En el último tiempo ha cobrado fuerza la concepción del outsourcing de Tecnologías de Información como una herramienta estratégica y no simplemente como una táctica operacional.
El outsourcing de TI ha presentado un ritmo de crecimiento constante. Según el “Forecast: IT Out-sourcing Worldwide 2002-2008”, de Gartner Group, el mercado mundial de externalización de TI (lo cual no incluye BPO, Business Process Outsourcing) alcanzó en el año 2003 US$184 billones y se estima que para el año 2008 llegue a US$256 billones. Mientras que en Chile, según el Estudio Nacional sobre Tecnologías de la Información (ENTI 2004), el área presupuestaria en la cual cabe esperar un mayor crecimiento en los próximos años es la de outsourcing, ya que se estima que el gasto en este tipo de servicios representará en promedio cerca de un 31,2% del presupuesto para el año 2006.
Esta tendencia de la industria ha ido acompañada de una reformulación del propósito de la externalización, pues la reducción de costos ya no es la primera prioridad. En el ENTI 2004, los encuestados indican que algunos de los factores más importantes para justificar el outsourcing son la necesidad de poder concentrarse en el foco del negocio (78,1%) y mejorar los servicios (70,5%). La reducción de costos recién aparece en un cuarto lugar (62,3%).
Esto representa un desafío, ya que refleja un cambio en las expectativas de las empresas respecto al área de informática. Ahora, se espera que contribuyan directamente a la generación de valor, dejando atrás la visión del departamento de TI como centro de costos de la organización.
¿Qué debe hacer el CIO?
En este escenario, el CIO debe concentrar su quehacer en cómo agregar valor a la empresa y ver a las compañías de outsourcing como aliados estratégicos para este fin.
El punto de partida es un análisis permanente y en profundidad del negocio para determinar problemas y oportunidades existentes. A partir de ello, hay que crear soluciones en las cuales las TI permitan resolver y agregar valor de forma innovadora. De más está decir que, en la fase de implementación, una buena alternativa es buscar apoyo en las empresas de outsourcing, las cuales pueden proveer conocimiento, experiencia y capacidad de gestión de la infraestructura TI y en desplegar una solución en forma rápida. Este último punto es quizás el más importante.
Para gestionar el rol que cumplirá la empresa de outsourcing es importante definir objetivos medibles y usarlos como base para determinar los niveles de servicios que se esperan del proveedor. Este se convierte, de esta manera, en un socio estratégico, el cual una vez que entiende las necesidades del negocio puede apoyar a su cliente con su experiencia, conocimiento y capacidad de ejecución.
Abril de 2005