Toshiba espera confirmar que cuenta con el apoyo del gobierno chino para efectuar la venta de su unidad de chips de memoria. En caso contrario, la compañía japonesa se plantea cancelar la operación.
El año pasado un consorcio liderado por la firma estadounidense de capital privado Bain Capital venció en una larga y polémica batalla por hacerse con la unidad de chips de Toshiba por un valor de US$ 18.600 millones, después de que Toshiba la pusiera a la venta tras emplear miles de millones de dólares en costos excesivos de su unidad nuclear Westinghouse que provocaron una importante crisis. La fecha límite acordada era el 31 de marzo, ya vencida al no haber conseguido la aprobación de las autoridades antimonopolio de China.
“Toshiba tomó la decisión de que hay poca necesidad de la venta ya que no está en insolvencia”, informó el diario Mainichi, agregando que la marca consideraría incluir la unidad si la venta no se realizara.
Por el momento, indica http://www.ticbeat.com, Toshiba sobrevive gracias al flujo de caja que va generando su actividad diaria y a los US$ 5.400 millones que logró recaudar en una emisión de acciones a inversores extranjeros a finales de 2017. Se trataba de una liquidez suficiente para aguantar hasta que se completara la venta de su negocio de chips.
Un portavoz de Toshiba señaló, no obstante, que la compañía todavía apuntaba a completar la venta lo antes posible. A principios de abril, el consejero delegado de Toshiba, Nobuaki Kurumatani, dijo que su compañía no usaría la opción de cancelar la venta a menos que hubiera un “cambio material importante” en las circunstancias, consigna Computer World.