La compañía global fabricante de chips, Intel, ha informado que está en sus planes el aumentar los precios de la mayoría de sus productos de semiconductores, para finales de año.
Según la compañía, el aumento de los costos en su cadena de suministro justifica esta alza de precios. Estas medidas inflacionarias afectarán a las CPU de los servidores, los chips de red, los equipos de consumo y otras áreas de productos de Intel.
La inflación y las preocupaciones económicas más amplias también están destinadas a frenar el gasto en productos electrónicos de consumo, con el riesgo de convertir la actual escasez de semiconductores en un exceso de oferta, al menos para algunos sectores.
Por otro lado, se espera que los servidores de centros de datos, que siguen teniendo una gran demanda y requieren los nodos de proceso más avanzados en la industria, sigan siendo escasos durante algún tiempo.
Bajo esta misma línea, los clientes de Intel Samsung, Acer y Asustek han reducido los pedidos de los fabricantes de chips, por temor a una recesión económica mundial y el alto costo que implicaría conseguir estos componentes.
La posible caída de la demanda y el aumento de los precios se producen justo cuando Intel intenta construir su propio negocio de fundición, para desarrollar chips que no pertenecen a la marca, los cuales serán destinados a otras empresas.
