La tecnología y las personas

Pensemos en la parafernalia que armamos en nuestra empresa para implementar un ERP, un CRM, un workflow, comprar una central telefónica o desarrollar una solución que automatice los procesos. Sin duda, todas y cada una de estas soluciones nos traerán beneficios, como aumentar los niveles de productividad, pero siempre y cuando dispongamos de las personas!!!, capaces de utilizarlas y administrarlas en forma adecuada.

Publicado el 31 Oct 2004

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Pensemos en la parafernalia que armamos en nuestra empresa para implementar un ERP, un CRM, un workflow, comprar una central telefónica o desarrollar una solución que automatice los procesos. Sin duda, todas y cada una de estas soluciones nos traerán beneficios, como aumentar los niveles de productividad, pero siempre y cuando dispongamos de las personas!!!, capaces de utilizarlas y administrarlas en forma adecuada.

Créanme, he escuchado, en diversas ocasiones, a clientes que me indican que compraron una solución que hacía esto o esto otro, y están decepcionados de su proveedor, de la tecnología o del servicio de soporte. Sin embargo, el cliente está “cazado” con esa solución y no puede des-invertir.

A veces, la premura en adquirir alguna solución nos puede llevar a decisiones poco acertadas, que pudieron ser mejores. Bueno, después de la guerra todos somos generales, pero la actividad sucede todos los días en el campo de juego, en un mercado competitivo y cambiante.

Por eso, les quiero transmitir algo importante: más preciado que la solución, el software o la tecnología misma es la aplicación de sus funcionalidades a través de la administración de la solución y su uso con las personas adecuadas, colaboradores capaces de comprender las ventajas aplicadas de estas nuevas tecnologías para generar beneficios en nuestras empresas.

Y para aprender a utilizar bien un nuevo software o una nueva solución tecnológica de desarrollo de negocios debemos aprender a caminar, tal como un bebé cuando da sus primeros pasos. Primero, damos un paso y nos caemos. Luego, caminamos afirmados de la pared. Nos llevan tomados de la mano, de la mano de nuestro proveedor, quien es quien sabe (se supone). Finalmente, aprendemos a caminar solos por el camino de la vida.

Muchos softwares, soluciones y tecnologías, son realmente buenos, sin embargo en una buena parte de las ocasiones subutilizamos sus funcionalidades (similar a lo que sucede con nuestra mente), porque, como organizaciones, tendemos, en general, a olvidarnos de capacitar adecuadamente a los administradores y usuarios de estas soluciones y softwares, o nos damos muy poco tiempo para aprender a utilizar estas nuevas tecnologías. Y en muchos casos decimos que la responsabilidad es del proveedor o de la tecnología. Seamos justos, en parte algunos proveedores nos pueden decir cosas que no son con tal de vendernos, pero, en cualquier caso, una vez adquirida la solución, y por muy básica que ésta sea, está en nuestras manos sacarle el máximo provecho.

Esto requiere tiempo, capacitación y dedicación. Recuerden, cuánto tiempo tardan los niños en aprender a caminar, hablar, andar en bicicleta, en comprender lo que realmente significa la vida.

El proceso educativo que converge en la formación de un adulto se extiende por 13 años, sólo considerando la enseñanza básica y media. Si queremos formar un profesional necesitamos entre 4 a 8 años más, dependiendo de la carrera y la especialidad, con lo que sumamos entre 17 y 21 años de estudios y formación.

Dadas estas cifras, ustedes creen que estamos preparados en nuestras organizaciones para aprender a hablar, caminar, leer, escribir y correr, en definitiva a cambiar nuestros paradigmas en materia de tecnología y procesos en sólo un par de meses o en el mejor de los casos en un par de años, tratándose de procesos y organizaciones complejas donde trabajan decenas, a veces cientos y, en ocasiones, miles de personas intentando conseguir un objetivo común: perpetuar la vida de la empresa, generando riqueza para todos los actores relacionados con ella, inclusive la sociedad global. Sólo para reflexionar, la última vez que usted cambió su celular: ¿cuánto tiempo tardó en aprender a usarlo con confianza?.

Noviembre de 2004

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Redacción

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