria con aproximadamente 50 empresas de factoring y en donde la plataforma Gosocket tiene aproximadamente el 15% del mercado.
El factoring electrónico permite que las Pymes puedan acceder a un nuevo escenario simple, seguro y eficiente en materia de financiamiento, lo que se torna relevante en un momento de estancamiento de la economía en Chile y alto desempleo. Con este sistema se agilizan los procesos y se disminuyen los costos de operación, al contar con un software que permite hacer validaciones automáticas online y operaciones masivas. “Pero falta un apoyo más decidido de los entes públicos para fomentar este mecanismo de financiamiento que beneficia sobre todo a las Pymes”, dice el ejecutivo de Gosocket.
Perú tiene desde el año pasado una normativa en torno a la facturación electrónica y a pesar de partir bastante más tarde que Chile en la materia, ha aprendido rápido de las mejores prácticas en la región, y ha promovido en forma simultánea el uso del factoring electrónico, apoyo que ha venido desde las mismas autoridades tributarias y económicas, dice Mario Fernández.
Esto se torna relevante en un país donde el 94,92% de las empresas son microempresas (ventas anuales que no superan los US$ 172 mil), un 4,11% son pequeñas y solo el 0,6% son mediana y gran empresa (el 0,36% restante corresponde a la administración pública).
“Estos datos justifican la necesidad de que existan herramientas financieras alternativas y probadas para las Mipyme. Son grandes las dificultades para una empresa en términos de trámites, y probatorios como sujetos de crédito, a la hora de solicitar un financiamiento a una entidad bancaria”, dice Diego Orantes, de Signature Perú.
La factura negociable, como se conoce en Perú, cumple entonces un acceso inmediato para obtener liquidez en poco tiempo, con un solo aval: la factura electrónica, la cual tiene la característica de considerarse un título valor con mérito ejecutivo.