Por Raúl Vargas, Gerente de Gobierno Corporativo y Líder de Sourcing Global en Kibernum.
Hace unos días, se conoció una nueva cifra de desempleo, que llegó a 7,9% en el trimestre móvil mayo-julio, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE).
Si bien las cifras parecieron dar un pequeño respiro al complejo panorama económico nacional, con una baja de un punto porcentual en doce meses por el alza en la fuerza de trabajo, aún se está lejos de los niveles prepandemia.
Como empresa global líder en tecnología, no podemos dejar de comentar que, en nuestro sector, el desempleo lo vemos lejano. Es más, hay escasez en los talentos digitales que se posicionan a través de todo el mundo.
En un mundo ágil y globalizado, los talentos que se requieren para trabajar en tecnologías de la información, con formación sólida para enfrentarse a nuevos y desafiantes escenarios, son insuficientes. Según datos de Michael Page, con cifras al mes de mayo, un 31% de las vacantes de empleo IT en Chile queda sin cobertura por falta de profesionales, cifra que en Latinoamérica salta al 48%.
En un escenario post pandemia, la transformación digital ha alineado a la industria tecnológica con las necesidades de quienes trabajan, eliminando fronteras territoriales. De esta forma, la especialización y el conocimiento de los trabajadores son clave, mientras que las empresas se orientan a instalar, de manera flexible, colaborativa y cercana, a los mejores trabajadores en los puestos más adecuados.
Tenemos el desafío país, entonces, de favorecer la formación especializada, o bien consolidar la tendencia de formar perfiles híbridos, que se vuelquen al aprendizaje en herramientas tecnológicas, que les permitan desarrollarse y emplearse en esta industria, junto con la fundamental labor de acercar a niños y jóvenes a la tecnología de forma profesional, y de romper las barreras de la falta de acceso por desconocimiento.